C38
Abimael
Veo como ella se levanta cuando Anubis le arroja un balde de agua fría, esta comienza a llorar cuando la abrazo como si mi vida dependiera de ello.
- Estaba oscuro y tenía mucho frio – murmura mientras se aferra a mis brazos – no podía cerrar mis ojos, algo me perseguía, estaba sola y eso dolía –agrega antes de besar mis labios.
Veo como se aleja de mi para vomitar muchos litros de sangre, esta grita perdiendo su color y cayendo desmayada. La tomo en brazos para llevarla hasta mi habitación, llamo a los curanderos para que se encarguen y yo mismo me encargo de revisar su cuerpo.
Esta solo necesitaba sanar de poco a poco, veo como se cierran sus heridas y cuando vuelve a abrir sus ojos le entrego un vaso con agua, se la toma de prisa, mientras pide que le traigan algo de comida.
Veo como devora cientos de platillos diferentes para reponer energías, una vez está satisfecha me mira directo a los ojos y pregunta.
- ¿Phoenix? –la interrumpo.
- Ya la envié a buscar, debe venir en camino –digo sentándome a su lado y tocar sus manos.
Al rato tocan la puerta y ella responde con un simple pasen y vemos como nuestra hija ríe mientras se acerca hasta su madre.
- Mi bebe –solloza feliz –creí que no te vería crecer – afirma besando sus regordetes cachetes.
- Mama –murmura esta mientras juega con sus manos.
- Me llamo mama, viste Amun-Ra me reconoce como su madre- dice feliz para después abrazar mi cuerpo.
- Ella te llamaba mientras dormías, nuestra pequeña constelación sabía que volverías – digo mientras la abrazo.
- ¿Seth? –pregunta y niego.
- Esta donde estabas tú antes- le informó.
- Siento que me llama, ayúdame a alejarme de aquí, ayúdame a olvidar – me pide y nos trasladamos a Inglaterra su lugar favorito en el mundo, cambiando nuestra estatura en el proceso igual que la vestimenta.
Caminamos entre la ciudad como una familia normal, alquilo una casa cerca de la playa, cerca del lugar donde ella antes paseaba con sus hijos, lo sé porque una vez hable con Logan. La observo ver el atardecer con nuestra hija en brazos desde la hamaca, siento que esta triste porque algo la atormenta.
Trato de cocinar para los tres, pero nunca me sale bien, ni siquiera cuando vivía cómo un mortal junto a mis padres, de verdad los extraño, pero no puedo volver mi vida y eternidad están en esa hamaca, junto a mi esposa e hija. Una vez cenamos en competo silenció veo que ella sube hasta la habitación para dormir al bebe, en su cuna y después acostarse.
Me quedo la noche en vela ya que se, que sufrió un trauma y en cualquier momento lo dará a demostrar, no sé qué sucede, pero cuando vuelvo a abrir los ojos la veo en una esquina llorando. Corro hasta estar cerca de ella y estrecharla entre mis manos, dejando que lloro todo lo que deseara.
A la mañana siguiente salí a buscar un anillo de compromiso, aunque ya nos casamos eso fue hace muchos siglos y deseo que nuestra vida comience ahora, como una familia la cual somos.
A los meses compre una casa cerca de donde vive su hijo mayor Logan el cual va a darnos la bienvenida al vecindario, ella se emociona tanto de estar cerca de sus hijos de nuevo, que esa noche me vuelve a demostrar cuento me ama y adoro que lo haga.
Recibo una carta de mi padre, que me informa que debo volver obligatoriamente al palacio, pero la ignoro creando con mi libro una barrera que me impida comunicarme con el valle de los dioses, sé que esto me destruirá, pero lo hago por ella y lo seguiría haciendo, con tal de verla sonreír.
Nos casamos por la iglesia mientras nuestra nena caminaba entre los invitados, ya que era un dios al año sabía hablar y perfectamente el idioma de los dioses, volví a trabajar en el hospital creándome la identidad de Thomas Wilson, ahora somos la familia Wilson. Simples mortales y agradezco que ella volviera a sonreir.
10 años después.
Hemos estado viviendo en el mundo de los mortales desde aquel desagradable suceso, han pasado 10 años desde que me volví a casar con Bastet o como decidió que la llamaran ahora Amberly, adopto la forma de una pelirroja muy sensual y nuestra pequeña Phoenix sigue creciendo igual que su madre, sumamente hermosas.
Mi pequeña Starr la diosa del desierto ahora está cumpliendo 5 años y es una hermosa morena igual a mí, pero con su nariz, Bastet volvió a hablar con sus hijos, aunque estos ahora la consideran una buena amiga, recojo el correo como cada mañana y veo una carta firmada con la marca del sol, pero decido arrojarla al lugar de donde salió.
En la tarde llegarían mis invitados, para la fiesta de Starr, entro a la cocina y veo como Bastet cocina mientras menea sus caderas al ritmo de la música las cuales se hicieron más hermosa con el segundo embarazo, la abrazo por detrás aspirando su olor.
- Hola amor –me saluda girándose para besar mis labios - ¿podrías ir a levantar a los chicos? –pregunta y yo niego bajando mis manos hasta sus glúteos para apretarlos –ve a buscarlos –me ínsita, pero niego cargándola para llevarla hasta el mueble.
- Me gusta tenerte así –susurro antes de besar sus labios y subir mi mano hasta sus senos, pero una pequeña voz nos interrumpe.
- Papi, se está comiendo a mami –grita Phoenix corriendo hasta mi para subirse encima de mí.
- Phoenix deja a papi en paz –dice su madre arreglándose la blusa –sube a buscar a tu hermana – agrega antes de levantarse del mueble.
- Necesitamos sexo – murmuro acercándome hasta besarla.
- Ten paciencia amor – dice mientras me besa los labios –te amo, pero vete a duchar –agrega alejándome de ella.
- Si mama – digo de forma burlona corriendo hasta llegar a la habitación de mis hijas.
Beso la mejilla de cada una para decirle que su madre las espera en la cocina, me ducho de forma rápida y una vez listo salgo de la habitación con el regalo de Starr en manos, bajo las escaleras hasta el primer piso.
- Felicidades amor – le digo a mi hija entregándole una pantera bebe, que espero que crie de una forma honrada.
- Te amamos Amun-Ra –dice Bastet mientras me besa.
- ¿No quieres volver a casa? –me atrevo a preguntar.
- Queremos volver –afirma y es lo único que me falta para besarla y trasportarnos hasta nuestro antiguo palacio.
- Bienvenidas a casa princesas del antiguo Egipto –decimos al mismo tiempo.
Fin.
Gracias por siempre apoyarme, dudo que haga epilogo, la verdad amo esta historia y encuentro raro que esto surgiera de mi cabeza.
Los amo a todos espero que me sigan apoyando.
Besos.
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Dioses De Egipto (saga Faraón) II
Ficção HistóricaMi padre maldijo solo porque ya no quise cumplir con los consigno que él me había mandado. Mi madre la gran Isis nunca dijo nada dejando que Osiris decidiera mi destino. Tanto le odie que al final cambie el curso del antiguo Egipto, solo por cumplir...