Estaba acostumbrado a todos los días ver muchas personas caminar y pasar de un lado a otro sin prestarle atención al menos que se fijaran en el atuendo que exhibía. Con el tiempo había desarrollado mucha paciencia, sin embargo, se sentía tan frustrado, cansado, aburrido. ¿Hace cuánto tiempo no hablaba con alguien?
«Ochenta y cinco años»
Desde que tuvo que abandonar su último cuerpo (aunque él prefería llamarlo caparazón) por culpa de la maldición, no había podido hablar con más nadie y se iba a volver loco, si es que ya no lo estaba. Su último cuerpo antes de terminar siendo un maniquí de tienda en plena Guerra Mundial, había sido un oso de peluche que pasó por tres generaciones hasta su último "dueño", un pequeño llamado Hansol que conversaba con él cada luna llena y se hicieron buenos amigos hasta que tuvo que dejar ese cuerpo. Aunque, tampoco podía quejarse, este último tenía proporciones humanas que no le hacían sentir tan extraño y era mucho mejor que hace siglos cuando tuvo que estar cien años siendo una roca, pasando un cuarto de ese tiempo en el fondo de un río. De hecho, este cuerpo se le hacía muy similar a la ocasión en la que ocupó una estatua en Francia y tenía que estar en un museo con persona viéndole y sacándole fotos.
—Oh, mira esa camisa, es muy bonita, ¿crees que le guste a él? —preguntó una chica a su mejor amiga, señalando el atuendo de JongHyun.
«Seguramente te corte si le regalas esta camisa. Es horrorosa» pensaba este.
A veces para no aburrirse, fingía conversar con las personas que pasaban, o también se burlaba de ellas, porque después de todo, igual nadie lo sabría. Sin embargo, aún así no dejaba de ser aburrido vivir así, pero ya se había resignado a su condena.
Hace unos días vivía en un almacén hasta que lo transportaron a lo que parecía ser la nueva tienda de la que había oído hablar a algunos tipos. Esta era más lujosa y cara a diferencia del último lugar donde estuvo, que era una tienda más modesta. No le molestó el cambio y menos cuando le tocó estar frente al gran ventanal que daba a la calle donde podía ver mucha más gente pasar a pie o dentro de esas cosas metálicas que eran los vehículos del siglo, muy diferentes a los de hace años. Le sorprendía a veces el avance del mundo y a la vez, le entristecía. ¿Cuándo podría el estar caminando libremente por ahí sin preocuparse de volver a un caparazón?
«Nunca»
JongHyun vivía inmerso en sus pensamientos hasta el punto de aburrirse, deseaba tanto poder compartirlos con alguien o que alguien compartiera los suyos con él. Era tan desesperante, siempre lo fue. Ni siquiera pasaban muchas cosas interesantes a su alrededor como para entretenerse y pasar el rato.
Hasta ese momento.
—Bien, JinKi, este es tu uniforme. Serás un ayudante y asesor, si las personas necesitan algo tú estarás allí o en todo caso, también para vigilar que nada sea robado o desordenado.
—¡Sí señor! Muchas gracias.
Fue ese día cuando por fin algo interesante pasó en la tienda o más bien, alguien interesante llegó a ella. Agradecía mucho haber sido movido de puesto a un sitio de la tienda donde podía verlo la mayoría del tiempo, ese chico era alguien muy torpe, pensaba JongHyun. A veces dejaba caer prendas o zapatos de exhibición o se resbalaba cuando estaban limpiando el piso, lo cual le causaba mucha gracia. Ese sujeto llamado JinKi entretenía sus tardes, tanto, que sin darse cuenta lo deseaba ver más y más.
Por otro lado, JinKi había conseguido su empleo en aquella sucursal después del fin de semana y el horario se adaptaba perfecto a su horario de la universidad. El gerente lo trató muy bien y empezó ese mismo día usando una camisa negra con el logo de la marca de ropa bordado en la espalda. Había dejado su trabajo con el señor Huang y podía ser repartidor los fines de semana si quería ya que la familia Xiao, dueña del restaurante, querían y estimaban tanto a JinKi, que le permitieron ir cuando quisiera a ganarse unas horas de trabajo. Todo parecía estar yendo estupendamente y eso lo hacía tan feliz que siempre andaba con una sonrisa, cosa que le hacía ganar puntos tanto con los clientes como empleado.
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Maniquí ♡ jongyu¡!
FanfictionLee JinKi tiene poco dinero, deudas, problemas familiares, a penas puede costear los gastos de la universidad y para completar debe hacerse cargo de su hermano menor, pero aún así siempre se muestra alegre. Sus problemas económicos mejoran cuando co...