Cap.2

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"Un chico de 20 años más o menos, estaba en una silla con las manos atadas y los pies igual.

Yo estaba de pie. Estaba en un cuarto sin ventanas o puertas, era como un vacío sin fin.

No podía hablar o moverme, solo estaba quieta.

Un hombre corpulento apareció de la nada, tenía un arma en la mano. Llegó a donde estaba el chico que estaba en a la silla.

No podía ver su cara, estaba borrosa y la del hombre con el arma en mano estaba casi igual pero su cara se notaba un poco más.

Lo recordaba de algún lado pero la mi memoria era escasa, no recordaba nada.

El hombre corpulento decidió hablar

—Vamos a dejar esto en claro, me das a la chica y te dejamos libre, sinó, serás hombre muerto–Dijo el hombre apuntando su arma a la cabeza del chico. El chico que estaba sentado no contestó, todo era un silencio total

–¿No vas a hablar?–Volvió a hablar el hombre con voz enojada–Bueno, un peso menos para mi–Dijo despreocupado y disparó su arma, aquel chico cayó al suelo, y el hombre desapareció.

Un charco gigante de sangre cubrieron mis pies, trate de gritar pero no podía, sentía que en algún momento iba a vomitar o a desmayarme. Aquel hombre le disparó en la cabeza, no podía hacer nada, aunque quisiera, era imposible ayudarlo.

De repente cambio de escenario. Estaba en un edificio de unos 90 pisos o más, tenía vértigo al mil. Si podía moverme en ese lugar era una muerte segura. Me aleje de la acera que estaba y me hice para atrás, tope con el cuerpo de alguien, voltee hacia atrás y estaba una mujer de unos 32 años o más.

Ella me miraba con una sonrisa malvada, me asuste y me quedé inmóvil de nuevo, aquella mujer me llevó a lo último del edificio, en donde podía caerme.

Me miró con malicia en su cara y en menos de unos segundos me encontraba cayendo del edificio.

El aire golpeaba en mi cara, estaba a punto de caer, este era mi fin, en tres... dos... uno..."

Desperté gritando y llorando como nunca. Nunca en mi vida había llorado por un mal sueño. La luz de la habitación se encendió y en la puerta se encontraba la señora Melanie y su hijo Cole, los dos me veían preocupados

—¿Estas bien Betty?–Preguntó Melanie mientras se acercaba a mí. Negué inmediatamente con mi cabeza–¿Me quieres contar?

—Había un chico en una silla, atado, yo no podía moverme estaba quieta, tampoco podía hablar.
Entonces llegó un hombre que tenía un arma en la mano, preguntó por una chica, que si no se la daba el chico iba a morir. Ell chico no contestó y murió. Después estaba en un edificio, había una señora y ella me tiró del edificio. Estaba a punto de caer y desperté gritando–Dije mientras una que otra lágrima salia de mis ojos–Pero todo se sentía tan real–Susurre

—Yo tambien soñe lo mismo–Dijo Cole en un susurro. El estaba sentado a mi lado–Solo que yo estaba atado en la silla y me preguntaban por la chica–Dijo mientras una lágrima salía de su ojo, se la limpio, me imagino para que no parezca débil.

-No le hagan caso a los sueños, solo son cosas irreales que pasan. No se preocupen por eso chicos–Dijo Melanie sin importancia mientras se levantaba de la cama–Son las 5 de la mañana, así que voy a preparar el desayuno–Dijo con entusiasmo en su voz.

Salió de la habitación y me quede con Cole. Se formo un silencio incómodo en la habitación. Decidí mejor romper el silencio

—Sentí todo tan real–Dije y Cole me volteo a ver

—También yo–Contesto el–La mujer que vi era mi madre, ella me tiró de aquel edificio–Dijo con la voz entre cortada–Se que nunca lo haría pero nunca se retractó, en ningún momento, pero yo si caí al suelo. Yo morí, y después de eso me desperté por tu grito–Dijo aun con los ojos llenos lágrimas

Otro silencio se formo en la habitación.

Se levanto de la cama, fue hacia su armario y sacó unas prendas. Con un murmullo me dijo–¿Puedes salir de la habitación?

Y le hice caso, salí y me fui directo al baño

Cerré con el seguro y me dispuse a llorar por lo que había pasado.

Había pasado ya una semana desde que me encontraron, me comporte de lo mas normal posible. A veces recordaba lo que me paso antes de llegar aquí. Pero los recuerdos eran borrosos, no podía recordar todo lo que sucedió al día siguiente.

Estuve unos momentos llorando y mejor decidí salir.

—¡Ya le dije que no conozco a nadie con ese nombre!–Dijo la voz desesperada de Melanie.

Estaba gritando y no fui la única que lo noto, pues Cole estaba fuera de su habitación escuchando también.
Nuestros ojos se encontraron y movió sus labios tratando de decirme algo, solo correspondí con un ceño fruncido

—La estamos buscando, su padre nos debe mucho dinero y a su hija también–Dijo un hombre con voz dura

—Y ¿Yo que tengo que ver con sus malditos tratos con gente que no conozco?–Preguntó desesperada Melanie–No vuelvan a esta casa–Dijo y se escuchó un portazo.

Un silencio total se hizo en la casa, Cole y yo bajamos y encontramos a Melanie en el comedor.

Estaba llorando, nos miro a los dos y dijo.

—Tienen que irse

Perdidos (Cole Sprouse)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora