29.

2K 235 54
                                    

─No me dejarás, y menos por un maricon como ese

─Ese maricon resulta ser mejor en la cama que tú

Respuesta equivocada.
Azote bien merecido por hablar de más.

─¿Estás segura de ello? ─da vuelta y vuelve con unas tijeras. Apunta a mi cuello, sigue molesto. Y con ese gesto instalado en su rostro, corta mi blusa y sujetador.

Ambos caen al piso, y con su pie los hace a un lado.

─¿Porque? ¿Tienes miedo de que alguien me de más placer que tú? ─esa estúpida risa infantil resuena. La odio.

─Sabes que eso jamás pasará ─con una de sus manos toca mi cuello y se asegura de elevar mi cara para verle bien─, nadie te dará más placer que yo

Necesito solo verlo así de cerca para encenderme de inmediato. Mi área comienza a palpitar por sus atenciones.
Lo intuye y baja la mirada junto una de sus manos, colocandola así, encima de mi vientre.

Abro la boca tras sentir sus dedos adentrarse. Comenzando a explorar lo que bien sabe que le pertenece.
Realmente no me entiendo.
Quisiera que nadie más me tocará. Desearía siempre ser de él.

Mordisquea mi clavícula izquierda y me veo obligada a abrir poco más las piernas. Pero es eso, solo un poco, ya que la soga con la que me ha atado me quema un tanto.
Da un paso atrás. Me inspecciona y vuelve con más soga y una silla.

Por supuesto, me sienta en la misma. Amordaza prácticamente todo mi cuerpo dejando solo libre el área de mis senos y mi intimidad.

Lo miro desvestirse.
No hay vista más perfecta que esa.

Veo que ya ha comenzado a excitarse, hay líquido en la punta de su miembro erecto.

Se acerca totalmente. Abro mis labios para darle la bienvenida.
La masturbación oral empieza.
Cierro los ojos y trato de concentrarme a pesar de los azotes que vienen detrás de mi espalda.
Dejando eso de lado, las embestidas de Ten son más duras de lo que recuerdo, pero cuando se corre dentro de mi boca, caigo en cuenta que era por eso.

─Joder ..

No digo nada, aunque quizá nunca me agradó eso de tragar su leche.

Del mismo modo en que me tiene amarrada, solo me levanta y me tira en la cama.
Toma mi culo y me pone en cuatro.
Me impresiona la manera en que se vuelve erecto a pesar de ya haberse corrido.

El vaivén dura varios minutos, y en ese tiempo yo he tenido dos orgasmos maravillosos.
El ardor de las seguras marcas se hacen presentes cuando incluso también rasguña parte de mi espalda y baja hasta donde su miembro me invade.
Estando ahí de nuevo, lo siento explorar mi orificio anal.
El que claro, aún es nuevo.

Me muevo mientras pido que me deje. No me hace caso.
Por lo contrario, se levanta y va por algo a uno de sus cajones.
Le veo venir con una botella pequeña de vidrio color café.

─¿Q-que haces?

─Reiterando que todo lo tuyo me pertenece. Es lubricante, no dolerá demasiado.

Y lo siento untarlo, con uno de sus dedos en lo que sería, la entrada.

─No estoy muy segura de ésto

─Por el contrario, yo si lo estoy

Siento la cabeza de su pene comenzar a entrar, me está doliendo horrible y pensando que la mejor idea sería que lo hiciera rápido. Hago un movimiento hacía tras, lo ha enterrado por completo, he chillado lo suficientemente alto para que incluso alcanzará a tapar mi boca con una de sus manos.
Me ha maldecido, ha querido quitarse también, a lo que me he rehusado. No pienso dejar que lo saque para volverlo a meter.

─Solo espera un momento ─pido.

─Te has vuelto más atrevida

─Bueno, no es lo único que cambió en mí

─Ya tendré tiempo para ver dichos cambios

─O quizás no ..

Chittaphon Project  [Vol. I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora