Conociendo la verdad

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Estaban platicando conociéndose más, Katsuki miraba como la rubia le sonreía a su padre el cual se avergonzaba de vez en cuando, ojala esa mujer fuera su madre sería muy feliz, además se notaba el amor que se tenían. Continuo comiendo viendo como su pareja platicaba animadamente con su padre, le alegraba que aceptara su relación aunque no tuvieron que decir nada al ser descubiertos, suspiro ya no había marcha atrás. Terminaron de comer y la Sra. Mitsuki levanto los platos siendo ayudada por el rubio

— ¿Sucede algo? — preguntó la rubia.

— Es sólo que me alegra que papá sea feliz estando con usted, no sé si sabe todo lo que paso bueno pasamos, quiero que él sea feliz se lo merece es un buen padre y estoy contento de que haya encontrado a alguien como usted — dijo desviando la vista avergonzado.

— ¡Gracias!, me alegra que me digas eso, yo también estoy muy feliz con él — sonrió sin dejar de ver al rubio.

Ambos rubios sonrieron mientras caminaban a la sala donde ya estaban los otros dos, al llegar cada uno toma lugar al lado de su pareja, se formó un silencio no tan incómodo siendo roto por el Sr. Bakugou.

— Hijo, ¿Recuerdas que te mencione que te diría algo importante? — pregunto serio.

— Si — contesto tomando la mano del pelirrojo.

Escucho como ambos adultos suspiraban y se tomaban de la mano, mientras se dirigían una nerviosa mirada, los jóvenes los miraban esperando lo peor, tenían miedo.

— No sé cómo empezar — soltó de repente el pelinegro.

— Por el principio padre, acaso hay otra manera — dijo de manera irónica soltando una risa.

— Hijo guarda silencio — suspiro el hombre, el queriendo tomar valor y Katsuki salía con sus cosas pero eso lo ayudo a relajarse.

— Tranquilo cariño — susurro la rubia besando su mejilla.

— Bueno basta de tanto show, lo que quiero decir, bueno... es decir... yo... tú... ella... ¡Oh, porque es tan difícil...! — murmuro lo último molesto.

— Nosotros, ustedes y ellos, papá ya me se los pronombres — soltó una risita.

— Hijo, cállate... — suspiro — basta de dramas lo que trato de decir es que... ella... bueno ella es... — "Qué difícil" pensó — ella es tu... — fue interrumpido.

— Madre — dijo Mitsuki ya cansada de escuchar a su pareja dando tantas vueltas con lo mismo, viendo a los chicos.

— ¡Ah!, sólo eso... — dijo el rubio de lo más normal hasta que — espera... ¿QUÉ? — Grito después de procesar lo que dijo la rubia, se puso de pie sin dejar de ver a los adultos — ¿C...cómo..?, ¿Por... qué..?, que demonios — dijo mientras salía corriendo de la casa.

Todos lo miraron irse cada uno con un sentimiento diferente, confusión, tristeza, asombro, woow esa que no se la esperaba el rubio, Kirishima miraba a ambos adultos asombrado con cara de idiota bueno no es que tenga otra pero que se le va hacer. Soltaron un suspiro los tres volteando a la puerta viendo al rubio allí parado, quien tenía un semblante un poco amenazador, pensaron lo peor al ver como se acercaba a ellos con la cabeza gacha, con las manos hechas puño y temblando levemente, levanto la mirada la cual decía que tan molesto estaba.

La reacción de todos fue diferente, Kirishima se escondió tras un cojín como defensa algo le decía que se protegiera, Mitsuki estaba asustada y pequeñas lágrimas bajaban por sus mejillas bajo la mirada esperando cualquier cosa y Masaru pues él sólo veía a su hijo.

— Fue un gusto estar contigo — dijo el Sr. Bakugou no es que tuviera miedo pero uno nunca sabe.

Katsuki se acercó al hombre puso sus manos temblorosas sobre sus hombros apretó la camisa con sus dedos y empezó a zarandearlo mientras le gritaba molesto.

— PADRE IDIOTA COMO SE TE OCURRE DEJAR A ESTA MUJER EH IRTE CON AQUELLA VIEJA LOCA, QUE PASABA POR TU CABEZA... — esa y más reclamaciones salían de la boca del rubio mareando al hombre.

— Amor... — dijo Eiji bajando el cojín.

— TÚ CALLATE IDIOTA — grito molesto.

— Por eso digo que me calló... — volvió a taparse con el cojín mientras suspiraba y seguía escuchando al otro gritar.

De un momento a otro todo quedo en silencio, nadie decía nada.

— ¿Por qué... no me dijiste antes? — Preguntó el pequeño Bakugou — sabes todos los problemas que nos hubiéramos ahorrado, mierda estoy tan confundido pero... — volteo a ver a la rubia quien soltó un jadeo por la intensa mirada del chico — me alegro que ella sea mi madre... — dijo feliz — ahora si me disculpan quiero ir a golpear algo - dijo de lo más normal saliendo de nuevo.

Nadie dijo nada, sumergiéndose de nuevo en un silencio un poco extraño.

— Creí que sería peor — dijo Masaru recuperándose de lo mareado mientras sonreía.

— Tienes razón, siempre la tienes — dijo Mitsuki feliz.

Eijirou al ver que ya no había peligro salió de su escondite, "Ni que él hubiera tenido miedo, todo fue por precaución" se dijo a sí mismo. Después de ese momento las cosas siguieron normales empezando así una plática amena, minutos después el rubio volvió pero nadie pregunto nada.

— Padre lamento lo de tu cerco, luego puedo ayudarte a ponerlo... — dijo desviando la vista avergonzado.

— No te preocupes — dijo confundido — hijo sobre lo de hace unos momentos... — empezó a hablar.

— Shh, silencio... — dijo serio - aun no proceso todo bien, pero quiero saber todo, así que hablen... — miro a ambos adultos, sintió su mano ser tomada por el pelirrojo recordando que él estaba a su lado, eso lo hizo sonreír.

— Primero me callas y ahora quieres hablar, hijo eres extraño — sonrió el hombre viendo como el rubio se encogía de hombros.

Bueno digamos que Masaru narro toda la historia de principio a fin (la cual ya escribí antes), Katsuki escuchaba todo atentamente sin interrumpir a su progenitor alternando miradas entre su padre y su ahora madre, eso lo puso feliz para que negarlo pero sin algo de drama no tendría chiste. Antes él había mencionado que le encantaría tener a esa mujer como su madre y ahora que es verdad estaba feliz, pero quería saberlo todo sin omitir los detalles.

Cuando Masaru termino de hablar miro a su hijo esperando cualquier reacción de su parte, el rubio al escuchar todo de la confusión paso al enojo, "Que demonios se creyó ese idiota para hacer eso" pensó molesto (refiriéndose a su ahora abuelo).

— Y ¿Qué opinas? — pregunto nerviosa.

El rubio suspiro poniéndose de pie, ni recuerda cuando se sentó, camino hasta ella y extendió su mano esperando que la rubia la tomara, cuando eso paso hizo que se pusiera de pie y la abrazo, era uno cálido y tierno, ambos rubios sonrieron mientras apretaban más fuerte el abrazo. Los otros miraban atentos la escena mientras sonreían, todo salió muy bien.

Continuara

La Infidelidad lleva a la FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora