Día 01: Primer encuentro | Orquídeas

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Palabra #1: Primer encuentro.

Detalles: Universo alternativo.

Extensión: 2572 palabras.


Orquídeas


Sus dedos presionaron una y otra vez el botón del ascensor. Castañeó los dientes al ver la flechita roja brillar sin resultado alguno. Se atropelló a la salida de emergencia, bajando las escaleras a zancadas. Al diablo, tocará bajar diez pisos corriendo. En el camino se sacó el saco del traje y se aflojó el nudo de la corbata que le apretaba la garganta y la cordura.

No podía ser posible. Simplemente no.

Su celular vibró en el bolsillo. Tropezando los escalones lo tomó y descolgó la llamada.

—¡Ya voy, ya voy! —chilló sin aliento, a sabiendas de quien se trataba sin ver siquiera la pantalla.

—¡Rápido, Shiro! —insistió su jefa Allura, con la voz más aguda por el nerviosismo— ¡Las necesitamos!

Entornó los ojos con agotamiento.

La multinacional de seguros Altea era la más prestigiosa del mercado y anualmente ofrecían una serie de conferencias donde sus aliados y competencia por igual se reunían entre bufets y música alegre. La manera de manejarse la compañía, de puertas para adentro como hacia afuera era envidiable. Aquella proyección de seguridad, dinamismo e inusitada jovialidad era novedosa en tan insípido rubro, y todo se debía a su nueva directiva, encabezada por Allura, hija del fundador ya fallecido. Sin embargo, como toda empresa, se manejaba con sus rituales y tradiciones.

Una en particular, fuertemente ligada con una flor, que además era parte de su logotipo.

—Veré que puedo hacer, Allura, no te as-

—¡Entonces ni te molestes en volver! —amenazó molesta— ¡A menos que sea con las junberries! —y colgó.

Shiro resopló, mirando la pantalla del celular. Tropezó, agarrándose de la barandilla en medio del mini infarto.

—Oh, diablos. ¡Mataré a Lance! —gritó, saltando los últimos escalones y corriendo hacia la calle.

Si el buffet del mediodía con su más aguerrida competencia, la recién constituida compañía Oriande, no tenía de esas jodidas flores de junberry en los centros de mesa, Allura los iba a matar. Lotor era un aliado estratégico potencial y un acuerdo era necesario.

Además de que a Allura se le salía la baba por él, claro está.

Así que no escatimaron gastos en hacer una reunión con música amena, platillos divinos y una decoración sencilla pero preciosa a la par...

Y todo habría resultado excelente, de no ser por Lance, a quién se le encargó la compra de los cien centros de mesas personalizados con las dichosas junberries en la floristería de confianza de la compañía, Olkari, la única en la ciudad que las cultivaba. Por un error en el pedido los centros de mesa fueron entregados días antes del evento y Lance se rehusó en llevarlas a la empresa, justificando que se morirían por el frío de los aires acondicionados. En fin, asumió la paternidad de más de cien flores exóticas en su apartamento de soltero y murieron por mas rociador de agua fresca que usó. Allura casi lo despide al verlo llegar chillando con una carretilla repleta de macetas muertas, hasta que Shiro intervino en su defensa.

¿Y ahora qué?

Él de idiota corriendo por toda la ciudad buscando flores exóticas. Olkari estaba cerrada y por más súplicas que recibió los dueños no estaban en ese momento en la ciudad para abrir y salvarlos.

FLUFF MONTH SPECIAL | VOLTRON SHEITH ONESHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora