Día 26: León Negro | Traición

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Palabra #26: León Negro.

Detalles: in canon no creo, pero si DW pudo destruir el canon de Voltron ¿por qué yo no?, post s8.

Extensión: 1296 palabras.


Traición

El chorro del fregadero mojaba sus manos enjabonadas. En silencio lavaba los trastos mientras Keith los desocupaba en la preparación del almuerzo. Más allá de la cocina ese perfume hogareño era confortante. Shiro le miró de reojo y sonrió. Sólo podía descifrar la silueta de su espalda, la trenza con mechones deshechos y el delantal atado detrás.

—Keith —llamó.

—¿Qué? —le miró de reojo, revolviendo con un tenedor para la tortilla. Shiro se le quedó mirando y le sonrió.

—Nada —movió la cabeza, guardando los cubiertos en el cajón.

—Tonto —la voz rasposa de Keith se hizo escuchar en medio de una risita.

El chispear de la sartén al verter la tortilla de vegetales se sumó al bullicio, porque mientras Shiro le miraba embobado sin prestar mucha atención alrededor, el televisor de la sala estaba encendido, voces y ladridos se sumaban al burbujear de las ollas y la sartén.

—Tu tonto —replicó, encogiendo de hombros y con descarada simpleza.

—Lastimosamente —le rodeó por detrás para dejar el bol desocupado y besó su sien.

Era domingo y los domingos siempre eran buenos por tres cosas:

Era su día libre del Garrison, siempre había qué hacer, pero al menos podía despacharlo en casa;

Keith se tomaba un breve receso de sus expediciones con la Espada, encargándose más bien de todo el entramado administrativo de la Organización, y;

Los niños no tenían escuela.

—¡Qué no! —exclamó Sven, corriendo alrededor de la sala con ese peluche de león mecánico apretujado al pecho— ¡Yo seré el León negro!

—¡Querrás decir su paladín! —rebatió Calypso con el ceño fruncido.

—¡Eso!

—¡No, no! —se metió bajo el comedor para alcanzarlo— ¡Yo voy a ser la paladina Negro!

Shiro y Keith se miraron extrañados y asomaron.

—Niños —llamó, deteniéndolos en el alto. Sven hecho bola en el suelo se rehusaba en compartir el peluche con su hermana menor— ¿Por qué pelean? Es malo pelear —recordó con esa voz comprensiva que Keith muchas veces escuchó cuando joven.

—¡Papá, papá! —Sven se levantó de un salto y se escondió tras Keith— ¡Calypso quiere ser la paladina de Negro! Yo quiero serlo... —lagrimeó el pequeño de ocho años, tironeando su delantal sucio.

Sin embargo y a pesar de esos ojitos rasgados y adorables, Keith enarcó la ceja.

¿Cómo que el Negro?

—¡No! ¡Papi! —la niña de seis jaló la mano protésica de él—¡Yo seré mejor paladina! —suplicó. Shiro se contuvo de carcajear a esos ojos grandes y violáceos tan fieros para su edad.

La pareja se miró y Shiro encogió de hombros al bufido celoso de su esposo.
—¿Por qué no lo son los dos? —ofertó conciliador, posando la otra mano al hombro de Keith para que dejara su berrinche interno— Tu padre y yo fuimos los paladines negros —les recordó.

FLUFF MONTH SPECIAL | VOLTRON SHEITH ONESHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora