Chittaphon Project [Vol. I]

13.

Creí que saldríamos del baile en cuanto tomó mi mano y me llevó lejos de la pista de baile, por lo contrario nos encerro en un baño.

Era una mal idea, ya que recordaba perfectamente lo que él en días anteriores había hecho también en un lugar igual.

─Parece que estar en éstos sitios te excita mucho, ¿no?

Encendió un cigarrillo, tomó agresivamenre mi cintura y me elevó colocandome encima de los lavabos de granito. Dio dos pasos atrás y siguió contemplandome.

Yo hacía exactamente lo mismo.

Se miraba tan varonil, exquisito era la palabra ideal para describirlo.
Incluso si no me gustaba el olor que emanaba del tabaco, a él se le miraba tan bien expulsarlo de nariz y boca.

─¿Tienes aún la idea de que quiero acostarme contigo?

─¿No es así?

─Quizá si, pero no creo que te agrade la manera en que deseo hacerlo

Se acerca a mi con el cigarrillo entre sus dedos. Me hace abrir las piernas y se posiciona en medio.
Saca el encendedor. Comienza a jugar con el, lo prende y lo apaga, todo eso mientras lo pasa a milímetros de mi piel.
Si bien estaba haciendo eso a la altura de mis piernas desnudas debido al vestido, ahora se ha ido directamente al cuello.
Me puede el hecho de que podría quemarme y sobre todo dejar alguna marca aún más fea que las anteriores.

─Ten ..

─Cállate y cierra los ojos

Lo hago.
El calor va y viene.
En instantes lo siento en mi pecho, después en mi hombro.
Es ahí donde arde.

Pero el ardor se esfuma al sentir la boca de Ten en la misma área.

Estoy visualizando demasiado cerca su perfil.
Sólo esa imagen ha sido suficiente para perderme por completo.

Una de sus manos está muy entretenida acariciando mis piernas. Y en segundos, sus dedos se han metido por debajo de mi vestido alcanzando así, la tela de mis bragas.

─Llevas mucha ropa

Lo escuchó decir. Su actuar me deja  perpleja. Ha roto mis bragas. Y aún todavía las ha sacado de entre mis piernas.

─¡¿Q-que qué has hecho?!

─De ahora en adelante, cada que salgas conmigo, no las uses. De lo contrario todas estarán rotas

No me dejó ni hablar cuando su boca ya había invadido la mía con avidez y dureza.
No era tierno, suave o delicado.
Era acelerado, caliente y muy húmedo. En mi intimidad ya comenzaba a sentir pequeñas palpitaciones de excitación.

Tome su nuca, no quería que se despegará de mi, sin embargo lo hizo.

─Debes entender una cosa; yo no soy tuyo. Por el contrario, tú a mi sí me perteneces. El juego se acaba cuando yo lo decida. Lo único que debes saber, es que mi manera de hacerte sentir placer,  es dándome placer primeramente a mi. Después te acostumbraras al dolor. Aún tienes algo que muchas ya no. Me vuelve loco cada que te veo. Me hace querer morderte en cada esquina de tu delicada piel. Ésto será largo, por lo que si crees que finalizará cuando te acuestes conmigo .., estás equivocada