Capítulo 19

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El día había estado tan alocado para Lee TaeMin que temió que todo lo que había pasado fuera producto de su imaginación y que hubiera sido visto como loco todo el día. Sin embargo, aquellos objetos en sus manos le decían que por muy extraño que pareciera, aquello pasaba de verdad y él tenía la suerte de saberlo.

Entre los dos objetos, el menor de los Lee veía con mucha más curiosidad el brazalete. Era de oro y algunos espirales lo formaban, le parecía muy hermoso, aunque TaeMin seguía sin entender bien el uso. Si no hubiera sido por MinHo, él hubiera tenido que subir los mil escalones hasta el templo en las nubes de la diosa que tejía el futuro de los mortales junto con su sabio acompañante, Destino.

La idea de enfrentarse a un dragos parecía sacada de un cuento de hadas, pero MinHo le dijo que no se asustara. Los dragones no eran seres malignos, eran seres benévolos y sabios que habían existido desde el inicio del mundo pero que se habían tenido que ocultar de los humanos por sus corazones corruptos que querían cazarlos. El dios del engaño iba a visitar a la diosa del destino para distraerla mientras TaeMin se escabullía a la cueva de su dragón para buscar la misteriosa caja de almas.

Gameunjang-aegi era una diosa hermosa (como todos), conocida por ser solitaria y seria, firme en sus decisiones y bastante recatada respecto a los problemas ajenos. Era de las diosas que tenía hijos por el mundo, todos le ayudaban a conservar el mundo espiritual y las criaturas que aún habitaban en el mundo de los humanos. Ella era amable con aquellas criaturas y paciente, pero buscar la ira de ella alterando el destino no era lo mejor porque esto que estaban haciendo iba a ir en contra de los mantos celestiales que ella había tejido para los hermanos Lee y por eso, MinHo debía distraerla hábilmente.

El dragón estaba durmiendo cuando TaeMin entró a la cueva. Era blanco, enorme, con algunas escamas azules que le daban un brillo místico. El joven se quedó tan embobado mirándolo que tuvo que tener fuerza de voluntad para no tocarlo y de esta forma, causar que despertara. La cueva, era muchísimo más grande que el mismo dragón y no era un sitio umbrío y sacado de la época de las cavernas o de algún animal cualquiera, era una cueva que resaltaba la magnífica imagen de un dragón de verdad. Un dragón de la diosa del destino. Había estantes que llegaban hasta arriba y tras varios minutos, TaeMin temió que no la iba a encontrar. Se sintió tan frustrado. Era imposible hallar algo en específico en aquella curva llena de tesoros y objetos mágicos.

—Eres muy valiente al venir aquí, pequeño mortal —dijo el dragón blanco. TaeMin vio entonces los ojos azules como diamantes del dragón que lo miraba desde lo alto y por supuesto, el menor tuvo miedo. El dragón no movía la boca, sólo lo miraba ¿entonces de dónde había venido su voz?—. Pero lo que buscas, me temo que no podré dejar que lo tengas de aquí —continuó. Su voz era madura, sabia, como la de un hombre que ha vivido lo suficiente como para saber algunas cosas del mundo. TaeMin concluyó que quizá, le hablaba en la mente—. No temas, humano, tu viaje no habrá sido en vano. Os obsequiaré algo que te ayudará.

Fue cuando TaeMin recibió el brazalete de geumgang, un accesorio mágico y tan antiguo como todo lo que allí había. TaeMin y MinHo se equivocaron al creer que Gameunjang-aegi no se iba a enterar, pues incluso su dragón ayudó para que aquella simple acción, contribuyera al futuro del muchacho y cambiara las cosas.

—Ojalá funcione —dijo TaeMin guardando ambos objetos en una mochila, sabiendo que lo que fuera a hacer, no podría ser en su casa. JinKi y Jonghyun no tardarían en volver.

La caja de almas era otro objeto que picaba la curiosidad de TaeMin, llevársela de la casa de los Liu había sido más sencillo de lo que esperaba. Ellos estaban bastante felices porque la perrita que habían encontrado, ya estaba curada y claro, MinHo se había quedado con ellos charlando. La caja de almas, aquel objeto que recolectaba la energía del mundo humano, estaba en sus manos. TaeMin se preguntó, en qué clase de ocasiones la habían usado.

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