• Doce •

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Me ingresaron a la sala de parto, aunque luego de hacerme una revisión decidieron cambiarme de habitación, eso sólo complicó más mi situacion, me asusté más.

- ¿Que ocurre? - oí decir a Natsu en la puerta, él estaba al lado de Gray hablando con el doctor.

- El bebé no está en la posición correcta, y el parto se adelantó un mes. Esto implica hacer cesárea cuanto antes - apreté las sábanas en lo que las enfermeras alistaban todo para el nacimiento de mi hijo.

Gray firmó algunos papeles y luego salieron para que el doctor continuara con su trabajo. Mis ojos se empezaron a cerrar debido a la anestesia y todo lo demás dejó de existir.

Sólo rogaba que mi bebé naciera sano y a salvo, él lo era todo para mi...

Cuando desperté, me hallé en una habitación blanca, incapaz de recordar lo que ocurrió antes de la cesaria, pero poco a poco todo empezó a tener sentido. Me sentí un poco adolorida y vacía, pues me había acostumbrado a tener esa enorme pansa conmigo.

- Veo que despertaste - Una voz masculina llegó a mis oídos - ¿Necesitas algo?

- Mi bebé... - fue lo único que logré decir por el cansancio.

- Ahora viene una enfermera con tu bebé - sonreí un poco, visualizando mejor a la persona que tenía en frente - Tranquila, sólo venía para ver si necesitabas algo.

- ¿T-Trabajas aquí?- observé su uniforme.

- Me llamo Zeref, soy tu enfermero - sonrió- Quería conocer a la madre de la primera niña nacida el día de hoy.

- ¿Niña? ¿Tuve una niña? - sonreí feliz.

- Lucy, que bueno que ya has despertado - Gray entró a la habitación - Me tenías preocupado.

- Estoy bien, ¿Y Natsu? - mi pregunta rompió con su escena ridícula de marido responsable.

- Está Afuera, se irá en unos minutos - dijo serio.

- Me retiro - El enfermero salió.

- No quiero que él se acerque al bebé, y menos a ti - Gray quería hacer su voluntad una vez más - Si desobedeces, será el niño quien pague las consecuencias, ¿Entendido?

- No te atrevas a ponerle un dedo encima a mi bebé - dije molesta - No dejaré que le hagas daño.

- No te atrevas a desafiar...

- Sñrt. Hearfilia, alguien quiere conocerla - La enfermera entró cargando a mi bebé.

Sonreí feliz al tenerla conmigo por primera vez, en mis brazos. Mis ojos se llenaron de pequeñas lágrimas y besé su frente mientras oía su pequeño llanto. Ahora sólo me importaba ella y nadie más, por mi hija sería capaz de todo.

- Mi bebé - Me dediqué a observarla, era tan pequeñita e inofensiva - Eres hermosa mi amor...

- ¿Niña? - Gray no pareció contento - ¿Tuve una hija?

- Una hermosa nena, señor - la enfermera sonrió - Fue la única pequeña que nació el día de hoy, es especial, ¿No cree?

- Dejemos a solas - le pedí a la enfermera, a lo que ella salió - ¿Qué tiene de malo que haya sido mujer?

- Creo que fue una pérdida de tiempo - observé de mala manera a Gray - Lo mínimo que esperaba era tener un niño, esa niña no tiene relevancia.

- Te recuerdo que no es tu hija - Mis labios hablaron con ira, no me arrepentí a pesar de la furia en sus ojos - Déjame decirte que deberías estar feliz, otro hombre cumplió tu trabajo ya que tú estás inestable- él me agarró del cabello furioso.

- Tú....

- ¿Que crees que estás haciendo? - Me soltó al oír la voz de su hermano dentro de la habitación - Que tan cobarde eres para ponerle la mano encima a tu esposa.

- No es cosa tuya - gruñó Gray para luego salir con un humor de mierda.

Sólo nos quedamos Natsu y yo dentro, él sonrió al ver y oír el llanto mi bebé en mis brazos. Yo me dispuse a alimentarla en lo que él se acercaba para conocerla, me sentí feliz porque a él no le importaba que fuera niña.

- Se parece a ti - comentó acariciando la mejilla izquierda de mi bebé - Es muy hermosa...

- Sacó los ojos de su padre - sonreí y el fruncio el ceño, pero luego soltó una risa

- Gray tiene los ojos oscuros como la maldad - "Idiota" pensé - los suyos son claros, jades, brillosos...

- Tal vez lo heredo de su tío - Él sonrió - Después de todo, eres hermano de Gray, Estas cosas suelen pasar.

- No quiero hablar de él en estos momentos, sólo venía para asegurarme de que estuvieran bien - Me pareció algo tierno de parte suya.

Bajé la mirada a mi bebé y sonreí ante la pequeña, pero brillante idea que se me ocurrió. Natsu tenía que sentir a su hija, sentir la calidez de nuestra bebé, aunque no supiera que es suya.

- ¿No te gustaría tomarla en tus brazos? - él se sonrojo levemente.

- ¿Puedo? - Asentí.

Él se acercó despacio y con cuidado la tomó en sus brazos protectores, sonriendo como un bobo cuando escuchó los pequeños balbuceos que emitía nuestra hermosa niñita. Natsu mostró estar fascinado, y sin duda se notaba que era su hija. Mi pequeña no lloró ni un poco en sus brazos y Natsu le hizo un gesto tierno al sentir el pequeño cuerpo de nuestra nena moverse.

- Natsu, ¿Tienes algún nombre pensado? - el me miró sin entender - Me gustaría que me ayudaras a elegir el nombre, aunque tenía pensado llamarla Amai.

- Bueno, en ese caso - volvió a ver a mi pequeña - tal vez Luna, espero que no te moleste...

- Luna... - sonreí - Luna se llamará entonces...

- Luna - Él la miró con ternura - Eres muy linda, pequeña. No dejaré que te hagan daño, te cuidaré de todo y de todos, te protegere con mi vida, princesa...

- Natsu.

- ¿Si?

- Gracias..

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Continuará***

°• A Base de Errores •°  ||Lemmon|| #Wattpad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora