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Me encuentro en mi cama y por lo poco que supe uno de mis hijos me encontró y me trajeron aquí, ha pasado más de semana y media mientras trataba de levantarme.

Rituales antiguos y más proclamados por mi pueden llegar a ser mortales para mi cuerpo y por algo están prohibidos para nosotros, me sorprende que no viniera alguien a matarme después de lo que hice; prive a los humanos de que conozcan el verdadero amor nunca lo sentí ni ellos lo harán. Cuando logro pararme de esa cama decido ir a buscar un vaso de jugo ya que no he comido nada durante estos días.

-Mierda -murmuro más que apenada porque volví a aparecer a su lado -me podrías soltar -chillo más que enojada tratando de volver.

-Llegaste que felicidad verte antes de irme de este lugar - susurra antes de besar mis labios.

-Suéltame - grito dándole una fuerte bofetada, pero él me agarra de volada haciendo que me siente encima de la encimera con el dentro de mis piernas.

-No lo haré, no sé qué mierda pudiste hacer para que no te pueda sacar de mi mente -murmura antes de dirigirse a mi cuello y por la sorpresa me retuerzo, como lo llaman los mortales creo que placer -pienso para mí misma.

Toma posesión de uno de mis senos lo cuales se marcan por la pijama que decidí usar ya que es totalmente blanca, comienzo a luchar en vano ya que contiene la fuerza de un dios tanto así que trato de tirarlo pero me agarra ambas manos una vez veo como el baja su rostro hasta haya abajo me sorprendo al sentir su respiración en mis partes íntimas, en un abrir y cerrar de ojos observo como me había sacado las bragas; comienza a lamer y succionar como si de un dulce se tratara vuelvo a producir esos sonidos raros que solo escucho Amun-Ra hasta que yo misma exploto como si estuviera en un gran sueño, comienzo a llorar cuando me doy cuenta que el nunca será mi amado esposo él tiene una vida aquí él ya me olvido.

-No te me vuelvas a acercar jamás en tu vida -susurro más que asustada por lo que acabamos de hacer.

-Ya no podrás escapar de mi Bastet -murmura mi nombre y este me hace parar, pero decido seguir mi camino para regresar.

Subo a mi habitación tratando de regresar, pero al no lograrlo comienzo a tirar todas las cosas que contiene esta, pero siento como alguien entrar a la habitación me giro para aniquilar a quien se atrevió a entrar, pero al verlo observando la pintura temo por mi vida.

Abimael

La sigo para disculparme ya que me dolió verla llorar por lo que había hecho una vez ingreso a su habitación me quedo embobado observando una gran pintura de dos amantes, me acerco hasta tocarla con mis dedos un solo rose me hace viajar a esa maldita vida pasada que cargo.

Mis padres me habían hablado sobre eso, pero mi hermano jamás experimento eso y por ello hable con ellos sobre cómo me llamaba en esa época y se sorprendieron de escuchar ese nombre y mi madre me dijo que cuando cumpliera los 30 me regalaría un libro lo cual no me interesa la verdad.

Termino de recordar cosas que había pasado por desapercibido como su hermoso rostro y me giro tan rápido que la agarro por el cuello para lanzarla de volada a la cama.

- Eres ella y yo creyendo que estaba delirando (ant hi w 'ana 'uwmin 'anani mahwus) -grito haciendo que todos los presentes en esta casa caigan en un profundo sueño.

-Que creías, suéltame -me grita haciendo que retroceda hasta estar pegado en la pared.

-Mi corazón (qalbi) -susurro tocando esa zona y ahora soy consciente que hablo en una lengua que solo en mis recuerdos reconocía como mía.

-Que sucede hasta ahora despiertas Amun-Ra -me grita caminando hasta mí y soy consciente que se está creando una gran tempestad afuera.

-Me trajiste a esta vida para que ame a otra que no sea mi esposa -le grito de vuelta y esta retrocede más que molesta.

-Me hubiera olvidado de ti si no me hubieras permitido arrancar tu corazón -susurra esta vez más calmada -un perfecto dios reencarno como un simple mortal, ¿cómo crees que me siento? -pregunta volviendo a la cama.

-Un simple mortal puede invocar su libro - grito una vez este vuelve a mis manos, lo abro y se terminan de recuperar todos mis recuerdos y así mis dones.

-Trucos de principiantes -me grita de vuelta mientras hace que levite por los aires antes de lanzarme por su balcón hasta las profundidades del mar.

Más que molesto comienzo a nadar hasta la orilla y una vez salgo me quito la polera del pijama para caminar hasta la casa una vez dentro me encargo de secar mi cuerpo bien, subo hasta su habitación y la encuentro rompiendo la pintura.

-No hagas eso - le grito mientras la alejo de esa única prueba de que la ame, aunque ahora lo dude.

- ¡Déjame! -me grita y le doy una bofetada para que cierre su boca, pero esta ni la siente.

-Responde algo, ¿esto representa que me amas? -le pregunto señalando la pintura hecha pedazos.

-Dime tu, eso hará la diferencia -chilla dándome un fuerte golpe en el pecho del cual toso por la molestia.

-Claro eso cambiaría todo -susurro antes de adueñarme de sus labios.

-No cambiara nada tu solo la amaras a ella, nunca volverás a ser mi Amun-Ra -dice cuando se aleja de mi para después acaricia mi labio inferior -dime lo recuperare -susurra antes de besarme.

Duramos un rato besándonos cuando de pronto la cargo entre mis brazos para caminar hasta la cama, pero ella me aleja.

-Respeta a tu futura esposa ya que yo sobro aquí -dice más que enojada sacándome de encima de ella.

-Deja de jugar con mi mente -susurro una vez bloqueo su entrada.

- Quiero que te largues y me dejes tranquila no jugaras conmigo -dice mientras se levanta.

Yo me encargo de restaurar la habitación tal y como estaba y levanto mi don del sueño, pero antes de salir la veo salir del baño con una simple toalla blanca y noto que esta no es su verdadera forma no con esa hermosa piel pálida y cabello gris.

La forma que adopto no me llama a tener algo más que simples besos ya que lo único que ame de ella era su inocencia y su hermosa piel, pero creo que tanto cambiar de formas perdió su esencia.

-Esta no eres tu -susurro y esta me observa.

-Si no soy yo pues quien -murmura dándome la espalda.

-Dime mi padre Ra te maldijo por dejar que me sacaras el corazón - le digo, pero esta ni se interesa por hacerme el mínimo caso.

-Él no fue el único, hasta tú me maldijiste -murmura dolida y decido dejarla sola ya que hasta mi maldición la alcanzo.

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Dioses De Egipto (saga Faraón) IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora