Narra Elizabeth
Regresé al castillo lo antes posible solo para ver a un gran número de dragones con armaduras, listos para la batalla. Busqué a mi padre con la mirada y lo hallé al frente del ejército, aterricé y me acerqué a él para intentar hacerle entrar en razón.
Eliza: Padre, no debes iniciar esta guerra. Muchos de los nuestro morirán, ¿realmente deseas eso?
Ion: No me puedo creer que digas eso, hija. Es hora de que los dragones tomemos lo que una vez fue nuestro, ahora que lo tenemos debemos hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo. Matar a las brujas, esas no se merecen usar la magia.
Eliza: Pero hicieron un tratado de....
Ion: No me importa el tratado. Si las brujas quieren guerra, guerra tendrán.
Suspiré y volé de nuevo hacia la escuela de magia, ignoré los gritos de mi padre. Sabía qué es lo que debía hacer, esto era lo correcto. Varias brujas me apuntaron con sus varitas, para mi suerte solo eran estudiantes y se veían asustadas.
Regresé a mi forma humana la cual llevaba su uniforme y me acerqué a ellas. Todas se echaron para atrás mientras temblaban de miedo.
Ursula: ¿Eliza? -preguntó la profesora viéndome con sorpresa. -¿Qué haces aquí?
Eliza: Hago lo correcto, esta guerra no debe suceder. Morirán muchos de ambos bandos y tú lo sabes.
Ursula: Solo podemos defendernos como podamos, ahora que no tenemos la piedra nuestra magia se va a acabar en seguida y...-terminó de hablar con pesar.
Croix: No si yo os ayudo. -apareció seguida de varios robots, los suficientes como para hacer frente a los dragones. -Además de mis robots contáis con la ayuda de dos dragones.
Finnelan: ¿Cómo que dos dragones? -preguntó confundida.
Croix y yo nos transformamos en nuestra forma dragón bajo la sorpresa de varios, sobre todo por Croix. Nadie se esperaba que ella también fuera un dragón, regresamos a nuestra forma humana y sonreímos, habíamos hecho lo correcto revelando nuestra identidad.
Eliza: Mi padre y su ejército no tardarán en llegar. Debemos hacer tiempo mientras Akko y las demás consiguen lo que están buscando.
Ursula: Luego me explicarás bien porqué no me has contado que eres un dragón, Croix. -la amenazó y la peli violeta asintió apenada.
Eliza: Sucy también nos podría ayudar, ella sabe mucho de venenos y sería útil para la defensa. ¿Dónde está?
Finnelan: Desde que la joven Jason falleció no ha salido de su cuarto, es una pena lo que ocurrió.
Eliza: Iré a verla, debe luchar como las demás.
Caminé por los pasillos viendo como todas se organizaban para luchar, algunas hicieron explosivos molotov para cuando se acabara la magia. La directora tenía consigo la matadragones pero la miraba con tristeza, era obvio que no quería usarla contra los de nuestra especie.
Al llegar a la puerta de la habitación de Sucy toqué a la puerta pero no me abrió la puerta y ni me contestó, suspiré y comencé a hablar.
Eliza: Sucy, sé que estás triste pero necesitamos tu ayuda. Necesitamos que nos ayudes con tus venenos.
Sucy: No me importa lo que me pase...He perdido a quien más amaba. -escuché decir tras la puerta.
Eliza; Todos hemos perdido a gente importante. Estoy segura de que Lotte no querría verte así, ella desearía que te levantaras y lucharas por todos. -dije con firmeza. Tenía la esperanza de que eso la animara. -Además, sé de un hechizo para que Lotte regrese.
La puerta se abrió de repente revelándome a Sucy mirándome fijamente, en sus ojos se veían la esperanza que tenía en lo que había dicho.
Sucy: ¿Estás segura de lo que has dicho? ¿La puedes traer? -preguntó esperanzada y con la voz rota.
Eliza: Sí, puedo traerla de vuelta. Pero para hacerlo antes tenemos que vencer a los dragones, necesitamos tus venenos.
Sucy: .....- se quedó pensativa y luego me miró con su típica sonrisa siniestra. -Estaré encantada de usar mis venenos, siempre había deseado usarlos en tan gran escala.
Sonreí mientras ambas íbamos de regreso con los profesores, al salir vimos a todos los dragones sobrevolando la escuela. Mi padre me vio con desaprobación pero no me importaba, Croix y yo nos convertimos en dragones listas para pelear.
Sucy junto con la profesora Lukic comenzaron a preparar los venenos más fuertes que sabían, en menos de tres minutos ya teníamos un buen cargamento. Todas las brujas estaban listas para la batalla al igual que los dragones.
Espero que Akko y las demás lleguen a tiempo.
Narra Akko
Siryah preparó un gran plato de comida para todas, comimos en silencio mientras pensaba en cómo contarles lo que le sucedió a mi hermana. Más bien en cómo dio su vida para salvarme tras un despiste que tuve.
Noté que Tohru abrazaba mucho a Kobayashi pese a que esta parecía incómoda con los abrazos. Sabía que mi prima estaba enamorada de ella y eso me alegraba, ojala sintiera yo también lo mismo que ella.
Diana llamó mi atención tocándome un hombro, ella sonrió y me puse algo nerviosa por el afecto repentino.
Diana: Bien, creo que es hora de que me cuentes. -habló con voz tranquila.
Akko: Supongo que es hora de remover el pasado, después de tantos años. -suspiré con una pequeña sonrisa.
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Secretos (Diakko)
أدب الهواة¿Qué pasaría si los dragones tuvieran un motivo para odiar a las brujas? ¿Y si ese odio los llevara a crear una guerra contra Luna Nova? Los dragones están hartos de que las brujas se beneficien de la magia que ellas llaman suya, pese a que la piedr...