De esos Amores Imposibles...

Capítulo 2- Alycia

Estoy en la cocina tomando un poco de agua, cuando noto que Gabriela ah tardado demasiado en bajar.

-Gabriela!- grito desde la cocina

-Ya voy mamá- la escucho contestar desde su cuarto segundos después

-Avanza mi amor! Llegaremos tarde a ver a tu tía- digo en el momento que tomo en mis manos las llaves del auto.

Gabriela es mi hija de 19 años, es una chica maravillosa en todo el sentido de la palabra. Es tierna, humilde, cariñosa, es una niña muy buena, a pesar de haberla criado sola desde sus 10 años, pienso hice un buen trabajo en la manera en que la crié. Bueno, de niña ya no tiene mucho, ya casi es toda una mujer, pero ya saben, para nosotras las madres nuestros hijos siembre serán bebés ante nuestros ojos.

-Ya ma' vamos- dice mientras baja las escaleras

-¿Y el regalo de tu tía?- le pregunto al verla bajar con las manos vacías

-Ups, ya vuelvo!- dice para rápidamente subir las escaleras

-Esta niña últimamente anda con la cabeza en las nubes- pienso

Ayer fuimos de tiendas a buscar un regalo para Michelle, mi mejor amiga. Hoy cumpleaños y siempre lo celebramos las tres juntas. Michelle es como una tía para Gabriela, aunque llego a su vida cuando tenia 10 años, Michelle se las arregló para robarle el corazón. Desde entonces son inseparables, a veces Gaby se queda con ella uno que otro fin de semana o muchas otras veces cuando tengo viajes de trabajo, Michelle se encarga de todo. Ella mas que mi mejor amiga es como mi hermana.

Me ayudó demasiado con Gaby cuando Gabriel su padre se fue de la casa. Desde entonces siempre ah estado presente en nuestras vidas, nunca nos ah dejado solas. Nosotras nos conocemos hace muchos años, desde adolescentes. Fuimos a la misma escuela y aunque yo era 3 años mayor que ella, desde que nos conocimos fuimos inseparables. La veía como mi hermana menor, le tomé mucho cariño muy rápido. Es de este tipo de personas que se dejan querer muy fácilmente.

Conocer a Michelle y no cogerle cariño es algo imposible. Es una mujer extraordinaria, trabajadora, inteligente, le gusta ayudar a los demás. Es una persona carismática, chistosa, le encanta hacer reír a las personas, se lleva super bien con todos. Michelle es muy cariñosa, atenta y super amable. Pero en ese tiempo de adolescentes pasaron cosas que llevaron a separarnos, por muchos años no tuvimos comunicación.

En ese entonces, un día en la escuela se comenzó a regar el rumor de que a Michelle le gustaban las niñas. Yo en ese tiempo era muy inmadura y para la edad que teníamos era algo normal, pero Michie era todo lo contrario. Siempre ah sido una persona muy madura, más de lo normal para alguien que tuviera la edad que teníamos. Cuando supe eso tuve miedo de que pensaran lo mismo de mi ya que siempre estábamos juntas.

Pensé en todo el tiempo que pasábamos juntas, y llegué a la conclusión de que a lo mejor yo le gustaba. Así que en ese momento comencé a alejarme de ella poco a poco. A veces iba a buscarme para almorzar y yo la evitaba a toda costa. En el fondo me sentía muy mal, la veía todo el tiempo sola, pero tenía tanto miedo. Realmente no tenía nada en contra de ella o de sus gustos. Aunque mis padres me criaran de una manera, siempre me enseñaron a respetar a los demás sin importar qué.

Desde que tuve mis 13-14 años mis padres comenzaron hablarme sobre lo que era el sexo. Muchas niñas a esas edades ya estaban comenzando a estar activas sexualmente y querían que eso no pasara conmigo. Que supiera que todo era a su tiempo, que no tenia porque apresurarme con algo que mas adelante con el tiempo experimentaría. Que en ese momento lo más importante era terminar los estudios eh ir a la universidad.

Me dolía mucho ver como los demás chicos comentaban cosas al verla pasar, le gritaban cosas desagradables. Sentía la necesidad de defenderla, quería hacerlo, pero nunca lo hice. No quería que por defenderla pensaran que yo era igual. Con el tiempo Michelle dejó de buscarme, ni tan si quiera volteaba a verme y la entendía. Fui una idiota con ella, pero la quería mucho, me sentía muy mal por haberla alejado de esa manera. Ni tan si quiera le di la oportunidad de hablar, de saber como se sentía.