Capítulo 6

527 36 6
                                    

El ascensor se detuvo en el tercer piso, al abrirse la puerta automática vieron como la oscuridad y el silencio reinaban en las oficinas de la división de homicidios del departamento de Policía de Madrid. Los pasos firmes el acento gallego de la Jefa de la unidad a lo lejos rompieron la calma. Como si estuvieran coordinados miraron la hora, 23:12hs. Salieron a la par del ascensor cuando la vieron aparecer por fin apenas iluminada por la luz del celular. Esperaban la reprimenda, la merecían. 

- Gracias Ana, enseguida voy para allá. Sabela acaba de llamarme también así que paso primero por el quinto y luego te veo. Vale?

Estaba tan enfrascada en sus pensamientos que recién los vio cuando estaba a punto de chocarse con ellos.

Su cansancio y sus caras de "culpa" resultaron lo suficientemente eficientes para que decidiera dejar las preguntas pertinentes para saber el motivo de su demora para el día siguiente.

- Buenas noches Cepeda. Buenas noches Merino

- Buenas noches Jefa. Veníamos a hacer el informe de los interrogatorios de hoy- Se apuró a contestar el mallorquín mientras Luis miraba fijamente a la guapa rubia que tenía frente a sí.

- Ya es tarde y mandé a todos a casa. Villar y Hernandez se fueron hace más de 1 hora. Hagan lo mismo ustedes y nos vemos mañana aquí a las 7am. Ha sido un día largo. Mañana descansados podremos pensar mejor. No se atrapan asesinos sin descansar - Alternando la mirada entre ambos hombres sin poder evitar los escalofríos que experimentaba cada vez que se detenía en el rostro de su coterraneo que permanecía en silencio.

- Vale, gracias. Sí, la verdad es que estoy muerto - Agradeció Merino mientras caminaba hacia su escritorio para dejar su cuaderno con las anotaciones que había hecho. Miriam acompañó su movimiento con la mirada sin dejar de sentir la de Luis sobre ella para luego encontrarse con ésta y no poder soltarla.

- Te llevo Luis? - Preguntó Merino sintiendo que estaba interrumpiendo algo aunque no sabía exactamente qué

- Traje mi auto - Se limitó a contestar su amigo sin romper la guerra de miradas que mantenía con su nueva jefa como si ninguno de los 2 quisiera dar el brazo a torcer... era una lucha de poder o era la necesidad de seguir adentrándose en las profundidades de una mirada que le resultaba tan inexpugnable como fascinante?

Merino al percibir la tensión del momento decidió bajar los 3 pisos por escaleras para evitar pasar entre los gallegos que se encontraban bloqueando la entrada al ascensor. Cuando finalmente desapareció de la escena, Luis decidió rendirse ante ella y hablar

- La Ana con la que hablabas es la Dra. Ana Guerra, la forense?

- Sí, me dijo que ya tenía los resultados de la autopsia. De hecho iba para allá en este momento. Tengo que pasar por el laboratorio antes - Contestó ella mojándose luego los labios sin dejar de sostenerle la mirada. Acaso le estaba coqueteando? Pensó. Decidió borrar esa idea de su mente al instante. Se enojó con ella misma y culpó al hambre y la falta de sueño que ya la estaban haciendo divagar

- Puedo acompañarte? 

- Será mejor que descanses.- Lo último que quería era prolongar la tensión que había vivido en los últimos 2 minutos con ese hombre.

- No estoy cansado. Por favor? - La interrumpió el gallego

Repasó en su mente todas las escusas posibles pero sabía que ninguna sería suficiente y entendió que lo más rápido y simple era rendirse.

Asintió con la cabeza y pasó a su lado para entrar al ascensor que permanecía abierto. Luis giró sobre sus talones y apoyó su mano en la espalda para guiarla hacia dentro. El calor que desprendió el tacto a través de la tela de la chaqueta de cuero y el leve arqueamiento de espalda que percibió en ella lo hizo quitarla casi de inmediato.

El Crimen de CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora