JungWoo miró su móvil por primera vez en horas desde que había llegado al piso de Kun, DongYoung y Ten y cuando se dio cuenta de lo tarde que era, no pudo evitar que su expresión cambiara. Se lo había pasado tan bien con todos los chicos que no se había dado cuenta de que el tiempo había pasado tan rápido y, por lo menos él, tenía que madrugar al día siguiente porque el profesor de la primera hora llegaba siempre a tiempo y pasaba la hoja de firmas nada más entrar, no dejando firmar a nadie que llegara con cinco minutos de retraso. Por ese motivo, aunque a JungWoo le doliera en el alma tener que irse cuando se lo estaba pasando tan bien, tenía que hacerlo, así que, JungWoo puso su mano en la pierna derecha de YukHei para llamar la atención de su amigo, que lo había atrapado entre sus brazos y sus piernas hacía bastante tiempo en el sofá, para que éste lo dejara levantarse.
—¿Qué pasa, hyung? —le preguntó YukHei al sentir su mano, colocando su cabeza sobre su hombro y hablando directamente contra su oreja.
—Voy a irme a casa, mañana madrugo —respondió él.
No tuvo que decir nada más, porque YukHei sabía perfectamente cuál era la clase que tenía a la mañana siguiente y también sabía que no se podía perder por nada del mundo el firmar porque la asistencia a aquella asignatura era una importante parte de la nota final. Así que, el chico simplemente dejó de estar abrazado a su cintura y desenredó sus piernas para que JungWoo se pudiera levantar del sofá, haciendo que la atención de la habitación se fijara en él. JungWoo se sintió muy observado de repente y notó cómo sus mejillas empezaron a arder por una atención que él no había deseado.
—¿Dónde vas, JungWoo? —le preguntó DongYoung, uno de los anfitriones de aquel piso.
—A casa —replicó—. Mañana tengo clases.
Un coro de voces se alzó en aquel momento y todas ellas protestaban porque se fuera tan temprano y le pedían que se quedara un poco más porque se lo estaban pasando muy bien. JungWoo quería quedarse con ellos, por supuesto que quería, no eran muchas las ocasiones en las que todos podían reunirse de aquella forma, porque de alguna manera o de otra, siempre acababa faltando alguno de ellos... pero aunque su amistad fuera importante, el chico tenía que asistir a aquella primera clase de la mañana sí o sí.
Por eso abrió la boca para explicárselo a sus amigos, pero no tuvo tiempo para decir nada ya que una voz grave que conocía demasiado bien habló por él.
—Su profesor de primera hora es un capullo —fue lo que dijo YukHei. JungWoo notó un movimiento detrás de él y supo que el chico se había levantado también del sofá, pegando su pecho a su espalda una vez estuvo erguido por el poco espacio que había para poder maniobrar en aquel salón lleno de chicos—. Así que nos vamos a casa.
JungWoo se giró rápidamente hacia YukHei para mirarlo a los ojos, sorprendido por aquella declaración. Que él tuviera que irse, no quería decir que el menor también tuviera que hacerlo cuando era el que más animado estaba de todos ellos con la quedada. El chico no tuvo que hablar para transmitirle todo aquello a YukHei porque éste lo entendió simplemente de su mirada, pero aun así, JungWoo supo perfectamente que no le iba a hacer caso y quedarse allí.
—¿Tú también te vas, Xuxi? —preguntó Kun.
—Ajá.
—Pero si tú tienes las clases por las tardes —comentó el mayor, pareciendo no entender el por qué se iba.
—Lo sé —replicó YukHei.
—Déjalo que se vaya y que acompañe a su novio a casa —dijo Ten—. Seguro que está preocupado porque le vaya a pasar algo por el camino.
Las palabras de Ten hicieron que finalmente JungWoo apartara la vista de los ojos de Yukhei, avergonzado, sintiendo cómo sus mejillas se ponían de color rojo brillante. No es que no estuviera acostumbrado a aquellas insinuaciones por parte de los mayores de aquel grupo, porque éstos siempre estaban con la misma cantinela sobre que él y YukHei estaban saliendo juntos y que se lo estaban ocultando porque no lo decían claramente pero se seguían comportando como una pareja, pero cada vez que decían algo como aquello, JungWoo no podía evitar encenderse como un farolillo.