Capítulo 13

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Llevaba ya más de 20 minutos estacionado frente a la casa de dos plantas que había conocido desde afuera días atrás debatiéndose entre bajar y tocar a la puerta o marcharse a su casa a descansar como le había prometido a Roi antes de dejar la comisaría. Eran más de las 11 de la noche y las luces seguían encendidas. Miró otra vez su teléfono, Miriam seguía sin contestar a sus mensajes. Sabía que la incertidumbre no lo dejaría dormir así que finalmente tomó coraje, respiró hondo y caminó los 12 pasos que lo separaban de la puerta de entrada atravesando el pórtico y el pequeño jardín delantero. Una vez frente a la puerta, otra vez las dudas, pero ya estaba ahí, sólo debía tocar. Dos golpes firmes y 10 segundos después la puerta se abrió.

- Cepeda qué haces aquí?! - Exclamó Miriam al verlo de pie frente a ella

Llevaba un chandal gris claro, una básica blanca, los rizos rubios atrapados en una coleta y unas pantuflas de garras. Se acomodó el pelo con nerviosismo y Luis pensó que jamás la había visto tan guapa. No podía quitar la vista del rizo rebelde que se escapaba detrás de su oreja. 

Tuvo que tomar valor para dejar de mirarla y decidirse a responder a su pregunta

- Eh - Titubeó - Hubieron algunos avances en la investigación y quería que... - Se detuvo en seco. Estaba mintiendo descaradamente y no quería mentirle - Bueno, la verdad es que estaba preocupado. Te fuiste muy nerviosa de la escena del crimen y no contestaste ni mis llamados ni mis mensajes y sé lo profesional que eres...

- Mami? Mami? 

Una vocecita tierna y cálida lo interrumpió. Ambos dirigieron sus miradas hacia la voz que provenía desde la escalera que se encontraba frente a la puerta que seguía abierta con Luis de una lado y Miriam del otro. 

El dueño de la voz estaba enfundado en un gracioso pijama de Batman, no debía tener más de 3 años ni medir más de 60 centímetros.  Tenía el cabello muy corto y rubio, enormes ojos cafés enmarcados por largas pestañas y una naricita diminuta. El parecido con la gallega resultaba evidente.

Miriam subió 4 escalones y lo tomó en brazos luego de indicarle a Luis que entrara y cerrara la puerta tras él quien obedeció inmediatamente sin poder disimular su sorpresa.

- Lucas, en qué quedamos? Te dije que te quedaras en la cama mientras iba a por la leche - Dijo la gallega con una dulzura hasta el momento desconocida para su compañero.

- Quién ez eze señor mami? - Preguntó el pequeño señalando a Luis mientras rodeaba con sus piernas la cintura de la mujer

- Es un compañero de trabajo de Mami, mi amor.

- Ez un superhedoe, Mami?

Luis había mutado su sorpresa inicial a la más absoluta ternura

- Algo así - Dijo ella sonriendo a Luis

- Hola campeón! Así que te gustan los superheroes? A mi tambíen, muchísimo - Dijo estirando la mano para que el pequeño se la choque lo que luego de unos pocos segundos de desconfianza finalmente hizo tímidamente. Fue en ese momento que Luis notó la venda que envolvía su bracito izquierdo .

- Y cuál es tu favodito? - Preguntó el pequeño abandonando los brazos de su madre

- Mmmm diría que Batman - Dijo el gallego frunciendo su nariz y agachándose para ponerse a la altura del pequeño 

- Guay! El mió también! - Exclamó Lucas con una enorme sonrisa - Batman se llama Bruno y tú?

- Yo, me llamo Luis. Es un placer - Dijo tocando la pequeña nariz de su nuevo amiguito con el dedo índice

- Mami, puede Luis contadme un cuento? Porfisssss - Suplicó el pequeño con las manos unidas frente a él mirando a su madre

- Lucas, Luis ya se iba...

- Me encantaría - Interrumpió el gallego estirando los brazos para levantar a Lucas quien respondió inmediatamente al gesto.

***

Luego de 43 minutos y 3 cuentos que mezclaban superhéroes, zombies, tiburones, dinosaurios, vampiros y unos cuentos personajes más a pedido del oyente y qué hábilmente habían sido inventados por Luis, Lucas finalmente se durmió ante la atenta mirada de Miriam que desde el marco de la puerta de la colorida habitación del pequeño observada la escena con indisimulable fascinación.

- Jamás me hubiera imaginado que eras tan bueno con los niños - dijo Miriam mientras entornaba tras ellos la puerta de la habitación 

- Ni yo - Rieron ambos

- Siento que te debe una explicación - Dijo ella endureciendo su expresión mientras caminaban escaleras abajo

- No me debes nada - Sentenció Luis

- Sí, claro que si. Viniste hasta aquí preocupado por mi. Lo mínimo que puedo hacer es contarte qué fue lo que pasó - Deteniendo el paso al llegar al final de la escalera - Iba a prepararme algo de comer porque no he comido en todo el día. Te apetece quedarte? 

A Luis le pareció ver la misma mirada que tenía Lucas al suplicarle por un cuento tiempo antes. No podía resistirse a esa mirada, no podía ni quería hacerlo.

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Perdón por la demora. Estoy de vacaciones con amigos y se hace difícil encontrar un hueco para escribir aparte del hecho de que el internet del piso que alquilamos deja bastante que desear pero no quería dejar pasar más tiempo sin subir nada...

Prometo no dejar pasar tanto tiempo para el próximo... Si puedo mañana mismo lo hago.

Un beso y como siempre, gracias por leer.


El Crimen de CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora