- ¡Hahahaha eso es Michi! salta más alto - un pequeño niño reía efusivamente al ver saltar un diminuto conejo, tan blanco que podía perderse en aquel lugar, sin embargo era un poco extraño ver que con un brinco pasara por encima del niño - ¿Eh? ¿y tu quién eres? - sus enormes ojos cafés me miraron con cierta duda, vi mover sus pies un poco para después dar pequeños pasos nerviosos sobre el suelo impecable del lugar, el cual parecía una sala de manicomio completamente blanca, pero esta no tenía fin - ¿Eres un guardián? mmmm... creo que no, eres niña y... no tienes a tu bestia ¿En dónde está tu compañero?
No sé qué es este lugar, intentaba buscar con la mirada a la reina pero al parecer solo estábamos nosotros tres; el niño, el conejo y yo. Sus ojos cafés seguían mirándome fijamente seguramente esperando una respuesta de mi, entonces su pequeña mano tomó la mía.
- ¿Qué es este lugar? yo... yo estaba en Niyool y... - Una sonrisa se dibujó en su tierno rostro cuando intentaba explicarle de dónde yo venía, entonces él y su pequeño conejo comenzaron a saltar de alegría.
- ¡Vienes de Niyool! lo hubieras dicho antes, ven te llevaré con el supremo.
Apretó su puño y dio tres golpecillos en el suelo, a continuación una puerta de aluminio surgió de las profundidades. Con aparente satisfacción, el pequeño la empujó un poco y entramos a través de ella. Del otro lado había un inmenso jardín con flores de todos colores y no muy lejos un frondoso roble en el cual se distinguía la silueta de una persona descansando en su tronco.
- Ve con él, seguramente te está esperando - el pequeño soltó mi mano y se fue jugando junto con su mascota por entre los pastizales.
Al llegar al roble miré a aquel hombre que tomaba una siesta, era de edad avanzada y portaba una túnica negra, su sombrero de paja le cubría el rostro y sobre sus brazos tenía apoyada su cabeza. Me puse de cuclillas para moverlo un poco y lograr despertarlo, pero justo cuando iba a tomar su hombro noté el objeto que se encontraba en su costado izquierdo, esa cosa era el mismo bastón de madera del anciano aquella noche en Gorush, con mucho cuidado me incliné para poder alcanzarlo pero una ráfaga de viento me tumbó y en un parpadeo el bastón había desaparecido junto con el hombre.
- Es bueno ver cuánto has crecido en estos 10 años Rin, te han dado un buen clan, justo como lo ordené en mi testamento - frente a mi estaba parado aquel hombre mirando mi antifaz, el mismo anciano que me había introducido a este mundo y que por cierto seguía tal cual a la primera y última vez que lo vi - No piensas quedarte toda la vida ahí ¿o si? - con una sonrisa extendió su mano para ayudarme a ponerme de pie.
- ¿Eh? claro que no - tomé su mano y al incorporarme sacudí mi trasero lleno de polvo - lo he estado buscando por años ¡Todos me creyeron loca después de lo que pasó en Gorush! - durante diez años mantuve esta rabia en mi interior hasta este día.
- Hahaha lo sé, también sé que no hace mucho llegaste a aquí, Meri me lo ha contado todo.
- Si, y seguramente también le contó las veces que me han querido asesinar en dos días - contesté mirándolo con ceño fruncido al verlo tan calmado.
-Bueno, bueno y ¿Qué te trae por aquí? debe ser algo importante.
- En verdad no lo sé, estaba con la reina formando el eclipse cuando apareció un destello y de pronto aparecí aquí con ese niño - dije señalando al pequeño con su mascota que seguían jugando entre las flores.
- ¡¿Qué?! ¡¿Hicieron el eclipse?! le dije a esa mocosa que lo evitara a toda costa - se tocaba la sien como tratando de pensar en alguna solución - ¿Qué fue lo que pasó antes de que aparecieras aquí?
- Después de mi sentencia, me llevaron a una habitación y desde el balcón pude ver Tokio en el cielo y como de la nada era atacada, un guardia me trasladó hasta donde estaba Miyoshiki Meri quien me dijo que la única opción para restaurar la barrera era haciendo el eclipse con nuestros medallones, subimos a lo más alto del castillo y después estoy aquí.
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Cayendo a las nubes
Fantasy¿Has sentido la necesidad de huir de tu origen para cumplir tus sueños? pero, ¿Qué harías si en el camino te encuentras con obstáculos fuera de este mundo? Rin, una chica de 24 años, se ve inmersa en un lío que la persigue desde hace algún tiempo y...