Maldad pura

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Maldad Pura

--Ya hablé con tu querida y quedamos en buenos términos, todo salió mejor de lo que esperaba—decía Morel, mientras Ray la miraba con odio.

--Se suponía que todos hablaríamos, porque decidiste hablar por separado—Pregunto Ray.

--¡Aaahm! Hubo uno cambios de planes querido. Además, aquí estas mejor, te di el cuarto más grande, deberías agradecerme.

--Ya deja tus jueguitos para otro momento. ¿Qué es lo quieres?

--Deja tu amargura, Elizabeth no estaría de acuerdo con esa actitud—Ray había olvidado a su madre por un momento, su corazón se acurruco al recordar lo preocupada que estaría y deseaba con todo su corazón poder salir, decirle que estaba bien, abrazarla y no dejarla sola jamás.

--No vuelva a decir su nombre, el solo hecho que salga de su boca lo hace sonar feo—Morel se enderezo, su comisura mostraba lo amarga que Ray la había puesto.

--Ingenuo, todo lo que hago es por mis hijos, pero nunca entenderás nada de eso, Raymon te daba todo a ti y aun después de muerto quiere darte todo y eso no lo permitiré

--Me importa un comino lo que usted intente por sus hijos, son todos igual a su madre, por eso es que mi padre los abandono y nos prefirió a nosotros.

Una punzada entro en el pecho de Morel, quien llamo a su guardaespaldas y le indico que atara a Ray, busco un látigo en el closet. El guardaespaldas le pregunto si tapaba su boca, pero Morel le dijo que no, quería escuchar el dolor que saldría de la boca de Ray. Ray sabia que eso la iba a satisfacer y cuando Morel dio el primer latigazo en la espalda Ray aguanto y no grito, así mismo paso con los otros 20 latigazos que le dio Morel, quien no paraba y le pegaba una y otra y otra vez.

Cuando se detuvo, Ray sin mucho aliento le dijo.

--Eso era todo.

Morel lo miro con odio, pero ya no quería golpearlo más, ahora le mostraría algo que le dolería mas que cien latigazos.

--Un poco cansada, Morel mostró una pantalla a Ray, donde se encontraba al igual que la hermana de Anne, su madre sentada y un hombre con una pistola apuntando su cabeza, Elizabeth se veía agotada y triste.

--Noooo—grito Ray, a quien se le salían las lágrimas—ni se te ocurra tocarla Morel, no a ella por favor.

--Ahora si estamos socializando ¡No Ray! Pues bien, haremos lo siguiente.

Morel limpio su mano y su cara llena de sangre, esa sangre le daba un aspecto malévolo, de por sí ya lo tenía.

--Dentro de una semana el abogado de tu padre nos citara a todos para leernos el testamento. Todos aceptaremos nuestra parte como sabemos que sucederá, pero luego harás tu renuncia oficialmente ante los socios de tu padre y me nombraras la encargada total de todo, tienes la potestad de hacerlo ya que te pertenece el 60% de las acciones. Tendrás tu parte, para que veas que no soy tan mala, pero con ello te desaparecerás de nuestras vidas y cuando todo este hecho te devolveré a tu madre, sana y salva. Cualquier cosa que intentes hacer, solo debo tocar un botón y tu madre se ira, asiente si entendiste.

Ray no tardo mucho en pensarlo, asintió inmediatamente. No le importaba el dinero, ni nada de lo que Morel quería, solo esperaba que su madre estuviera bien, aunque no quería que Morel ganara sabía que todo estaba perdido, ella tenia ventaja. 

Mirada a lo imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora