cincuenta y cuatro

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— No voy a subirme ahí.

Han Jisung miró como el carrito que se desplazaba por las vías de la montaña rusa caía en picada antes de dar una vuelta y seguir con su rumbo, escuchándose gritos por parte de las personas subidas en la atracción. Podía sentir el mareo y las ganas de vomitar sin siquiera estar ahí.

— ¡Por favor, Jisung! —Suplicó Minho por décima vez, tironeando de su mano, intentando que el chico se levantase del lugar donde se había sentado.

Los chicos habían decidido visitar un parque de atracciones para festejar Año Nuevo luego de casi un año sin haber ido, sin embargo, cuando todos los chicos dieron la “fabulosa” idea de repetir la ocasión e ir a la montaña rusa, Jisung se adelantó y negó rotundamente a participar en la actividad.

— ¡No voy a ir! La última vez me morí de miedo. Me niego.

Félix se apresuró a correr hacia el chico.— Yo también me asusté, Jisunggie, me quedaré cont–.

No llegó a terminar la oración porque Changbin lo tomó del brazo con fuerza, comenzando a arrastrarlo hacia los demás chicos que hacían animadamente la fila a unos metros de ellos.— Tú vienes con nosotros. —Dijo, terminante, mientras el rubio no hacía más que quejarse y forcejear inútilmente, ya que terminó siendo llevado a la fuerza hacia allí.

Minho se sentó junto a Jisung, tomándolo inesperadamente de la mano para así entrelazar sus dedos.— Si tienes mucho miedo mientras estamos allí arriba, puedes tomarme de la mano. —Dijo, con dulzura. El contrario dudó.

Hacía tan solo veinte minutos que había comido un gran plato de kimchi, así que la idea de subirse a una atracción que tratara de dar vueltas a toda velocidad no le causaba mucha ilusión.

Suspiró.— Si llego a necesitar una bolsa donde vomitar por subirme a esa cosa, tú serás mi bolsa, ¿me entendiste? —Habló, levantándose del banco con desgana, sin soltar la mano de Minho. El chico sonrió en grande, contento de haber podido convencer a su no-novio-todavía de acompañarlo.

Llegaron justo a tiempo para elegir los asientos; Hyunjin había corrido para sentarse con Seungminnie, Chan había decidido sentarse con Jeongin en uno de los asientos del fondo mientras que Changbin, Félix y Woojin se sentaron en los delanteros, dejando desocupado un asiento en el medio, el cual ocuparon.

Un señor más mayor que ellos se acercó asiento por asiento para abrochar los cinturones de seguridad. Jisung tenía el corazón latiéndole a mil por segundo, estaba seguro de que la pasaría terrible. Ni siquiera había empezado la atracción y podía sentir como el kimchi se revolvía en su estómago.

Minho colocó una mano en su hombro.— Va a estar todo bien. —Susurró, intentando calmarlo. "Eso espero", pensó Jisung. "El kimchi estaba demasiado delicioso como para vomitarlo, ¿sabes?".

El hombre vuelve hacia su sitio frente a la base de control.— La atracción está por comenzar, por favor, agárrense fuerte. —Lo último hizo a Jisung aferrarse a su asiento antes de que el señor presionara el botón. Y el juego empezó.

***

— ¡Fue grandioso! —Exclamó Jisung cuando la atracción terminó, desabrochándose el cinturón de un tirón antes de bajarse del asiento.

Sin embargo, Minho no podía opinar lo mismo al respecto. Jisung no pudo evitar reír al verlo bajar de la montaña rusa medio muerto. Lo tomó de la mano.

— La última vez no había estado tan mal... —Susurró, completamente mareado.

— Jisunggie tiene razón, fue genial. —Apoyó Félix, acercándose a ellos con una gran sonrisa—. Pensé que la pasaría peor.

— Minho hyung, ¿quieres que te acompañemos al baño? —Preguntó Jeongin, mirando al chico con preocupación. El contrario hizo un ademán con la mano para indicarle que no era necesario, aunque su rostro expresara lo contrario.

— Está bien, no es nada que no pueda soportar.

Jisung sintió como el teléfono en su bolsillo comenzaba a vibrar.

— Tengo una llamada, un minuto.

Se alejó de sus amigos mientras tomaba el teléfono en su mano, atendiendo sin siquiera haber visto primero quién era la persona que llamaba.

— ¿Hola?

— Jisung, ¿dónde estás?

Reconoció la voz con tan sólo oírla. Era su hermano. Hablaba con él seguido, aunque no lo suficiente.

— Estoy en un parque de diversiones con los chicos, ¿por qué?

— Tienes que venir rápido al hospital. —Avisó, sonando preocupado—. Tu madre acaba de despertar.

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