Madrugada de verano, amigos de diferentes edades reunidos en una cabaña cercana a la playa, bebiendo refrescos porque a orden de Lee Taeyong "estaba prohibido beber alcohol frente a los niños", aunque la gran mayoría de los mencionados niños ya rozara los veinte.
Ten rueda los ojos cuando Doyoung propone que se hagan ronda de preguntas como juego, pero no logra formular ninguna por su cuenta, a lo que se propone a ser él quién comience: "¿Algún sueño real que siempre han querido cumplir pero todavía no logran?". Yuta entonces despega su rostro del cuello de su novio (cortando así la sesión de besitos disimulados que él mismo decidió iniciar), con éste aún en sus brazos, acostado sobre su cuerpo; los dos en el sillón individual junto a las puertas corredizas, que daban hacía el patio de la cabaña.
El resto del grupo está disperso ya sea en la alfombra sobre el suelo de madera, los sillones dobles o en las sillas de la cocina que algunos decidieron arrastrar hasta la sala.
La voz de Ten entonces sobresalió entre los abucheos y gritos de los jóvenes, con más burla que complicidad, causando que el rostro de Sicheng se tiñera más rojo y Yuta sonriera debajo de sus manos. Doyoung se estaba de burlando de la pregunta de Ten, y este estaba a punto de contestarle, seguramente no muy bien, cuando el japonés llama la atención de todos ahí presentes:
-Ah, te refieres a literalmente, llenarlo de besos, por todo su cuerpo.
-Llenar de besos a mi WinWin.- Yuta pudo sentir como el cuerpo de su novio se sobresaltó, mucho antes que todas las reacciones del grupo avasallaran la sala al unísono.
Sicheng ya había perdido la fuerza en sus manos y solo se dejó.Había movido rápidamente entre sus brazos para enfrentarlo y caer sobre el pecho de Yuta, intentando esconder su rostro taparle la boca con sus dos manos, mientras le regalaba un sonrojado ahí, sin perder la oportunidad para dejar pequeñas expresiónes ridículamente infantiles y adorables, pero por sobretodo, llena de vergüenza. Golpes que sólo lograban que las carcajadas de su novio se volvieran más fuertes.
Una vez que el grupo olvidó la escena (a ruegos de Taeyong queriendo proteger la inexistente inocencia de los pequeños), y la conversión sobre los sueños continuó no tan seriamente; Yuta lenta y delicadamente comenzó a tratar de que su novio dejara de ocultarse en su pecho y le viera de una vez.
-Tonto- Fué lo primero que Sicheng soltó una vez los dos ya estaban cara a cara, y Yuta, en efecto, estaba sonriendo como tonto. A su defensa, se trataba de uno enamorado, demasiado, enfatiza en sus pensamientos.
-Pero dejarás a este tonto llenarte de besos, ¿No es así?- Sicheng entonces rompió con su actitud de "Somos pareja pero cada cosa que dices es vergonzosa y, dios, solo cállate", y le regaló una tímida sonrisa que su novio se tomó el tiempo de apreciar antes de hacer que sus labios se encontraran.