Día 10: Miradas | El viejo Shiro

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Palabra 10: Miradas

Detalles: in canon, fix it fic, s8.

Extensión: 1314 palabras.

El viejo Shiro


Con aquel peluche enorme y rechoncho de hipopótamo entre los brazos, le miraba sin dejar de sonreír. Estaba ahí entre la pequeña multitud aglomerada alrededor, dándole ánimos.

Aún le daba gracia su reacción exagerada de que le dijeran viejo y que, como el jovencito competitivo que recordó una vez fue, se anotara en esta extraña competencia de vencidas.

Lo apoyaría siempre en lo que fuera;

—Enséñales quien manda, abuelo —había alzado la ceja y sonreído retador.

¿Ahora?

Con Kuro en brazos, porque sí, el limitado conocimiento de japonés que tenía gracias a Shiro y sus escapadas del Garrison donde le enseñó una que otra palabra y cómo fue su infancia en el campo, le recomendaron ponerle a un hipopótamo el nombre de un color, estaba ahí para él.

>>—¿Y cómo es rojo? Me gusta el rojo —había dicho recostado sobre la motocicleta de aire, mirando con pereza al cielo, aquel que comenzaba a oscurecer. Ya deberían regresar al Garrison, suspiró con hastío de sólo pensarlo.

No quería dejar de estar con él, así fuese en competencias de motocicletas o mirando las estrellas aparecer.

—Aka —respondió, sentado a su lado, jugando con la cajetilla roja entre sus manos— Azul es ao, shiro es blanco y kuro; negro —explicó, pasándole otro pocky para que comiera.

—¿Shiro? —mordisqueó el palillo de chocolate con los ojos bien abiertos— Es tu apellido...

Shiro rio, encogiendo de hombros.

—Sí, en la primaria a veces me hacían juegos de palabras con eso —recordó con una risita melancólica. Miró al cielo y las estrellas prematuras del atardecer— Aquí... es raro, no he conocido muchos japoneses. O no le dan risa esos chistes —se rascó la mejilla, volviendo a sonreír.

Keith mordió su pocky y frunció el ceño.

—No te combina, porque tu pelo es negro —acusó a son de broma— Eres más... ¿kuro? Es kuro, ¿no? —atrevió a revolver su cabello negro y rapado a los lados, Shiro se removió de la moto entre risitas.

Eso bastó para sentir más dulce el chocolate que comía.

—Cuando sea un viejo sí lo hará, ¿no? —rio, pasándole más pockies.

—Y seré yo quién te haga bromas con eso, porque ahora sé que significa —prometió con orgullo— ¡E iremos a Japón! porque estos palitos están buenos —añadió, tomando la caja de los pockies al revés, tratando de comprender ese idioma.

Unos dedos a su barbilla le hicieron subir la mirada.

—Un día te llevaré —se sumó a la promesa. Keith sonreía a ojos brillantes, con el palito entre los labios— Te gustará el campo. >>

Suspiró, apretujando a Kuro contra su cuerpo.

Ese cabello blanco como la nieve brillaba bajo las luces reflectantes. Los ojos de Shiro se notaban nerviosos por la ovación frecuente y los focos a su cara traerle malos recuerdos.

FLUFF MONTH SPECIAL | VOLTRON SHEITH ONESHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora