Unidos Por La Luna: El secreto

El Secreto

『 20 』

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EL SECRETO

「𝗔𝗔𝗥𝗢́𝗡 」

Hace mucho tiempo fui amigo de una gran bruja de Nueva Orleans la cual me aseguró que mi futuro estaba ligado a la luna y que me había preparado para una gran batalla. En el momento que conocí a Andrea creí encontrar el sentido a sus palabras por su bello rostro en forma de luna, sin embargo, todo cobraría sentido de poco a poco.

Abrí los ojos ante el sonido de una pequeña ave tocando la ventana, queriendo entrar, y posteriormente observé que a mi lado se encontraba mi querido ángel de hermosos ojos.
¡Dios! Se veía tan hermosa dormida y no quería despertarla porque sabía que cuando lo hiciera significaría dejar de verla por lo que preferí irme antes de que ella abriera los ojos.

No me gustaban las despedidas y no quería decirle un adiós ya que me dolería más de lo común por no ser completamente humano.

Al salir me encontré con Archie sentado, acariciando el cabello de Sarah mientras dormía.

— ¿Ya te vas? —preguntó en tono triste.

—Sí, cuídala, por favor.

—No entiendo porque terminó tan rápido lo suyo. 

—Yo menos —medio sonreí.

—La protegeré —prometió.

—Es triste ¿No? —le pregunté escuchando de lejos el corazón de Andrea.

— ¿Qué? —preguntó sin entender.

—Tener muchos años de vida y enamorarse sólo una vez sabiendo que ellas algún día morirán y nosotros tendremos que vivir con ello —respondí para después salir.

Decidí arriesgarme un poco y correr a mi velocidad inmortal a pesar de tener el riesgo de que algún lobo me notara. Mi dolor era tanto que la adrenalina fue mi solución.

Después de un rato llegué a mi casa algo cansado debido a mi parte mortal pero ese sentimiento se desvaneció cuando ví a Enne y a mi mamá en la sala con una cara nada feliz, más bien reflejaban preocupación.

— ¿Qué pasa? —pregunté por sus expresiones.

—Sabemos quién es el líder de los lobos —respondió mi mamá.

— ¿Y quién es? —pregunté rápido —. Tal vez si habló con él podamos arreglar el mal entendido.

—Es ella —corrigió mi hermana.

— ¿Es una mujer?

Las dos asintieron.

— ¿Y quién es? —repetí.

Ambas se miraron mutuamente para después bajar la mirada.

— ¿La conozco? —pregunté bromeando.

—Andrea...  —susurró Enne.

— ¿Ella qué tiene? —pregunté sin entender.

Enne tomó aire para seguidamente expulsar la verdad de su boca.

—Andrea es la líder —me dijo Enne mirándome con la voz quebrada.

En ese instante mi corazón se aceleró, mi saliva no pasó y mi cuerpo comenzaba a entrar en calor al mismo tiempo que mi cabeza decía a gritos que era una mentira. Una cruel mentira por parte de mi hermana. Y sobre todo, Andrea no era la persona que me quería muerto.