10.

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Estoy en camino a esa cena junto a mis padres, y sorprendentemente también con Ten. Su madre no ha podido asistir.

Dicha reunión es importante. Ya que a parte del jefe de mi padre hay unos cuantos asociados más. Primeramente se había aclarado que sería en su casa, después se propuso cambiar a un hotel de reuniones y cocteles.

Razón por la que todos venimos de modo formal. El vestido, si bien no es excesivamente ajustado, me incomoda un poco. Está a mitad de mis muslos y me siento exhibida.

Desde que estábamos en casa; no he tenido un minuto de tranquilidad.

Uno; Tengo pánico atorado en mi garganta por la situación de ayer.
Dos; Se mira completamente caliente en traje negro.

Al llegar, mi padre le pidió a Ten que me acompañase a el elevador y subiera conmigo, ya que se quedaría un momento con su amigo esperando a otro asociado en compañía de mamá. Temiendo por mi seguridad, acepté.

─Debo admitir que te ves, bien ..

Sonreí internamente. Por fuera sólo asenti a su cortante halago.

─.. Pero no comiences a vestir tan usualmente así

Por instantes me quedé en silencio pensando en algo inteligente para decir o al menos arremeter contra su manera de ser.

─Dime, ¿a qué estás jugando?. Yo tengo entendido que cuando un hombre pretende llevar a una chica a la cama, la trata bien

Una risa salió de su parte. Me quede viendo al frente, mordisqueaba el interior de mi mejilla también esperando por su respuesta.

─¿Por qué supones que quiero llevarte a la cama?, ¿eso es lo que tú quieres acaso?

Tras cuestionar tal cosa, ladeó su cuerpo hacia el mío. Dio dos pasos al frente y me paralice cuando tomo un mechón de mi cabello suelto.

─Por supuesto que no

─¿En serio? Porque tus mejillas rojas y el calor que se ha apoderado de ti me indican todo lo contrario

Sin pensarlo dos veces y por su tono dominante, solté un manotazo. Debido al golpe, su mano cayó en el aire a la altura de su cadera.

Si, eso no le gustó. Y me lo hizo saber en el segundo en que sosteniendome de la cintura completamente pegada a su cuerpo, doblaba mi brazo por detrás de mi espalda. De nuevo.

Sin embargo eso fue lo de menos cuando sentí sus delgados labios encima de los míos.
Abrí levemente mi boca preparándome para un buen beso pero sólo jaló mi labio inferior para morderlo.

Cerré los ojos por el obvio ardor.
Aflojó su agarre, separó su boca sin alejarme.
Sostenía aún esa intimidante mirada. Él sabía a la perfección que yo moría por besarlo. Jugaba con mis deseos.
Ansiaba su cálido aliento, pero solo dejó las cosas así hasta que el elevador se detuvo en el piso indicado.

No soy tonta y sé que aunque él sea así de raro, algo le atrae de mi.

Buscamos alguna mesa desocupada. El ambiente era bueno a pesar de no haber mucha gente joven, los pocos que estaban parecían muy ocupados en sus teléfonos moviles.

No pasó mucho tiempo para que mis padres nos alcanzarán.

Durante la cena mamá me hizo una seña. Parecía que un tipo no paraba de verme desde que habíamos entrado.
No le tomé mucha importancia.

Ella siempre cree que le gusto a medio mundo.
Fue hasta qué se dirigió tal sujeto a nuestra mesa para invitarme al rincón de los bocadillos que tomé en serio lo dicho por mamá.

Si obtendría comida, era bueno para mí.
El chico era bien parecido, pero no tanto a comparación del bipolar a mi lado. Ten me estaba encantando cada vez más. Y era estúpido por que no era muy amable conmigo.

Me negué a tal invitacion, me pregunto porque lo hice, él aceptó mi respuesta un poco desanimado y volvio a su mesa.

─Parece que tienes unas cuantas admiradoras, cariño

Frunci el ceño tras el nuevo comentario que mi mamá le hacía a Ten. Me giré para ver de quién se trataba y ambas mujerzuelas que realmente sí le veian, eran totalmente atractivas.
Tenían pechos grandes y su maquillaje era hermoso. Mi autoestima se fue a la mierda.

─¿Se mira muy mal si voy un momento para allá?

Mis padres negaron encantados con la idea de qué él se divirtiera.

Por dentro me sentia miserable.

Quizá no debí rechazar al niño anterior.
Finalmente a Ten no le importa.

Le vi levantarse de su lugar y alejarse entre la multitud de personas que estaban en el salón.

Dejé mi mente en blanco por varios minutos y decidí pasarmelo bien también.

Me levanté convencida de ir por aquél chico, un fuerte dolor en mi estómago me hizo detenerme e ir al baño a prisas.

Las ganas de vomitar se extinguieron al abrir la puerta.
En el fondo estaba una mujer de cabellera pelinegra dándome la espalda mientras besaba con mucha prisa a mi querido amor imposible.

Me afectaba ver como sí podía besar a otras, y no a mí. Que podía disfrutar con otras, y no conmigo.

Estaba a punto de dar vuelta y salir, pero me percaté de que durante sus acciones, me notó.
Tenía la mirada fija en mi. Totalmente provocadora e insinuante.

Eso comenzó a darme cosquilleos internos.
Me imaginaba que tan bien podría besarme, sentir su lengua enrredarse con la mía.

Dejó de saciarse de su boca, y colocando una mano en su hombro, la hizo bajar.
Ella no reclamó ni dijo nada.
Solo obedecía órdenes.

Abrió el cinturón y en seguida sus pantalones.

Mordi mi labio inferior y escuché un gruñido de su parte. Volví a prestar atención a su cara. Estaba llena de lujuria contenida.
Me quedé viendo esa escena de masturbación placentera para él.
Cuando caí en cuenta que eso me estaba excitando sobremanera, salí.

Me sentía caliente e incluso húmeda de mi zona íntima.
Pero sobre todo tenía una fuerte necesidad de tenerlo para mi. De ser yo quién le diera aquellos momentos de placer.

Chittaphon Project  [Vol. I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora