La primavera se había ido junto con mi tristeza, cualquiera hubiera pensado que en mi vida nunca estuvo Midori, pero era todo lo contrario, ella está cada momento en mis pensamientos y sé muy bien que no le hubiera gustado que estuviera llorando todo el día por ella. Trataba de seguir mi día a día, las calurosas tardes de julio comenzaban a presentarse y las fiestas en la playa empezaban a ser constantes.
Los últimos cinco meses fueron intensos en LIGHT, todos corrían de un lado a otro mientras que en nuestro departamento nos manteníamos en una especie de cueva alejados de todos, presionados por terminar los sketch del proyecto, pudimos terminarlo hace apenas una semana por lo que ahora todo estaba mucho más relajado. Este fin de semana tenía planeado pasarlo con Aki y haciendo limpieza en la casa, revoloteaba feliz de un lado a otro al ritmo de Miyavi.
Brincábamos y saltábamos por toda la habitación hasta que el ringtone de mi móvil nos sacó de ese alegre momento.
- ¿Hola? - atendí la llamada entre risitas al ver como Aki volaba por todos lados.
- ¿Tienes planes para hoy? - del otro lado preguntaba Kaito.
- Estoy en pleno concierto con mi compañero ¿seguro que quieres interrumpirnos? - pregunté burlona.
- ¡Ha ha ha ha! me encantaría ver eso, estaré a las 7 en tu puerta con pizza y DVD's.
Dicho eso colgó sin darme tiempo de réplica, sonreí a mis adentros y volví a los que haceres. Después del funeral de Midori, las cosas entre Kaito y yo fueron mejorando que nos volvimos muy cercanos, Hitoshi nos molestaba con indirectas como ''Kaito es mas alegre cuando estás tu Takashi'' o ''Ya dile que sí, Takashi'', cosas que realmente nos apenaban a ambos, pero a pesar de eso ninguno se atrevía a dar el siguiente paso.
Faltaban diez minutos para las 7 p.m. , Aki había hecho un buen trabajo ayudándome a limpiar por lo que para esta hora ya estaba lista para recibir a Kaito. Preparaba los refrescos y los últimos detalles para recibirlo cuando sonó el timbre, corrí a abrir la puerta y del otro lado apareció un apuesto hombre, su playera café y sus jeans ajustados lo hacían lucir tan fresco, hacía un hermoso juego con su cabellera que ahora estaba más larga y recogida con una goma. En sus manos portaba lo que me había prometido, dos enormes pizzas y DVD's que a juzgar por su portada eran de terror, él comenzaba a saber muy bien mis gustos.
- Llegaste justo a tiempo, pasa.
- ¿Está Aki? quise dejar a Luciell en casa pero se puso impaciente y tuve que traerla - dijo y al momento se asomó una tierna lagartija de su bolsillo del pantalón.
- Hahaha claro, ve a mi habitación pequeña - dije dirigiéndome a Luciell - ahí encontrarás a Aki.
Entonces el pequeño reptil fue corriendo en su búsqueda y Kaito y nos nos encaminamos a la sala para ponernos cómodos. Después de un rato solo quedaba un trozo de pizza y Kaito estaba que temblaba de miedo por el final de la película que acabábamos de ver.
- ¡Estuvo fantástica! esos efectos y esa sangre por todos lados, simplemente ¡wow! ¿no lo crees? - pregunté entusiasmada.
- Emm si si, estuvo muy buena - dijo incorporándose y evitando que notara su miedo.
- ¡Buu!
Fue muy gracioso su sobresalto al asustarlo desprevenido, pero eso provocó que me atacará con cosquillas por debajo de mis costillas, ambos caímos en el sofá siendo victimas de un ataque de risas cuando repentinamente él quedó en cima mío. Quedamos en silencio mirándonos frente a frente, con su mano quitó un mechón de cabello de mi rostro y poco a poco comenzó a acercarse más, mi corazón se aceleraba y podía sentir que el de él también.
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Cayendo a las nubes
Fantasy¿Has sentido la necesidad de huir de tu origen para cumplir tus sueños? pero, ¿Qué harías si en el camino te encuentras con obstáculos fuera de este mundo? Rin, una chica de 24 años, se ve inmersa en un lío que la persigue desde hace algún tiempo y...