Capítulo 23

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—¡KiBum, alejate de mí!

JinKi corría entre los árboles, intentando perderse de la vista de su amigo. El sudor brotaba de su piel, el miedo también. No sólo porque lo perseguían, sino porque intentaba encontrar a JongHyun a tiempo antes de que el primer rayo de la luna llena asomara. Estaba desesperado, pero la adrenalina lo hacía ir de prisa, perdiendo a KiBum que como animal gruñía buscando a su presa. JongHyun, ¿dónde estás?

—¡JinKi!

Jadeo JongHyun al salir del lago, teniendo ese nombre en su boca desde que salió del Inframundo. Las lágrimas escurrían de sus mejillas, por fin sabía la verdad y sólo quería mirarlo por ultima vez antes de que todo acabara.

La luna estaba por asomarse, pero para entender esto, había que retroceder unas horas.








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JongHyun caminaba dentro el palacio, refunfuñando y maldiciendo a JongIn por haber desaparecido en medio de la batalla. Pero no seguiría perdiendo el tiempo, buscaría a TaeMin y también la forma de salir de allí. No sabía cuánto tiempo había transcurrido, pero intuía que no le quedaba mucho. Entró a una habitación en la que escuchó voces, parecía normal pero tan pronto pasó las puertas se cerraron y todo quedó en penumbras. JongHyun quiso dar la vuelta y salir pero no encontró la puerta y en la profundidad de la habitación una voz pronunció su nombre.

—Kim JongHyun, príncipe de Goguryeo. Acercate.

Una extraña voz le hablaba en la oscuridad, pero aún así JongHyun sintió que no tenía de otra, así que obedeció, dirigiéndose hacia la pequeña luz del fondo que parecía llamarlo. Cuando se fue acercando lo suficiente, tuvo que colocarse el antebrazo sobre el rostro porque una explosión de luz se generó, cegándolo sin poder ver nada hasta que empezó a escuchar voces familiares y gemidos de dolor. Sus ojos se abrieron y se encontró con un extraño momento donde parteras ibas de un lado a otro mientras una mujer daba a luz. Se dio cuenta de que esta era su madre, pero antes de poder acercarse, la escena saltó a otro lado donde se le mostraba a él en su tierna infancia jugando con la misma, luego creciendo y mostrando sus alegrías y penas, incluyendo el momento en el que conoció al dios del engaño. Todo se reproducía como una película y él veía sus recuerdos e historia regresar a él de una forma tan rápida que se sintió atosigado y un dolor de cabeza empezó a molestarlo. Sin embargo, ningún dolor de cabeza fue impedimento cuando vio algo (o más bien a alguien) y al contrario de las otras imágenes que se reproducían con rapidez, esta se mostró lentamente, dejando que JongHyun pudiera volver con claridad a ese día.

Su caballo bebía agua mientras él se ocupaba de amarrar las presas que había cazado aquel día para la cena, era tiempo de volver a casa pero estaba cansado, así que se sentó a la orilla del lago y miró hacia la masa de agua. Del otro lado del lago vio una figura, estaba a punto de ir por su espada pero algo se lo impidió y eso fue a belleza cautivadora que lo dejó sin habla, pues era una joven mujer hermosa la que allá estaba, haciendo lo que parecía ser una corona con las flores silvestres que de ése lado crecían. JongHyun que veía estos recuerdos se había quedado casi con la misma reacción que entonces, pero algo lo hizo moverse y fue ella, quien lo miraba al contrario der aquella vez. Le sonrió e hizo un ademán para que se acercara y cuando JongHyun dio un paso, mágicamente ya se encontraba al otro lado del lago de pie frente a ella.

―Hola, JongHyun. Tenía la esperanza de que vendrías aquí algún día ―dijo ella con su dulce sonrisa, una que se le hacía tan conocida. Era brillante, cálida, trasmitía tranquilidad. Como la de JinKi.

Maniquí ♡ jongyu¡! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora