Veinte.

14 2 0
                                    

Caminé por el pasillo que me llevaba al laboratorio, lo bueno era que hace semanas Sally ya no era de mi equipo. No quería más discusiones con ella.

— ¡Keyla! —volteé a ver a Daniel quien venía corriendo.

— ¿Qué pasa? —pregunte.

— Tengo un problema.

— ¿Que tipo de problema?

— Yo....bueno, mis padres piensan que me estoy volviendo un chico desconsiderado. Y me quieren mandar a un internado. Pero se me ocurrió la grandiosa idea de decirles que eras mi amiga.

— ¿Y eso es malo?

— La cuestión es que no me creen. Pero...si fueras a casa a cenar el viernes por la noche sería estupendo.

—Daniel...

— Por favor. Tu les caes bien. Y si los convences de que soy un chico responsable me harás muy feliz. ¿Qué dices?

— Esta bien.

— Genial, pasó por tu casa a las siete.

Dicho esto se fue.

— Tienes una cita con Daniel? —me sobresalte al escuchar la voz de Ian. — Olvidalo no tienes que contestar.

— Pero...

Se fue, caminando por el largo pasillo casi vacío. Al salir del laboratorio me volví a encontrar con Nancy, y sus amigas entre ellas Sally.

Ay no!

Seguí caminando sin detenerme, pero me tropecé con algo.

Cuando ya estaba en el suelo, vi que alguien me había puesto el pie. Era Alessandra.

— Ups, lo siento no te vi pasar. —sus amigas comenzaron a reírse.

Me levanté y las ignoré no les iba a dar gusto.

— Son unas perras —bramó
, alguien a mis espaladas. Mire sobre mi hombro y me di cuenta de que era Elena. — Cuatro contra una.?

— Tu no te metas Elena —dijo Sally.

— Y tu ni siquiera me hables. Ustedes son una mierda de personas.

Me acerqué a elena y la tome del brazo, muchos se acercaban a ver que pasaba.

— Vámonos Elena, no vale la pena.

Me llevé a Elena casi a rastras de ahí. Fuimos a la cafetería y nos sentamos en una mesa vacía.

— Como pueden existir chicas así?

— No lo se.

— Estas bien? —preguntó

—Si, no fue nada.

La cafetería se fue llenando y todos nos miraban, ahora éramos el centro de atención. Ian llegó un poco serio.

— Key supe lo que pasó, ¿estás bien te lastimaste?

— Si, no pasó nada en serio.

— Claro que si pasó, esas chicas te iban a echar el montón. —dijo Elena enojada aún.

Ian se dirigió a la mesa donde se encontraba Nancy y otras personas. No sabía lo que les estaba diciendo pero estaba muy serio, un chico trato de calmarlo pero en cuanto Ian le respondió se sentó de inmediato y agachó la cabeza. Todos se veían perplejos. Nancy trato de tocarlo pero el se hizo para atrás  como si le fuera a pegar la peste o algo.

Después de eso salió de la cafetería sin decir nada. Todo estaba en silencio.

— Nunca había visto a Ian reaccionar así. —dije.

— Yo si, pero si es muy rara la vez cuando se pone así.

Minutos después llego Clara con nosotros.

— Me perdí de algo? — pregunto mientras todos volvían a su habitual murmullo.

— Yo....necesito hablar con él —me levanté de la silla y salí de la cafetería.

No sabía donde buscarlo. Pero no me importaba, si lo tenía que buscar en cada salón lo haría. Salí al patio trasero, por las gradas y lo vi sentado de espaldas. Me acerqué a él sin saber exactamente que decirle.

—Hola —quise golpearme otra  vez por mis palabras tontas. Levantó la vista.

— Hola. —respondió —lamento que me hayas visto así. Normalmente nunca soy explosivo.

— Yo.... Sólo quería saber cómo estabas —me golpeé la frente. Pero que cosas tan tontas decía. —amm...mejor me voy.

Me di la vuelta para marcharme ¿pero qué me pasaba?. 
Tomó mi mano y eso me detuvo. Mi respiración se volvió entrecortada.

— Quedate Keyla.

Me volteé sin soltarme de su agarre y me senté a un lado de él.

— Lamento lo que Nancy y sus amigas te hicieron.

—No fue tu culpa. —me encogí de hombros — además si lo que querían era humillarme no lo iban a lograr. Mis padres me han forjado buena autoestima. Y huesos fuertes.

Sonrió. Genial le había sacado una sonrisa.

— ¿Como esperas que me olvide de que me gustas cuando eres tan dulce? —dijo

Lo mire con los ojos abiertos.

Mi corazón estaba al mil por hora. Y sentía la respiración agitada. Acarició mi mejilla.

—No quiero ser solo tu amigo Key, pero estoy consciente de lo que acepté. Es sólo que.....en momentos así ...me encantaría poder besarte.

-Hazlo -dije después de un tiempo.

Me miró con los ojos completamente abiertos, nos acercamos poco a poco, estaría bien si me lanzaba a besarlo como deseaba?

Pero como era de esperarse alguien nos interrumpió.

Se aclaró la garganta.

-Keyla.

Me separé de Ian, y miré a Daniel.

—Supe lo que sucedió —dijo algo serio.

—wow, en serio aquí la información corre muy rápido —dije muy sorprendida, la verdad no estaba acostumbrada a que yo fuera el centro de atención. Y menos con algo así.

—Lo siento, ¿interrumpí algo?

—¿Que quieres Daniel?

—Solo saber que Keyla estaba bien.

—Si, gracias.

—perdon yo..me voy, —se volteó pero se detuvo a medio camino —Por cierto, no se te olvide la cena de esta noche.

Me tense al darme cuenta de que eso sonaba a otra cosa. Ian no dijo nada, y Daniel se fue sonriendo.

—¿Tu y él? —oregubro Ian. —Perdon yo...no debí meterme entre ustedes.

—Daniel y yo no tenemos nada.

—Pero Sally dijo... —suspiro— debí saber que era otra mentira.

—¿Sally te dijo que Daniel y yo salíamos?

—Si, y me lo insinuó varias veces.

—No puedo creerlo. 

No sabía que sentir, mi amiga, mi primer amiga en este lugar y al parecer me odiaba. Tenía ganas de llorar y al parecer Ian se dio cuenta porque me abrazó sin más.
No necesitaba palabras de apoyo, necesitaba esto, un poco de contacto humano. Por lo menos ahora tenía la certeza de que no estaba sola y todo iba a salir bien.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 06, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Hasta mi último latidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora