Cap.16

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Me sentía débil, me sentía derrotada, me sentía… Sin ganas a nada. Solo de morir como mis amigos, morir y al fin ser feliz. Pero eso solo pasa en los cuentos de hadas, en la vida real todo es diferente. La gente que amas muere, y tu, tu te sientes débil, sientes tu mundo desmoronarse.

Eso siento yo, siento mi mundo caer, y puedo ver cada pedazo caer, cada pedazo quebrarse, cada pedazo romperse como vidrio. Todo, todos, y cada uno de nosotros, alguna vez se sintió así, derrotado. Te sientes fuerte cuando eres débil. Cuando más debes luchas, te desmoronas.

Pero, si algo nos pasa, es porque Dios quiere algo bueno para nosotros, por eso hace esto, por eso nos hace sufrir. Porque el sabe que vendrá algo mejor.

Las puertas se abrieron.

—Te veo derrotada, Betty–La risa burlona de Elián me sacó de mi trance.–Quien diría que al fin un Cooper, caería en mis garras.–Soltó una carcajada

—¿Por qué?–Balbuzie–¿Por qué los mataste?–Solté

—Tenía que hacerlo, Betty. Ellos te hacen débil–Tomó una jeringa de un carrito que estaba en la habitación.

Últimamente me han estado algunas medicinas, que no se para que sirven.

—¿Débil?–Dije susurrando–Débil eres tú, que no pudiste esperar a que mi padre te pagará. A pensar en solo tu estúpido dinero manchado de sangre, solo te importa eso, el dinero. No me dejaste ser feliz, Elián–Sonreí sin ganas

—Te haré feliz pequeña Betty–Se acercó y tocó mi mejilla. Sin ganas me aparte. El gruño

Fue hacia el carrito y tomó la jeringa, cuando estaba a punto de ponerla en mi brazo. Una luz roja acompañada con una sonido, estos sonaban en toda la habitación y creo que también en todo el lugar.

Elián dejó la jeringa de nuevo en el carrito y salió, me quedé sola en la habitación. Pensado de nuevo porque estaba aún viva después de lo que me paso.

Cole

—¡¿Dónde está Betty?!–Pregunte alterado

—¡Ella está bien, ya callate!–La voz de un señor sonó por una bocina que estaba en la habitación.

La habitación era totalmente blanca.

—¡No me callaré hasta ver a Betty!–Volví a gritar y no hubo respuesta

Estaba tan desesperado. Desde que me capturaron, he estado preguntando por Betty, siento que también está aquí. Además, un tal Elián O'Donnell, me dijo que ella estaba aquí, en el mismo lugar que yo pero en otra habitación.

No se donde estoy, no se como esta mi hermano, no se como esta Betty. No se nada, ahora mismo me siento desesperado, con saber que Betty está bien, no me sirve, necesito verla, poder abrazarla y decirle que todo está bien.

Pero en el fondo, no puedo. Estoy atado de pies y manos a una silla, no puedo ir a donde está Betty y decirle que todo está bien, cuando no lo es.

—Niño, te vamos a sacar de aquí para que veas a Betty–La misma voz sonó por las bocinas.

Las cadenas que estaban en mis brazos se desprenden automáticamente y entran dos señores, me toman de los brazos y también me levantan de la silla.

—Te llevaremos con Betty–Una risa salió de uno de los señores.

—Nuestro jefe dio la orden para que la vieras.–Dijo la otra persona que venía con él–Esta casi muriendo.–Dijo y me detuve

—¿Qué?–Balbucie–Ella no puede morir, apenas tiene diez y nuevo años–Mi tono era de enojo

—No hagas que el jefe cambie de opinion.–Los señores me volvieron a jalar mis brazos.

Pasamos por varios pasillos hasta llegar frente a una puerta color blanca ¿A caso todo aquí es blanco?. La puerta se abrio, y en esta, estaba una Betty derrotada. Tenía la cabeza gacha y se escuchaban sollozos por toda la habitación. Ella estaba igual que yo antes de que me sacaran de la habitación en donde estaba, estaba con las manos atadas al igual que los pies.

—¿Betty?–Esta levanto la cabeza, más sollozos salieron de su garganta y una sonrisa se dibujo en su bello rostro.

—La vamos a dejar libre para que hablen.–Dijo uno de los señores. Aun no conocía a esos tipos, pero no los soporto–Tienen media hora para hablar.–Finalizó y los dos se fueron de la habitacion

Al instante, se retiraron las cadenas que mantenían los brazos y piernas de Betty atadas a la silla. Al sentir sus manos libres, corría hacia mi para darme un abrazo al igual que soltar algunas lágrimas.

—Pensé que habías muerto–Sollozo

—¿Por que pensaste eso?–Pregunte acariciando su cabello rubio

—Por las cámaras. Lo ví,–Se separó de mi para ver mis ojos–Ví que mataron a Dylan, Madelaine y a ti.–Lágrimas aún salían de sus ojos

—¿Como dijiste?–La mire a sus ojos color verde–¿Que mataron a mi hermano?–Asintió–Eso es imposible.–Susurre

—Claro que no, yo los ví morir. Incluido a ti. Pero estas bien, eso es lo importante.–Le dijo una pequeña sonrisa.

—Si. Estoy bien–Le dijo un beso en la frente.

Sabía que ella estaba bien, y se que mi hermano esta bien. De Madelaine, no lo se, y no me interesa en absoluto. Pero con saber que Betty, y mi hermano están bien, con eso me basta. Son las personas más importantes que tengo en este mundo, y justo ahora.

No lo soporte más, necesitaba esto. Me acerque a su labios, eran un poco gruesos y rosados. Ella estaba confundida cuando me acercaba a ella, pero luego lo entendió, ¡Y me dejó! Me dejó besarla. Sus labios eran como azúcar y sentía que con solo tocarlos, se iban a quebrar.

Había besado a muchas chicas en mi vida, ya sea de la Universidad, o de alguna fiesta. Pero no se comparaba a los labios de Betty, estos son adictivos

—Te amo, Betty Cooper–Susurre en sus labios

—Te amo, Betty Cooper–Susurre en sus labios

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Perdidos (Cole Sprouse)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora