A veces siempre piensas en las cosas que hiciste mal, en las cosas por las cuales quieres morir o nunca volver a recordarlas. A todos nos ha pasado eso, para que poder negarlo, siempre pensamos que es malo queres morir, cuando haces algo muy malo, es hora de morir.
Estaba frente a una hoja de papel blanco, sentada en el escritorio mientras tenía el bolígrafo en mi mano derecha.
Respire ondo y empecé a escribir en esta, una despedida ora mi querido Cole.
Querido Cole. Esta sería mi despedida, una dulce despedida. Tal vez te preguntes, ¿por qué haces eso, Betty? Bueno, los malos pensamientos regresaron y ahora no se como pararlos, ahora es imposible hacerlo. Iré a ver el cielo a la cima más alta de todo el lugar, veré el cielo o el infierno, nadie lo sabrá...
Atte: Tu querida,
Betty CooperFinalice la carta y la doble para después dejarla en la cama de Cole, donde él estaba tranquilamente dormido. Sequé mis lágrimas y salí de la habitación. Bajé las escaleras, caminé a la puerta para abrirla y salir al exterior.
Empecé a caminar, aunque era largo el camino, no me interesaba en lo absoluto. Las ganas de morir eran más grandes que preocuparme por eso, aunque me dolían los pies por mi terquedad. Pero en sí, las ganas aún son más grandes.
Pensar en cómo va a reaccionar Cole, hace que las ganas de llorar vuelvan. Me duele, sí, pero no viviré con la culpa encima todo el tiempo, la culpa de matar a mi mejor amigo.
(...)
Veía toda la ciudad desde el edificio, era tan hermoso. El aire desordenaba mi rubio-castaño cabello, me sentía como Jack en Titanic, que era la Reina del Mundo.
Sonreí, era lo único que podía hacer.
La acera de la esquina del edificio estaba a unos centímetros de mi, la veía indecisa ¿realmente quería esto? ¿Por qué ahora me estoy retractando? Es estúpido de mi parte pensar esto, claro que quiero dejar de existir, sería una ¿asesina? Menos, supongo.
La puerta de la azotea se abre de golpe dejando ver a un Cole agitado.
—No, Betty. No lo hagas, por favor–Dijo caminando a mi. Sus mejillas estaban mojadas y sus ojos rojos.
—Entendiste mi indirecta, siempre sabes donde estoy–Murmuro mientras vuelvo a llorar
—Siempre sé donde estas porque te amo, Betty. –Estaba frente a mi, siempre tan apuesto–No lo hagas, quédate conmigo, quédate–Susurró para luego abrazarme con fuerza
—No puedo, Cole. No viviré lo mismo de siempre–Susurré sabiendo que él si me iba a escuchar–¿Por qué estas enamorado de mi?
—Me enamoré de la paz que sentía a tu lado, y ahora no se como sentirme con el caos que causas en mi–Contestó
—Dejame ir–Me separé de él viendolo a la cara
—Lo haré–Murmuró para después besarme
Lo iba a extrañar, o al revés, el me va a extrañar a mi. Sé que cometo idioteces de vez en cuando, pero ahora digamos que me sobre pasé.
Me separé de él lentamente, no quería que me fuera y era muy obvio, pero no soportaría verme de nuevo en problemas.
—Te amo–Murmuré mientras me alejaba de él
—Yo también te amo–Dijo igual mientras sonreía y se daba la vuelta para marcharse.
Respiró aire y me acerco a la acera del edificio. Mis pies quedaban al borde, entonces di un paso más, y caí.
Sentía el aire en mi rostro, mi cabello volar y yo igual. Sonreí por última vez, al menos si moría iba a ser especial, muy especial. Pensando en las cosas que hice bien, y en las cosas que hice mal. Pero todo tiene un fin... Como yo.
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Perdidos (Cole Sprouse)©
FanfictionNunca nadie imagino que aquellas muertes en el bosque sería nada mas y nada menos, que personas importantes en tu vida... O que lo fueron. Nadie, a excepcion de Betty, quien lo descubrio gracias a un video grabado por su propio padre, lo descubrió:...