Chittaphon Project [Vol. I]

27.

El permiso de salir lo tengo desde el día de ayer.
Doyoung vino a hablar con mis padres y pedirles esa autorización para ir a un antro.

Término de arreglarme y tras avisar que me voy, salgo de casa.

Afuera está ese chico quién ahora, es mi pretendiente más obvio. Con quién me gusta tontear sin tener que afirmar que somos algo. Aunque directamente; amigos con derechos.

Se ve bien mientras está recargado en el auto.
Sinceramente pensé mucho en hacer ésto.

Creí que Ten vendría a mi. No pasó. Sólo fue un mensaje. Volvió a olvidarse de que existo.
Entonces, ahora mismo le doy la bienvenida a la boca de Doyoung. Besa bastante bien. Me siento a gusto.

─¿Debo ir preparado para patear culos?

─¿Por qué lo dices?

─¿Te viste en el espejo antes de salir?  
─asiento─.  te ves demasiado preciosa ─sonrio tímida y toma mi mano─.  vamos, nos están esperando

Abre la puerta del coche para mi y me introduzco. No pasa mucho tiempo para estar con nuestros amigos.

Bebida tras bebida se pasa la noche. Visualizo a JungWoo con su novia y junto a otro chico mientras me levanto un momento para ir a la barra. No deseo más alcohol. Las resacas al día siguiente son un asco. Lo confirmé cuando me puse ebria por aquél idiota estando en mi habitación. Suerte que ese día estaba sola en casa.

Agradezco por mi jugo de uva cuando me lo han despachado. Camino de nuevo hacia mi mesa bebiendo del mismo.
Doyoung me sonríe pero después frunce el ceño. Levanta mi vaso, ve dentro de él y mira hacia varios lados .

─¿Has bebido?

─¿Eh? Si

─Creo que debemos irnos, JungWoo

Quiero preguntar que pasa, pero en un segundo mi cuerpo se siente dormilado. Mis párpados se sienten pesados también.

─Mierda  ─escuchó decir a mi amigo─.  ¿por qué no eres precavida? Vámonos

Siento los jaloneos para que puedan levantarme.
Sigo escuchando como JungWoo habla y después maldice. Hay otras manos que me están sosteniendo. Aunque trato de ver, todo está borroso.

Me han cargado. Después de eso, se borra todo.

***

Una corriente de aire pasa sobre mi cuerpo, lo siento como un gran escalofrío mientras mi piel se eriza.

Me duele mi cabeza, las punzadas son muy intensas. Froto mis ojos y visualizo en donde estoy.

Un lago.
Me levanto de golpe tras ver que no se trata de cualquier lugar.

Por inercia y porque la corriente aún es mucha veo hacia abajo. Estoy desnuda y tengo sangre en mis pechos con incluso heridas abiertas.

─Ven a mí

Esa voz.

Doy vuelta de inmediato.
Ahí está.
Esperando, mientras me mira como si fuese yo lo que el más requiere en su vida. En su mano izquierda sostiene una pequeña vara.
Tomo aire.
No entiendo como sucedió ésto, pero ahora mismo no importa.

Corro hacia él.
Necesito abrazarle una vez más.
Por más que me lo niegue a mi misma, lo necesito a mi lado.

Pero al chocar con su cuerpo, desaparece. Y en su lugar, escuchó la voz de Doyoung pidiendo que despierte.

─¿Iseul?

Abro realmente mis ojos y veo su cara llena de preocupación. Trato de sonreír mientras me ayuda a sentarme aún sobre la cama.
Creo que estamos en casa de JungWoo, y aún está oscuro afuera.

─¿Qué sucedió?

─Lo usual, te metieron algo en el jugo. Son las cuatro de la mañana, pero como hacías sonidos raros, me asusté y decidí despertarte  ─asiento─. ¿tuviste alguna pesadilla?

─Soñar con esa persona, no lo considero una pesadilla

─¿Tú ex?

─Ojalá hubiese sido eso al menos

─No entiendo. ¿Por qué sigues recordándolo? Era una relación tóxica. Debes darte otra oportunidad, con alguien que sí te valore

─¿Y ese eres tú?

─Podría serlo

─Olvidemos el tema

─Dime, ¿que es lo que él tiene que yo no tenga?

─Para, Doyoung

─Sólo deseo saber porque te aferras tanto a ese idiota

─¿Puedo dormir de nuevo?

Cubro incluso mi cara con las cobijas. Siento como Do se levanta de la cama y sale de la habitación.
No deseo pelear.
Pero me molesta demasiado que en mis intentos de sacarlo de mi cabeza, ellos dos me jodan pronunciando su nombre y haciendome saber de su existencia.
Vuelvo a dormir.
Después de aquel sueño, no deseo estar despierta.

A la mañana siguiente fui a mi casa. Ni siquiera avise que me iba.
En la mera entrada, escuché unas risas provenientes de la sala. Por supuesto eran mis padres. Me asomé y la sonrisa se borró completamente de mi cara.

Se miraba sonriente, como si nada en su vida fuese difícil. Se volvió aún más atractivo. Tenía infinitas ganas de llorar, de patearlo también.

Al verme hubo una inquietante inexpresion. Le sostuve la mirada. Mientras se levantaba del sofá.

─Ha pasado un tiempo, Iseul

Basta de sueños, ésto es real.