*Hace 13 años*
Escondido entre varias montañas y protegido por hechizos ancestrales se escondía el reino Draconis, allí todos los dragones vivían en paz luego de siglos siendo buscados para ser matados y usados para los fines de las brujas.
Para evitar que algo parecido sucediera en un futuro, antiguos dragones levantaron barreras mágicas las cuáles solo podrían cruzar los de su misma especie o alguna otra, menos las brujas y humanos.
Si alguno de estos llegara a traspasar la barrera aunque sea por error, sería enviado a un plano parecido para luego regresar a su hogar sin problema alguno.
Cuando las crías nacían eran enviados al antiguo dragón, el más anciano de ellos para que este les contase y enseñara todo lo que debían saber para evitar las tragedias que sus antepasados vivieron hace algunos siglos atrás.
Ferno: Y por eso mi pequeña hija, no debes acercarte nunca a las brujas -explicó serio a su hija de tres años, llamada Akko.
Akko: ¿Y por qué? -preguntó con inocencia.
Ferno: Son malas y crueles, te podrían quitar...¡Tu preciosa cola! -abrió sus alas para infundir más miedo a su hija.
Esta cogió su cola mientas se ocultaba entre sus pequeñas alas, su padre rió mientras su madre miraba entretenida la situación y su hermana leía un libro sobre diferentes tipos de magia, pero alzaba la mirada y sonreía por la interacción padre e hija.
Aria: No debes infundirle tanto miedo, hay brujas buenas -llegó caminando hasta donde estaba su hija, se recostó al lado de esta y la cubrió con sus alas -No dejes que papá te haga sentir miedo.
Akko: Pero lo ha hecho...
Ferno: Los dragones debemos ser fuertes, valientes y peligrosos, nunca lo olvides.
La familia cenó entre risas que Ferno creaba para entretener a su hija, luego de eso se fueron a dormir a excepción de él, quien fue a contarle un cuento a su hija. Akko se hizo una bolita en su cama pero antes escupió una llamarada para calentarla y estar más a gusto.
Ferno: Y si una bruja te ve, te atrapará con algún hechizo para robarte la energía vital y....¡Matarte! -rugió haciendo que la pequeña Akko temblara -Y para terminar, cuando ya estés muerta, usará tus escamas para convertirlo en un abrigo.
Akko: Las brujas dan miedo...no quiero ver ninguna -dijo segura de sí misma.
Ferno: Esa es mi niña -cerró el libro y lo guardó en la pequeña estantería -Las brujas son malas, nunca lo olvides. Ahora a dormir, dulces sueños y sueña con dragoncitos.
Akko: Vale papi.
Ferno salió de la habitación con una sonrisa en su rostro, su hija tenía futuro y lo sabía. Sólo esperaba que nada malo le pasara, no quería que ocurriera algo como hace más de un siglo.
*presente*
Una joven dragona de color rojo surcaba los cielos junto con otras dos dragonas, esquivaban salientes y a algunos de sus compañeros para luego reír. Tomaron tierra y cerraron sus alas para mejor movimiento.
Akko: Este vuelo ha sido genial -sonrió viendo a sus amigas.
Siryah: Si que lo ha sido, una pena que Suka se haya mareado y vomitado -apuntó con su garra a su compañera.
Yasuka: Tú no te has mareado porque no has hecho tirabuzones -se defendió.
Las tres observaron cómo varios dragones adultos acudían al castillo por orden de los reyes dragones. Se quedaron sin saber qué hacer con lo que sugirieron seguir con sus juegos, pero Akko no dejó de pensar en que sucedía.
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Secretos (Diakko)
Fanfiction¿Qué pasaría si los dragones tuvieran un motivo para odiar a las brujas? ¿Y si ese odio los llevara a crear una guerra contra Luna Nova? Los dragones están hartos de que las brujas se beneficien de la magia que ellas llaman suya, pese a que la piedr...