Era estúpido. Toda la situación en general, le parecía estúpida. Trataba de ponerse en la piel de JungKook, de comprender el tipo de pensamientos que pasaban por su mente para justificar sus acciones, pero no podía. No podía entender su insensibilidad, su prepotencia. La forma tan desalmada y ruin que tenía para sacar a flote temas que todavía le dolían y aparentar que estaba bien.
Nada estaba bien.
SeokJin se encontraba al borde la histeria desde que se había enterado de la relación entre ellos y su fatídico desenlace. Se había posicionado de su lado y lo agradecía infinitamente porque durante las últimas semanas lo había echado de menos, pero lo último que necesitaba en estos momentos era que interviniera metiendo más mierda. Definitivamente verles discutir por un trabajo le había afectado, pues era él el que debía hablar con JungKook pero no se sentía preparado para hacerle frente todavía.
Luego estaba Suga en medio de ambos grupos, sin querer posicionarse ni opinar más de la cuenta. Desde luego con su actitud había demostrado que era mucho más prudente que SeokJin, el cuál parecía un crío inmaduro a su lado. Aún así Jimin sabía que al mayor le estaba afectando ver cómo su grupo de amigos se desintegraba por momentos. Podía notarlo en la forma en que movía sus dedos nerviosamente sobre la mesa, en los cortes de su labio inferior y en las ojeras más pronunciadas que adornaban su rostro.
Min YoonGi podía aparentar ser una persona desinteresada y solitaria con una personalidad fuerte, pero en el fondo no era más que otro joven cuyos ojos pedían a gritos que alguien supiera mirarle más allá de la armadura.
Aunque la relación que tenía Jimin con YoonGi no era muy estrecha, se sentía cómodo a su lado y si podía evitar que la situación afectara al mayor, lo iba a hacer. Hablaría con SeokJin más tarde sobre su comportamiento e intentaría mantener lejos a JungKook.
— ¿Jimin estás ahí dentro?
Notó entonces los golpes en la puerta del baño junto con la voz de SeokJin llamándole. Ni se había percatado del rato que llevaría buscándole su amigo al estar pensando en sus cosas, pero necesitaba estar solo y sabía que esconderse en el baño era una buena opción para no ser encontrado fácilmente.
— Sí, estoy aquí. — Respondió tras unos segundos en los que se levantó del inodoro y acomodó su ropa lo mejor que pudo — Ahora te abro, dame un segundo.
Jin clavó sus ojos en el rostro de su amigo en cuanto la puerta fue abierta, a juzgar por su nariz y mejillas enrojecidas sabía que había estado llorando. Un fuerte sentimiento de culpabilidad comenzó a invadirle pues no fue capaz de medir sus palabras y ahí en frente suyo tenía el resultado de sus acciones.
— ¿Estás bien? — La pregunta salió disparada de sus labios, sintiéndose un estúpido por hacerla ya que a juzgar por su aspecto estaba clara la respuesta. Sin embargo, conocía tan bien a su amigo que de antemano podía asegurar que le mentiría para no preocuparle.
— Sí, no te preocupes. — Mentira. — Es solo que me estaba agobiando allí dentro y necesitaba que me diera un poco el aire.
— Lo siento por eso Chim, debí controlarme.
Jimin no pudo evitar sonreír ante el apodo de su amigo. — Está bien en serio, sé que cuando se trata de mí me defiendes con uñas y dientes si hace falta.
Esta vez fue el turno de SeokJin de reír. — Siempre. De todas formas perdóname porque no era un buen lugar ni momento para discutir, se nota que te ha afectado.
— Ya no es sólo por mí Jin. — Acercándose a la pica para lavarse las manos, no pudo evitar observar su reflejo en el espejo. Se veía horrible y entendía la preocupación de Jin al verle. Suspiró antes de abrir el grifo y mojarse las manos, seguidamente de su cara. — ¿Has visto cómo está Suga?
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Roto. » [NamMin] EN EDICIÓN
Teen FictionPark Jimin estaba roto y no era consciente del momento en que comenzó a quebrarse. Su vida se había convertido en el peor de los infiernos con apenas dieciocho años, siendo él mismo su propio y más peligroso enemigo. La única manera de aliviar su...