Capítulo 19.- Reinicio

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Las ramas de los árboles golpeaban con fuerza mi rostro mientras intentaba cubrirme torpemente con mi brazo, la obscuridad de la noche había caído y eso, sumado a los obstáculos que me topaba en el camino, hacían que mi destino se retrasara considerablemente. Mi respiración era cada vez más acelerada pero no me podía permitir dejar de correr, tenía que llegar lo antes posible a la roca para comenzar el reinicio, mientras que arriba entre la luz de la luna, Kaito montado en Luciell intentaba retener a Yuu con todas sus fuerzas. A los lejos se escuchaban los estruendos de la batalla en la cual todos los aldeanos de Niyool se habían unido, nadie a excepción de Meri sabía lo que yo estaba a punto de hacer...

- ¡Hey amigo! ¿En dónde te habías metido? - Aki apareció sorpresivamente de entre las copas de los árboles y me tomó entre sus brazos repentinamente para después fusionarnos.

La aparición de mi compañero fue un enorme regalo ya que estaba a punto de rendirme por el agotamiento, juntos volamos rápidamente hasta el campo que ya se encontraba muy cerca pero justo cuando aterrizamos a pocos metros de la roca una fuerza nos tumbó al suelo, la fusión había terminado así que traté de incorporarme lentamente, a mi costado Aki ya estaba preparado ante cualquier movimiento que Hina pensara hacer.

- ¿Pensabas que no sabía que vendrías a este lugar? - preguntó mientras caminaba hacia el otro costado de la roca, su aspecto era desaliñado y psicótico, con la capucha que solo dejaba asomar su sonrisa.

- ¡Por favor Hina! apártate de todo esto y juró que te ayudaré a que tu madre te acepte de nuevo en Niyool 

- ¡Ha ha ha ha ha! ¡¿Por qué piensas que quiero regresar?! ... oh... o ¿Es a caso que no sabes que no soy su verdadera hija?.

Dejó escapar una risa macabra a la vez que se descubría el rostro, dio unos pasos lentos en mi dirección pero cuando Aki estaba listo para atacarla Cerbero apareció y lo embistió con fuerza, Hina aprovechó el momento para abalanzarse hacia mi y tomándome del cuello me dejó inmóvil en el suelo. 

-¿Q-qué quieres de mi?- pude pronunciar.

- Esto... - enredó la cadena de mi medallón entre sus dedos y tiró fuertemente de ella hasta que pudo arrebatarlo de mi cuello - Ahora ya no te necesito... - estaba lista para darme el golpe final, pero pude reunir las pocas fuerzas que tenía para clavarle una patada justo en la boca del estómago que la dejó sin aire y pudo alejarla de mi algunos metros - ¡Idiota! ¡Mereces morir!

Entonces Aki voló velozmente a mi dirección logrando fusionarnos y escapando directo al cielo estrellado, detrás de nosotros Hina, en el lomo de Cerbero, nos seguía a toda velocidad con evidente furia en su mirada, logró embestirnos en varias ocasiones lo cual provocó varias heridas en mi compañero debido al roce de las garras de su compañero y por ende, estas heridas también me las provocaba a mi.

Continuamos luchando en las alturas, no muy lejos de donde se encontraban Kaito y Yuu, nuestras batallas dejaban escapar relámpagos de todo tipos de colores.

- ¡Hina no puedes continuar con esto! ¿No recuerdas que eres parte de nuestro equipo? - intentaba de alguna forma distraerla para poderme acercar y quitarme mi medallón, abajo el ejercito de Niyool comenzaba a debilitarse mientras que los capa roja llegaban en montones desde las penumbras del bosque.

- ¡Basta de tonterías! ¿amigos? ¿familia? ¿equipo? ¡Madura niña estúpida! esas son tonterías que te hacen creer ¿ya olvidaste que tu propia abuela te ocultó todo esto por tanto tiempo?

- ¡Cállate! - Estaba cansada que me llamaran estúpida e inmadura, toda mi vida me había creído el que me llamaran de todas formas...pero ya era suficiente - ¡No vuelvas a mencionar a mi abuela! - El puño de Aki se cerró fuertemente y casi tan rápido como un rayo nos colocamos a un costado de Cerbero - ... te di muchas oportunidades Hina, lo siento - el puño se estampó en la criatura de aspecto felino y cayó en picada con su dueña aún en el lomo.

Aún fusionados, nos dirigimos en su dirección ya que no habíamos logrado obtener de vuelta mi amuleto, al llegar al lugar en donde cayeron vimos como Cerbero se hacía polvo que se iba volando con el viento, y colgada entre las ramas de un árbol, yacía inerte el cuerpo de Hina.

- Lo siento tanto...- con lágrimas en los ojos bajamos su cuerpo y pude rescatar mi collar.

Al llegar de vuelta a la roca, Meri ya nos estaba esperando.

- ¡¿En dónde estaban?! ¡el tiempo se acaba! nuestras tropas están cayendo y los capa roja están entrando al casti... - se detuvo al ver el cuerpo inmóvil que cargábamos en los brazos, corriendo hacia nosotros y con lágrimas en los ojos, tomó el cuerpo de su hija y lo abrazó con tanta fuerza queriendo sentir algún signo que le diera una señal de vida, aún que sabía en el fondo que era inútil.

El rostro de Meri era de profundo dolor, no sabía con certeza si era su verdadera hija pero no me quedaba duda que la quiso como tal hasta el último momento. Parada justo en frente de la piedra todo a mi alrededor parecía moverse en cámara lenta, Aki luchaba contra los capa roja que comenzaban a llegar hasta donde estábamos, acompañado de de Dai, Hitoshi y Hiro intentaban hacer una barrera para retenerlos hasta que yo colocara el dije en la roca y el reinicio ocurriera.

Hundida en mis pensamientos veía como Hiro me gritaba con desesperación, sin embargo me encontraba en una especie de shock que me impedía reaccionar, ahí parada estaba teniendo una batalla interior sobre tomar una de las mayores decisiones de mi vida...tendría que olvidarme de todos si no los quería ver morir. El rostro de Hiro tenía una horrible mueca de espanto junto con su dedo que apuntaba justo detrás de mi, lentamente di la vuelta y vi como Hebi se dirigía a mi con una katana en mano, seguramente para evitar que hiciera lo que tenía en mente, por un momento pensé que tal vez si morían todos yo debería ser la primera así que solo me resigné a cerrar los ojos, esperaba el dolor más inmenso pero no pasó nada, ante la tardanza del golpe los abrí y en el suelo Kaito y Hebi luchaban a golpes mientras aldeanos y Luciell intentaban retener a Yuu en el aire.

- ¡Hazlo! ¡ahora! - poco a poco lograba escuchar los gritos de Kaito hasta que salí del shock - ¡Rin!

- No...- dije en voz baja y con lágrimas en los ojos - por favor no, Kaito - le rogaba para que no me obligara a olvidar a todos, entonces Hebi aprovechó la situación y comenzó a golpearlo con más fuerza.

-Estaremos bien... - dijo Kaito sonriendo, aún recibiendo los puños de Hebi en su rostro.

Aparté la vista de él con inmenso dolor, di una ultima mirada a mi compañero, él me miró y con una sonrisa en mi rostro nos despedimos... golpeé el dije contra el hueco en la roca y entonces todo se volvió obscuridad.

                                                                                               ...



Cayendo a las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora