De pronto el bullicio que solía imperar en la comisaría se detuvo, los dedos dejaron de aporrear los teclados de las computadoras, alguien decidió que apagar la fotocopiadora era una buena idea en ese momento, lo mismo con la vieja radio que sintonizaba no más de 3 emisoras y todas dejaban bastante que desear, las más de 10 conversaciones simultaneas que se suscitaban en ese momento sobre temas tan variados que resultaban imposibles de identificar se convirtieron en murmullos. Miriam levantó la vista de las carpetas con evidencia documentada que estaba revisando y entonces lo vio. Se abría paso entre los oficiales que se paraban a saludarlo y hacerle reverencias como si estuvieran viendo a un Dios, las manos que se estiraban para estrechar la suya y algunos más efusivos que palmeaban su espalda. Evidentemente no sólo lo conocían, sino que también lo admiraban y respetaban. Su cara le resultaba familiar pero no sabía exactamente quién era aquel hombre que avanzaba a paso firme por la comisaría como si se tratara de su casa. No pudo evitar recorrerlo con la mirada de pies a cabeza, jeans gastados, botas oscuras, básica blanca y chaqueta de cuero negra, rizos desordenados y barba perfecta e intencionalmente descuidada, el atractivo era evidente pero su halo de misterio le resultaba aún más inquietante. Miró a Merino y estaba especialmente tenso, tensión que se disipó cuando aquel extraño se acercó a él y le propinó un corto pero fuerte abrazo a modo de saludo, dejando una sonrisa en su rostro que combinaba alivio con emoción.
El extraño pasó a su lado sin siquiera mirarla. Inhaló profundo por las sensaciones extrañas que estaba experimentando y sus fosas nasales se invadieron de olor a tabaco y pino. Lo siguió con la mirada instintivamente hasta ver cómo se adentraba en la oficina del Capitán Martos.
Pudo ver cómo a través del cristal ambos hombres se fundían en un largo e intenso abrazo. Su cara de confusión debe haber alertado a Hernandez que observaba la escena desde lejos
- Es Luis Cepeda, la persona que dirigía esta unidad antes de que usted y yo llegáramos - Dijo Agoney acercándose a ella - Cuando yo estaba en crímenes menores me lo crucé un par de veces. Es una leyenda en la institución- Prosiguió el joven policía pero la mente de la jefa estaba tratando de descifrar qué hacía aquel hombre allí mientras fijaba la vista en lo que sucedía en la oficina de Martos a través del cristal.
El capitán pareció presentir la curiosidad de los agentes fuera de la oficina y cortó el trance de Miriam bajando las persianas americanas impidiendo así por completo la visión de lo que estaba ocurriendo en su despacho privado.
Había escuchado hablar de él antes, en varias oportunidades. Lo describían como un héroe sin capa prácticamente. Como si en la vida de la comisaría hubiera un antes y un después de Cepeda. También había escuchado que "después de lo que le pasó" no había vuelto a ser el mismo pero nadie estaba por la labor de explicarle qué le había pasado. Lo que sí sabía por lo que Merino le había comentado es que el del asesino de cenicienta había sido su último caso antes de tomarse una larga licencia. No hacía falta mucha inteligencia para saber por qué estaba en la estación, quería su puesto de vuelta. Quería el puesto que ahora le pertenecía. De pronto la rabia le recorrió el cuerpo. No iba a permitir que nadie le quitara lo que era suyo por derecho.
*****
Luego de separarse del abrazo en el que se habían fundido. El mayor de los hombres rodeó el escritorio de caoba para ocupar su lugar detrás del mismo
- Luis no es que no esté feliz de verte pero...
- Quiero volver Manuel. Lo necesito - Dijo sentándose frente al capitán - Te juro que estoy listo para hacerlo. Me dieron el alta hace 6 meses. Puedes hablar con la Dra. Galera si lo deseas. Sólo que no encontraba una motivación y ahora la tengo
- El Asesino de Cenicienta
- No lo llames así. Ese es un mote que le pusieron los gilipollas de la prensa. Ese hijo de puta no mató a Cenicienta, mató a Lucia Carreño, Blanca Gonzalez, Esther Frigerio, Marta Blass, María Dominguez, Elena Peralta y... - Se detuvo antes de pronunciar su nombre aunque estaba convencido de poder hacerlo
- Luis - Lo interrumpió Martos antes de que pudiera decirlo- Precisamente por eso no creo que sea buena idea que participes del caso. Puedo unirte a otro equipo si quieres pero este caso es personal para ti y temo que pueda nublar tu objetividad.
- Manuel, nadie quiere más que yo atrapar a ese tipo. Nadie conoce el caso mejor que yo. Sé que puedo hacerlo. Confia en mi por favor. Si quieres Galera puede hacerme revisiones periódicas. Te aseguro que lo demás está superado, mi objetividad no se va a ver nublada.
- Nunca pude decirte que no y lo sabes. Pero quiero que me prometas que si en algún momento esto te afecta más de la cuenta te vas a hacer un lado
- Prometido - Dijo el joven levantando su mano derecha mientras cruzaba los dedos de la izquierda haciendo que Martos lanzara una risotada a la que él mismo se unió.
- Otra cosa- Prosiguió el capitán- No puedo darte la jefatura. Vas a tener que estar a las órdenes de la Agente Rodriguez, ella es ahora la Jefa de la unidad. Quiero que le hagas caso y no te mandes por tu cuenta que te conozco bien y no quiero problemas. Es muy buena y tiene toda mi confianza. Estamos?
- Estamos - asintió Luis cruzando esta vez mentalmente los dedos. Ordenes? a él? Si, claro.
Martos caminó hacia la puerta y desde el marco llamó a Rodriguez a viva voz.
Miriam se levantó de inmediato para dirigirse hacia la oficina del jefe temiendo lo peor.
- Quiero presentarte a Luis Cepeda aunque creo que su fama lo precede - dijo el capitán sonriendo a la bella policía.
Cepeda se incorporó y estiró su mano para estrechar la de la chica mirándola fijamente a los ojos haciendo que luego de un par de segundos ella baje la mirada por no poder sostenérsela.
- El agente Cepeda se reincorpora hoy a sus funciones. Va a formar parte de su equipo. Con la baja de Méndez, queda un puesto dentro del presupuesto.
Miriam respiró aliviada al darse cuenta que no estaba perdiendo su puesto aunque algo le dijo que perder su puesto de trabajo no era el único peligro que corría cerca de aquel hombre.
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El Crimen de Cenicienta
RomansaEl asesino de cenicienta ha vuelto a matar luego de 2 años y el Detective Luis Cepeda decide salir de su letargo para atrapar al hombre que arruinó su vida, esta vez no se escaparía, esta vez cometería un error... Volver a la estación no será como...