Durante el camino de vuelta me siento impaciente por llegar y sin más rodeos, me muero de ganas de que volvamos ha hacer el amor.
Mi respiración sigue agitada por el beso de antes.
Giro la vista y veo a Cris con la mirada fija en la carretera.
Me pregunto qué estará pensando.—La fiesta ha estado muy bien. -Dice mientras conduce.
—Sí, estoy agotada.
—Y más que vas a estarlo. -Me mira provocativo.Me sonrojo y miro por la ventana.
Comienzo a imaginar cómo será nuestra noche.Estoy deseando volver a sentirle, besarle, tocarle...
El pitido de un coche hace que vuelva en mi y deje de lado mis pensamientos.
Noto la mano de Cristian sobre mi pierna.—Ya hemos llegado. -Dice sonriente.
Aparca y bajamos del coche.
Abre la puerta y paso dentro.Me pilla desprevenida cuando me agarra de la cintura y me besa eufórico.
Eso me deja claro que está tan impaciente cómo yo.Me coge de la mano y vamos hacia su habitación.
Cierra la puerta y de nuevo me encuentro entre sus brazos.
Me besa y me lleva hasta la cama.Caigo sobre ella y él se tumba encima mía mientras nuestras lenguas juguetean.
Aprieta sus labios contra los míos y pega su cuerpo como contra el mío.Curva la espalda y frota su pelvis contra mis vaqueros.
Escucho su respiración agitada contra mi oreja cuando comienza a besarme el cuello.
Me mira y me quita la camiseta, acto seguido se la quito yo a él.No puedo reprimir una risita nerviosa al ver de nuevo sus pectorales hinchados y sus brazos encima mía.
Su pelo me hace cosquillas en la tripa cuando se agacha para quitarme los pantalones.Él se levanta y se los quita después.
Se queda de pie.—Enseguida vuelvo.
¿Qué?
¿Se va a ir justo ahora?—¿Adónde vas? -Pregunto frustrada.
—A por una cosa- Dice mientras sale de la habitación.Me pregunto qué ha ido a buscar.
Vuelve a la habitación con unas esposas en la mano.—¿A quién vas a detener? -Pregunto extrañada y me río.
—A ti. -Dice convencido.Abro los ojos como platos.
—Quiero esposarte a la cama, si quieres, claro. -Añade.
¿Para qué quiere hacerme eso?
¿Para que no me mueva, quizá?—Vale. -Susurro.
Es evidente que estoy algo asustada, pero la curiosidad puede conmigo.
—No te harán daño, me he encargado de ello. -Dice mientras se acerca con mirada comprensiva.
Asiento y me engancha las manos con la madera la parte delantera de la cama.
Es cierto que no me duelen ni aprietan, ya que les a puesto una especie de goma alrededor que resulta incluso agradable.Se tumba encima mía y me riega de besos desde el cuello, pasando por mi vientre hasta mis muslos.
Vuelve arriba, me desabrocha el sujetador y lo tira al suelo.
Me besa los pechos y aprieta los labios entre mis pezones.
Gimo y sonríe al escucharme.Los estira y juega con ellos hasta que se ponen duros y baja de nuevo para quitarme las bragas.
Las deja en el suelo y me acaricia los muslos despacio.
Mi besa y mi respiración se agita cuando noto su mano en mi sexo.
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Mi delito fue amarte
Romance{Si el delito del que se me acusa es amar a un hombre que no merece ser amado, ya pueden ir trayendo las esposas} Sara Williams, una universitaria de veintidós años, conoce a un atractivo policía llamado Cristian Johnson, que consigue volverla compl...