Vuelta a casa

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Vuelta a casa

--Muy bien Ray, es hora de que vayas a casa, ya sabes cuales son las condiciones así que no quiero ninguna sorpresa, piensa muy bien en tu madre antes de actuar, los tendré vigilados.

Una camioneta negra paso buscando a Ray, estaba blindada y el conductor no se veía muy amigable. Ray estaba molesto por las declaraciones que dio, por un momento pensó en decir toda la verdad y encarcelar a Morel junto con sus hijos, pero tenia todo en contra y debía pensar en su madre; una punzada volvió a su corazón al recordar que Anne también había sido cómplice de todo esto, la ultima vez que la vio fue antes de meterlos en cuartos diferentes, Ray sabía que Morel también tuvo que haberla amenazado y la única persona que le quedaba era Arianne.

La camioneta paro enfrente de la casa, Ray bajo rápido, quería ver como se encontraba su madre, una emoción embargo todo su cuerpo, luego de una semana por fin vería a su madre.

Toda la casa estaba en orden y un poco solitaria, Ray llamo a su madre para ver donde se encontraba; ella venia bajando las escaleras con tanta rapidez que casi se cae.

--¡Ooh hijo! No sabes lo feliz que me hace volver a verte, estaba tan angustiada no sabía que podía pasarte en manos de Morel.

--Yo también estaba muy preocupado mama, pensé que te iban hacer daño.

--No, a mi lo único que me hicieron fue amarrarme, me dijeron que si no me quedaba quieta te matarían.

--Morel quiere quedarse con todos nuestros bienes, dentro de 2 días el abogado dará el testamento, Morel quiere que acepte el 60% que papa me dará de la empresa y luego le pase la titularidad a ella para encargarse del negocio, me amenazo con hacerte daño si no cumplía mama, así que no me quedo otra opción que aceptar.

--Este bien hijo, sé que tomaste una decisión pensando en mí, pero ahora quiero que pienses en ti y tu futuro, yo ya cumplí mi deber aquí y ya tengo toda una vida cumplida, no deberías aceptar esa oferta de Morel.

--Pero ¿qué estás diciendo mama? Me estas pidiendo que dejen que te maten, eso no lo hare ni siquiera lo pienses, a mi no me importa el dinero, me importa la familia.

--Yo lo se Ray, eso lo sé, siempre te has preocupado por los demás, de una forma tímida, pero lo has hecho y ahora te estoy pidiendo que lo sigas haciendo.

--¿Dejar que te maten es ayudar?

--Yo estaré bien hijo, debes pensar en los demás, imagínate el poder que tendrá Morel, si con el dinero de una tienda logra contratar a personas para hacer daño, imagínate las cosas que puede lograr con todo el poder que le vas a conferir.

--Pero mama, no podría dejarte.

--Y no lo vas hacer, Dios tiene un propósito con cada uno de nosotros y el que lo ama va a cumplir su propósito, él no va a permitir que nada suceda.

--Hablando de Dios, el día que me secuestraron pensé que iba a morir, me tenían amarrado, pensé que había sido yo el que había escapado, pero se que Dios tuvo algo que ver, porque el hombre que me secuestro estaba tirado en el suelo cuando salí corriendo por el bosque y no entendía por qué. Luego una anciana me recogió al desmayarme, tenia muchos libros con nombres de personas en todos los idiomas que te puedas imaginar, el mío también estaba allí, me hablo de que ahí estaba escrita toda nuestra vida, que hacíamos, cuando lo hacíamos y que nosotros la íbamos escribiendo, todo parecía muy real, bueno en realidad era real porque ella me cargo hasta la casa o no se si en un estado de inconsciencia pude llegar allá, pero todo se sentía tan real.

Elizabeth esbozo una sonrisa y dio las gracias mirando arriba, le contó a Ray que todos esos días se levantaba de madrugada a orar, llorando y no entendía el porqué, llegaba hablar en lenguas que no entendía, pero no podía parar de hacerlo, recordó el versículo donde decía que el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles y sabia que estaba siendo utilizada en ese momento y la angustia no la dejaba dormir, muchas de sus amigas la acompañaron y se quedaron para que no se sintiera sola y abrumada en una casa tan grande, pero lo que ellas no sabían era que Dios le transmitía una paz de tal manera que se sentía tranquila.

--Retomando el tema mama, que vamos hacer entonces con lo de Morel y no nos olvidemos de sus hijos.

--Pues, no le vas a dar nada y buscaremos la forma para exponer lo que ella ha hecho y quiere hacer.

--Hay que tener mucho cuidado porque es astuta y además nos tendrá vigiados. Nuestro chófer es su guarda espaldas y donde vayamos tenemos que ir con él, pueden ver nuestros mensajes y llamadas entrantes.

--Entonces podrían tener micrófonos también, nos podrían estar escuchando en estos momentos.

--No mama no creo, papa tenía mucha seguridad aquí y una vez me contó que coloco un dispositivo que lograba anular todo micrófono o cualquier medio a distancia que quisiesen utilizar, por seguridad.

--Pero tu padre nunca me lo contó.

--Mientras menos personas lo supieran, menos probabilidad había de que las personas afuera se enteraran.

--Entonces este seria el lugar indicado para hablar con alguien que pueda difundir lo que sucede.

--De igual forma hay que tener cuidado, no vaya a suceder que Morel ya haya pensado en esto mismo y nos tienda una trampa, estoy seguro que intentaron colocar dispositivos y no tuvieron resultados satisfactorios.

--Tienen acceso a todas las cámaras—dice Elizabeth.

--Lo bueno es que no se escuchan, tendremos que actuar en todo momento como si habláramos de cosas triviales durante estos dos días y buscaremos a alguien para que pueda difundir todo.

--Me parece bien, nos tenemos que dar prisa.

--Tengo que hacer otra cosa, lamento dejarte en estos momentos, volveré antes de que anochezca ¡bendición!

--Dios te bendiga y te lleve con bien ¡Te amo hijo!

--Yo más mama.     

Mirada a lo imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora