16 | Mijaiah.

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(Ragh)

Mi celo se aproxima.

Y quiero obligarme a pensar que ese chico no tendrá nada que ver en él.

Hoy cuando nos despedimos pude sentir su aroma un poco más dulce, lo que significa que también puede que su celo esté cerca. Hace tres meses que él está aquí y no he pasado uno de mis celos con él, sólo de imaginar cómo sería follarlo cuando ambos estemos en celo se me eriza el cuerpo entero.

Ahora mismo, estoy en mi estudio con Sir William, revisando un poco más los libros de todos los imperios que los demás Emperadores le prestaron a Kenneth por un tiempo indefinido. Hace un mes, Kenneth escribió a los demás imperios para verificar todos los negocios que hacemos con ellos y al ser imperios tan-solo-un-poco más pequeños que Woltrem, deben ayudarnos, y sin rechistar le han prestado nada más y nada menos que sus malditos libros contables.

El Emperador Yakov de Numtrem, por ejemplo, al ser tan amable no dudó en prestárselos. Y en cuanto al Emperador Lorick de Lumtrem, ese condenado Omega indomable, desde luego que no perdió su oportunidad de enviar sus libros contables junto a una infame carta que me desprestigiaba como gobernante ante los ojos de Kenneth. Tuve que aguantarme la risa burlona del pequeño Kenneth por un largo rato, y aunque me gusta el sonido de su risa, la prefiero de mejor manera si no es a costa de mi orgullo de Alfa.

No sé porqué me molesta que le tengan tanta confianza a mi consorte. Especialmente, el imbécil de Kendrew Lenz. Ese bastardo... ¿Cómo se atreve siquiera a codiciar a mi Omega, a coquetearle tan descaradamente por medio de cartas? Él es un Alfa casado, debería centrarse en disfrutar de su propio Omega y no del mío. De solo recordar su estúpida carta y su maldito regalo de cuarta, me entran unas tremendas ganas de viajar a Soltrem y retarlo a duelo por Kenneth. Si llego a tenerlo enfrente le partiré la cara por insolente...

Pero bueno, los jodidos libros contables han sido de gran ayuda. Tenemos pruebas de sobra para ganar el juicio contra Sorenn cuando viajemos al Norte. Y hablando de eso, tengo que hablar seriamente con mi madre y Corinna. Kenneth y yo no tendremos un viaje para pasar tiempo juntos, al contrario, será un viaje estrictamente de negocios. Las fronteras de Woltrem están en riesgo y no puedo distraerme con tales cosas innecesarias como las vacaciones.

Un golpe en la puerta nos distrae.

―Adelante ―ordeno y de inmediato uno de mis guardias, el cual ni recuerdo su nombre, ingresa angustiado al estudio.

―Majestad, la Frontera Oscura está siendo atacada ―anuncia de repente y yo simplemente puedo pensar en Kenneth.

―Maldición ―gruño y me pongo de pie―. ¡Alisten mi caballo! ―ordeno al guardia en un potente grito y le hago una seña a William para que me acompañe.

Kenneth está atendiendo sus asuntos con Ciudades Olvidadas ahora mismo y no quiero imaginarme lo que debe estar pasando con este ataque. Además... ¿Qué está sucediendo? Cuando llego a la salida del palacio, subo a mi caballo y emprendo mi marcha a una velocidad casi desesperada y sólo puedo sentir a mis guardias y a Sir William siguiéndome en sus caballos. Veo humo a la distancia mientras el sol se oculta y mi Alfa se desespera.

Kenneth, no hagas una estupidez haciéndote el valiente.

En mi camino a la frontera veo muchas personas corriendo lejos del caos y eso solamente me hace querer llegar ahí con más ímpetu. Veo incluso personas de Jezlev luchando con algunos Olvidados que han logrado entrar. Bajo rápidamente de mi caballo una vez que llego a la frontera con William y mis guardias siguiéndome, mientras me dirijo hacia la barrera que nos separa de Ciudades Olvidadas, cuyas puertas están abiertas de par en par y parcialmente consumidas por el fuego.

El Vínculo - SAGA DESTINADOS #1. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora