Unidos Por La Luna: El secreto

Conociendo a los lobos

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CONOCIENDO A LOS LOBOS

「𝗔𝗡𝗗𝗥𝗘𝗔 」

Salí de educación física y ví al nuevo afuera del instituto por lo que decidí ir a dejarlo a su casa ya que no me gustaba estar en mi hogar sin la presencia de papá.

Al llegar a su casa observé que Aaron sí vivía un poco lejos, tenía una casa muy grande y un terreno para correr o hacer un picnic muy grande.

Una mujer parecida a mi compañero salió de la casa junto a otra mujer más idéntica a Aaron, supuse que eran sus hermanas.

Esa familia está muy pálida. ¿A caso no van a la playa?

—Tía, ella es Andrea, una compañera de clase, me trajo a casa porque Enne me dejó —dijo poniendo una cara chistosa.

—Buena tarde —dije amablemente.

La mujer número uno sólo se me quedaba viendo de abajo hacía arriba. Eso me incomodó un poco.

—Bueno yo me voy, adiós Aaron, te veré mañana —me despedí.

—Dime Ronny. Muchas gracias, nos vemos.

Al irme de esa casa me dirigí al bosque, dejé mi moto donde siempre y poco a poco me fui transformando.

Cuando me transformaba me sentía libre, me sentía yo misma, pero a la vez recordaba que era líder y debía planear algo para los chupa sangre. Aunque apenas llevaba 7 meses en la manada eso no impedía que no pudiera ser una buena líder.

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La alarma sonó a las 6 a.m. Normalmente me levantaba a las 5 para salir a correr, pero el sueño me había ganado.

Me metí al baño para bañarme y al terminar me cambié. Usé un pantalón de mezclilla, la camiseta de la escuela, un suéter negro, calcetines blancos y unas botas negras. Una vez lista comencé a correr hacía mi escuela. Gracias a mi velocidad pude llegar a tiempo. Además, me servía como ejercicio.

Para mi mala suerte llegué muy temprano al instituto. A primera hora tenía taller lo cual a los primeros minutos me aterra por no saber de qué se hablará en la clase debido a que la maestra saca temas nuevos, dejando actividades las cuales se toman muy en cuenta. Debo de admitir que la profesora era muy linda, pero también muy estricta, tanto que si la haces de enojar te manda a explorar la naturaleza, en pocas palabras: te saca de su clase.

Un módulo y medio tuvo que pasar para que me dieran ganas de ir al baño así que le pedí permiso a la profesora.

Iba paseando por el pasillo hasta que me debute a ver a Ronny. Ese chico tenía algo diferente a los demás, y aún no lo sabía.

— ¿Piensas saltarte la clase? —pregunté riendo — ¡Qué malo!

—No —respondió —. No sé dónde queda el salón, me perdí.

— ¡Oh! —exclamé — ¿Qué te toca? —le pregunté debido a que mi escuela era muy rara, no todos compartíamos las mismas clases gracias al cupo de cada salón.

—Español con la maestra Sofía —respondió.

—Mira es en la tercera puerta —dije señalándole el salón.

—Gracias —me sonrió.

Ronny se fue corriendo mientras yo me dirigía al baño.

Al salir del lugar volví al salón. A partir de entonces se fue muy rápido el tiempo hasta que llegó mi hora favorita, receso.