Veintiuno /Reversa

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Joder que la mañana estaba helada, no me extraña que las calles estén vacías. Parecía una ciudad fantasma de tanto silencio que gobernaba en las calles y en los metros. Que más quisiera yo haberme quedado en casa, en mi apartamento, mi propio hogar desde ahora. Ya no vivía con mis padres, se acabó el vivir bajo sus sombras, era hora de continuar mi camino donde lo había dejado.

- Volví - cerré la puerta y me frote las manos en busca de más calor - ¿Lucy?

Había un silencio, un silencio poco común. Me preocupó que no me contestara. Me dirigí a la habitación y solo vi a mi bebé en su cuna, Luna como siempre estaba calladita sin emitir llanto alguno.

Llegué hasta mi pequeña y me di cuenta de que llevaba el pañal mojado. Lucy no se lo había cambiado y eso me extrañó más. No lo pensé dos veces y busqué el pañal entre las pertenencias de mi hija. No tardé más de cinco minutos y una vez lista la dejé con su juguete ruidoso de mano para que se entretenga.

Fui hasta el baño para lavarme las manos y el rostro, una vez que me seque con la toalla frente al espejo, sentí unas manos que cubrieron mis ojos. Solté una risa al reconocerlas, eran cálidas y suaves.

- Llegas tarde - sentí su aliento en mi oído.

- Lo siento - Contesté. Ella quitó sus manos y me giré para observar lo hermosa que se veía esa mañana - No cambiaste a Luna.

- Lo hice - rio - Pero lo volvió a mojar.

- Por lo menos ya está limpia - le devolví la sonrisa tomando su cintura - supongo que ahora podemos pasar un rato juntos antes ir a ver lo del divorcio.

- No, Jackal me llamó - llevé mis manos a su trasero, obvio que no tomé atención a sus palabras - Ganamos..

- Entonces debo festejar que por fin serás mía - ella no quitó esa sonrisa y se acercó a mis labios para fundirnos en un beso.

Busqué su lengua y jugué con ella mientras la hacía retroceder hasta llegar a la cama. Busqué los botones de su abrigo y lo dejé caer al suelo. Sonreí al ver que llevaba una blusa debajo con una pequeña falda, espera.. ¿Iba a salir?

- ¿Ibas a salir? - Me detuve.

- Se me olvidó decirte que quedé con Zeref para la exposición de esta noche - Se notó el desagrado en mi rostro, ella se puso incómoda y bajó la mirada.

- Fuiste la semana pasada - ella me volvió a ver a los ojos algo tímida - No quiero que vayas hoy.

- Le di mi palabra - no quería discutir, no soportaba tener disgustos con ella.

Me agache un poco y busque nuevamente su boca, llevándola hacía atrás hasta hacerla caer en la cama. Ella rodeó mi cuello y abrió las piernas para sentir el roce de mi miembro en su entrada. Mi erección se hizo más dura al notar lo húmeda que estaba. Paré mis besos en su boca y abrí los botones de su blusa para chupar los pezones que se marcaban deseosos de sentir mis labios. Bajé mi mano izquierda a su entrepierna y lo empecé a frotar contra su entrada, sacándole un gemido tras otro.

- Natsu... - levanté el rostro y ella se puso de rodillas frente a mi.

Quedé parado frente ella como su mirada ordenó y sus para nada tímidas manos fueron a la correa de mi pantalón.

Mientras lo retiraba de mi, yo me libere de las prendas de arriba hasta quedar solo con los simples pantalones abiertos. Ella sacó mi amigo y se lo llevó a la boca para comenzar a chupar.

Joder que me gustaba sentir esa hermosa boquita jugar con mi miembro.

Por muy placentero que fuera, siempre me parecía mejor tener esa boca en la mía mientras entraba en ella.

Quise hacer las cosas más divertidas y la detuve, la puse boca abajo y levanté su hermoso trasero para darle un par de nalgadas. Bajé su pequeña braga y dirigí mi miembro a su lindo culito.

- Sabes que no me gusta hacerlo así - dijo con un tono infantil.

Reí y entre de una embestida, haciendo que aprete las sábanas en lo que agarraba su cadera para moverme en un vaivén continuo. Su interior era apreto y me encantaba. La oí gemir más que otras veces, lo disfrutaba mucho al igual que yo.

Que puedo decir, para mi, Lucy era una maravilla.

- ¡Natsu! - Ella se tomó por sorpresa el que la levantara sin salir de ella, quedando su espalda en mi pecho.

Dirigí mi miembro a su entrada y me comencé a moverme otra vez.

Subí mis manos por su estómago y agarré sus lindos senos, sin dejar de oír esos gemidos que soltaba cada vez más fuertes y tiernos. Ella giró la cabeza a un lado y yo levanté su falda hasta más arriba para que no estorbara. Busqué su boca con la mía y la besé mientras dejaba que sus pechos se agitaran ya que bajé mis manos a su vientre, donde pronto se haría notar mi próximo bebé.

- Natsu.. - Ella estaba por correrse.

- Lo sé...

No esperé más y me vine dentro de ella.

...

Estaba inquieto en el coche mientras veía como ese imbécil se acercaba mucho a Lucy. No soy tan idiota como para no darme cuenta de que él quería que ella fuera suya.

Pero como se atreva a ponerle un dedo encima a Lucy, no seré responsable si pasa un año o más en el hospital.

- Piénsalo - le dijo gracioso cuando Lucy salió de su salón - ¿Ok?

- Lo haré - odiaba que ella le respondiera con el mismo tono, pero también sabía que no tenía el derecho de prohibirle estar con alguien.

- Ya nos vamos, Luna - Acaricie su cabezita ya que empezó a llorar molesta por el ruido de los vehículos.

- Cariño - Lucy la cargó y se metió al coche.

Una vez todos dentro le puse seguro a las puertas. Encendí el coche y lo puse en marcha sin quitar la vista del frente, era claro mi disgusto y ella lo notó. A pesar de ello no dijo nada. Lucy se quedó callada durante el transcurso, sólo se dedicó a hacerle caras graciosas a nuestra hija.

- Ahora resulta que la enojada eres tú - cerré con fuerza la puerta del coche cuando ella bajó rápidamente sin mirarme.

- Creo que no entiendes mi relación con Zeref- dijo molesta al entrar a la casa con nuestra niña.

- ¿Qué debo entender? ¿eh? - dije molesto - ¿Qué ese tipo sólo busca meterse entre tus piernas? ¿Eso?

- ¡Eres insoportable! - gritó cerrando la puerta de la habitación con fuerza.

Ahogue un gruñido y entré con su mismo humor.

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Continuará***

°• A Base de Errores •°  ||Lemmon|| #Wattpad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora