|Capítulo 8|

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Las nubes se movían lentamente a través del cielo, dejando entrever las tonalidades anaranjadas y rosáceas de éste. El viento comenzaba a soplar con más intensidad al acercarse la noche despeinando con gracia algunos de los mechones de pelo de JungKook, el cual se encontraba apoyado sobre una de las barandillas de la azotea del instituto. Su rostro aparentemente no mostraba ningún rastro de emoción, manteniendo la mirada perdida en algún punto de la ciudad.

Observaba cómo los edificios más altos parecían fundirse con el horizonte, en los detalles de los tejados de las casas antiguas situadas en los barrios cercanos y en los pocos coches que circulaban por las avenidas principales de Seúl. 

Miraba a los transeúntes caminar por las calles hasta que los perdía de vista tras girar alguna esquina, preguntándose cómo sería su vida o a dónde irían con tanta prisa. Le gustaba jugar a adivinar quiénes serían según la vestimenta que llevaban o el aspecto que lucían, dejando volar la imaginación y evadiéndose durante un rato de su propia existencia.

Le llamó la atención un grupo de estudiantes de aproximadamente su misma edad bebiendo algunas cervezas en el parque contiguo al instituto. Se habrían saltado las últimas clases para hacerlo y no parecían arrepentirse de haber tomado esa decisión, igual que él. Uno de ellos al parecer dijo algo gracioso que hizo estallar al grupo en carcajadas, pero que en cambio, frustró a JungKook con su buen humor.

— ¿En algún momento piensas hablar, o voy a tener que darte cuerda para que empieces?

JungKook se dio la vuelta en silencio, dejando su espalda recostada sobre la barandilla y cruzando ambos brazos sobre su cintura, encarando a YoonGi. El mayor sentado directamente en el suelo a escasos metros suyo, lo observaba descansado contra la pared con un semblante bastante tranquilo.

— No es tan fácil hacerlo, hyung. — Suspiró tratando de aliviar la pesadez que sentía dentro de su pecho, masajeando levemente el puente de su nariz y rindiéndose en el intento — Ni si quiera sé por dónde debo empezar.

— Por el principio estaría bien.

— Hablo en serio, Suga.

— Yo también Kook, dije que te iba a escuchar y voy a cumplir mi palabra.

JungKook desvió la vista hacia el suelo, concentrándose en mover sus pies y jugar con ellos durante algunos segundos sin saber qué decir con exactitud. YoonGi no volvió a molestarlo, dándole el tiempo necesario para ordenar sus pensamientos mientras rebuscaba entre sus bolsillos su cajetilla de tabaco.

El sonido del mechero encendiéndose y quemando la punta del cigarro, devolvió a JungKook a la realidad. 

— No sabía que fumabas.

YoonGi se encogió de hombros mientras daba la primera calada, cerrando los ojos para concentrarse y deleitarse en el sabor de la nicotina recorriendo su garganta — Ni yo que habías estado saliendo con Jimin. — Atinó a decir una vez expulsó el humo — Y en realidad no sé por qué no lo he imaginado antes, pensándolo en frío eráis bastante obvios.

— ¿Tú crees? — Preguntó — En realidad Jimin quería contároslo tanto a ti como a Jin. Bueno no sólo a vosotros, quería contárselo a todo el mundo que se le cruzase en el camino. Estaba eufórico. — Una media sonrisa adornó su rostro con nostalgia — Pero yo le dije que no quería que nadie lo supiera.

— ¿Por qué? — Esta vez fue el turno del peli azul de preguntar — ¿Te avergonzabas de tener pareja?

— ¿Qué? ¡No! — JungKook rápidamente se apresuró a negarlo — Es que no me sentía preparado para... Ya sabes, que todo el instituto supiera que me gustan los hombres. — Sus pies continuaban moviéndose sin seguir un ritmo concreto — Seguramente mis padres también se hubieran terminado por enterar y mi relación con ellos ya es bastante complicada como para añadir ese tema.

Roto. » [NamMin] EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora