Roto. » [NamMin] EN EDICIÓN

|Capítulo 6|

Jimin se despertó con la sensación de no haber dormido una mierda. Las pocas horas que había conseguido conciliar el sueño había tenido pesadillas que prefería no recordar, aunque sabía que el protagonista había sido él junto con JungKook. Se frotó los ojos tratando de acostumbrarse a la luz que entraba por la ventana sin mucho éxito, optando por levantarse para iniciar con su rutina habitual.

Tardó más de quince minutos de lo normal en terminar de estar preparado ya que se mareó varias veces mientras se duchaba y vestía. Estaba acostumbrado a la sensación de cansancio y mareo, pero nunca hasta el punto de tener que sentarse durante más de cinco minutos sin poder abrir los ojos. Veía todo negro y la sensación estaba comenzando a abrumarlo hasta el punto de prometer que si se le pasaba, desayunaría en condiciones por una vez. Por suerte a los minutos su vista se normalizó y pudo levantarse para terminar de vestirse.

Una vez el uniforme escolar estuvo en su sitio, se maquilló levemente el rostro y las marcas que seguían visibles sobre sus brazos. Conforme con el resultado, se encaminó hacia su habitación y procedió a recogerla, estirando las sábanas y recolocando la almohada sobre la cama. Luego simplemente agarró la mochila junto con algunos libros que necesitaba ese día y bajó hasta la cocina para prepararse algo.

En cuanto abrió la nevera se sintió un poco desorientado. Hacía tantas semanas que no desayunaba nada en condiciones que ni si quiera sabía qué le apetecía prepararse. Además, tampoco quería abusar de la comida.

Sus ojos recorrieron los alimentos que había dentro del frigorífico descartando la idea de hacerse unos huevos con bacon o algo así, pues era demasiado grasiento. También eliminó de la lista de posibilidades los cereales y bollería que guardaba su padre en el armario, ya que estaba seguro que no lo saciaría y le causaría más ansiedad por haberla ingerido.  

Nada de donuts, croissants ni chocolate Jimin. Finalmente optó por prepararse un zumo de naranja, un vaso de leche y un bol lleno de fruta y yogur con cereales.

A pesar de que la ingesta calórica del desayuno era bastante menor de la que le correspondería a un chico de su edad, el simple pensamiento de que todo eso estaría dentro de su estómago lo aterrorizaba. Esto va a hincharme como un globo. Y Jimin no quería que su abdomen plano dejara de serlo para abultarse ni tirar por la borda todo el progreso que había conseguido. Sin embargo también era consciente que podía compensarlo a lo largo del día y seguía asustado por los mareos que había tenido en el baño, así que tratando de ignorar las voces que le impedían comer, decidió hacerlo.

Tomarse el zumo y la leche no fue difícil, pues no dejaban de ser líquidos y eso facilitaba su ingesta. En cambio cuando apenas llevaba medio bol de fruta le fue imposible continuar y desistió, dejándolo a medias y tirando a la basura los restos sabiendo que nadie se los acabaría si decía guardarlos.

Después se aseguró de llevar consigo sus cosas y cerró la puerta de casa, encaminándose hasta el instituto.

•••

Antes de llegar a las puertas del edificio revisó varias veces los mensajes de su móvil encontrándose con el mismo resultado. Jin continuaba sin responder a los mensajes que Jimin le había estado enviando desde la tarde anterior, de igual forma que ignoraba las llamadas, las cuales acababan con la voz del contestador automático diciendo que el número al que llamaba no estaba disponible en esos momentos y que dejara su mensaje tras escuchar la señal.

Sin intención de intentarlo de nuevo, apagó el móvil al adentrarse en los pasillos que lo llevarían hasta su aula en el segundo piso e intentó no darle más vueltas al asunto. Después de todo, probablemente vería a Jin en clase durante las próximas horas y luego podrían hablar más tranquilos en persona.