• Catorce •

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Con todas las amenazas de Gray me era imposible no pensar en la seguridad de mi hija. Para mi, mi niña era lo más valioso que tenía en esta vida. Claramente no me iba a someter a sus órdenes, estaba decidida a decirle a Natsu que Luna llevaba su sangre. Me quería divorciar cuanto antes y continuar mi vida al lado del hombre que amaba.

- Supongo que esto es un chiste - observé mi alrededor molesta.

- pensé que sería buena idea festejar nuestro aniversario de bodas - Dijo en mi oído con una sonrisa divertida.

Yo observé las velas y los pétalos de rosas rojas sobre la cama, esto debía ser una broma de mal gusto.

- Gray - saqué sus manos de mi cintura - No.

- ¿Por qué no? ¿Olvidaste que soy tu esposo? - lo miré incómoda y molesta - debemos aprovechar ahora que nuestra pequeña esta dormida.

- Gray - él me agarró nuevamente de la cintura y trató de besar mis labios - ¡No quiero! - Lo empuje bruscamente, no quería sentir más sus besos - ¡No quiero estar contigo! ¡¿Estás ciego o que?!

- ¡Tu eres mía! - Me agarró de los brazos con fuerza - ¡Yo soy tu marido! ¡Es a mi a quién debes entregarte¡ ¡No al imbécil de Natsu!

- Me lastimas..- solté un quejido - M-Me estás lastimando, s-sueltame..

- Esta noche festejaremos nuestro aniversario, nos sentiremos el uno al otro - acarició mi piel - Hace tiempo que no lo hacemos, servirá para recordar nuestra historia de amor...

- Me tocas un pelo y juro que lo pagarás - él rio - Eres un maldito...

- Siempre has sido tan... - en ese momento se escucharon golpes en la cocina - Mierda.

Los golpes eran muy leves, pero aún así se notó lo desesperado que estaba aquella persona que me salvó de las garras de Gray.

- No quiero que te muevas de aquí, ¿Entendido? - Asentí - Iré a ver de quien se trata, no tardo - me soltó y salió fríamente del cuarto.

Deje salir un gran suspiro y me acerqué a la cuna de mi pequeñita, solo verla hacía que mi corazón se tranquilizara por aquel susto que me llevé.

- Debo sacarte de aquí, debo protegerte - sentí una presión en mi pecho al ver como mi niña dormía igual que un angelito, indefensa e inocente.

Pronto se oyeron ruidos sospechosos provenientes de la cocina, no me iba a quedar con las dudas así que salí de la habitación en silencio. Llegué a la sala y como si fuera poco, Gray tenía tomada a una mujer de las caderas, sonriendole de forma coqueta.

Era un gran imbecil, un sinvergüenza que me daba nauseas. Fui hasta la habitación nuevamente y busqué en mi armario un abrigo que ponerme. Tomé mi bolso materno y envolvi a mi niña en una cobija gruesa para protegerla del frío. Mi única salida era por la puerta trasera, aún así me arriesgue y salí de la casa con cuidado de no hacer ruido. Gray seguía adentro con aquella mujer, eso me dio tiempo de salir sin mayores dificultades.

Una vez en la calle, paré un taxi nocturno y le di la dirección de la casa de mis suegros, pues mis padres no me apoyarían con esta decisión. Mis suegros se ofenderian, después de todo, Gray era hijo de ellos. Sin muchas probabilidades de apoyo de parte de todos ellos, me atreví a marcar al número de Natsu.

- ¿Lucy? - contestó rápidamente - ¿Lucy eres tú?

- Quien más - reí sin mucha gracia - Debo verte, ¿Dónde estás?

- Con mis padres, ¿Por qué?

- Iré para allá, debo decirte algo importante - dije seria - ¿Natsu?

°• A Base de Errores •°  ||Lemmon|| #Wattpad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora