"Tabú"

Parte 10: ¿Un chico de pelo rojo?

10-¿Un chico de pelo rojo?

Todos le consideran un genio. A pesar de su juventud, ya ha conseguido hacerse un hueco en uno de los escuadrones más disciplinados del Seiretei, el sexto escuadrón liderado principalmente por la familia Kuchiki. Su joven capitán, Byakuya, camina con semblante serio por los pasillos de su escuadrón saludando a los presentes con un ligero movimiento de cabeza sin despegar los labios siquiera. Todo en él demuestra temperamento y quietud, rectitud impoluta....

Mientras el joven capitán sigue andando y tuerce una de las esquinas para ir a su despacho, otro chico, mucho más joven que él con aspecto infantil, asoma la cabeza, acompañado de un hombre vestido de samurái con una máscara sobre su tez.

-¿crees que dará el pego?-

-La verdad es que se mueve igual que te moverías tú. No te preocupes amo, ese alma modifica está entrenada a la perfección para ser tu doble-

El pequeño refunfuña cruzándose de brazos mirando a su "otro yo". Si no fuera por el hechizo que recae sobre su cuerpo, ahora mismo tendría una edad similar a la que un humano de veintitantos y sin embargo durante el día sigue aparentando la edad de un crío de quince años. Solo puede tomar su verdadero aspecto al anochecer, aunque no todas las noches son válidas, ya que el día que la luna esté cubierta por nubes...su aspecto no cambiará...

**Byakuya**

Aprovechando que mi "doble" está en sus obligaciones y mi abuelo no sospecha nada en absoluto, Senbonzakura y yo abandonamos el Seiretei para dar una vuelta por el Rukongai y seguir pensando una estrategia para liberar a mi padre. Por desgracia el tiempo pasa más rápido de lo que parece y por muchos intentos que hemos tenido de entrar en las celdas del primer escuadrón ha sido totalmente inútil.

-Estoy empezando a perder la esperanza de que algún día podamos sacarle...-

-No lo hagas. Tu padre te necesita, no puedes darle la espalda. Además, recuerda que sino tú...-

-¡Ya lo sé! Que me quedaré con este cuerpo para siempre si no hago nada, tch! No hace falta que me lo recuerdes cada año que pasa-

-¿te apetece dar un paseo? Nos servirá para despejarnos-

-Bueno...a fin de cuentas estamos lejos de conocidos...-

-Pero eso no significa que no tenga que ponerse el disfraz por si acaso, amo -

-Te...odio....- sé porque lo digo. Para no ser visto por ningún shinigami que pueda reconocerme y alertar a mi abuelo, Sen me lleva obligando a vestirme como una niña desde hace tiempo, incluso me he dejado el pelo largo hasta la cintura para dar el pego. Sé que debajo de esa máscara se estará riendo de mí y siempre le doy un puñetazo en las costillas haciéndole doblarse. Será baka....

-¡Amo, espera!!-

-¡No! Déjame...bastante abochornado me siento ya vestido así-

-Pero no sabes andar bien con ese par de geta ¡deja que te ayude!-

-¡Olvídame!!- empiezo a caminar más deprisa para perderle de vista y termino resbalándome por la ladera del río cayendo en la orilla. Muestro un gesto de dolor restregándome el trasero por la caída y abro los ojos al ver una sombra frente a mí. Es un niño de más o menos mi edad. Lleva una vestimenta muy pobre, está totalmente empapado y tiene el pelo mojado atado en una coleta. Su color rojo es sorprendente...no había visto ningún alma pelirrojo.

-¡Byakuya!!!- veo a Sen que se acerca corriendo para ayudarme, aunque está claro que el joven no puede verle en su forma espiritual. El muchacho no deja de mirarme sorprendido y yo frunzo el ceño como respuesta.