Maniquí ♡ jongyu¡!

Capítulo 24 (Final)

Sucedió rápido, pero para ellos, aquellos segundos transcurrieron como siglos. El anhelo, la emoción, el miedo, el amor, todo se mezcló en aquel encuentro de labios que sabía a lo mencionado con un pizca de lágrimas. Ambos desearon en un desesperado intento por permanecer juntos, que el tiempo se detuviera, pues sólo eso podría conservar ése momento para siempre. El príncipe JongHyun creía que no le gustaban los chicos e incluso antes de saber que se trataba de ella, su amor perdido por la muerte, JinKi había captado su atención desde el primer instante en el que llegó a trabajar en ésa tienda que como obra del destino los había unido. La diosa Gameunjang-aegi sabe siempre qué hacer, porque con ayuda de su dragón, tiene todo bajo control. Cada una de las travesías y desamparos de ambos chicos era para que llegara ése precioso momento donde sin necesidad de palabras, expresaban lo que sentían.

Sin darse cuenta al principio, un extraño brillo empezó a cubrir a JongHyun y este lo reconoció como aquél que lo cubrió aquella primera noche de luna llena, cuando tuvo su primer y extraño beso con el otro. JinKi se alejó, notando esto y al mismo tiempo, mirando el cielo que mostraba la luz del plenilunio de aquella noche, a lo lejos se escuchaban los gruñidos de KiBum que seguía en el interior del bosque. Tan pronto como apreció, ése brillo dorado desapareció. JongHyun ríe con euforia, sintiéndose tan tonto como se sintió en el Inframundo.

―Un beso... Sólo era un beso.

JinKi lo miró con confusión, también miró otra vez el cielo oscuro.

―Era un beso, JinKi ―le dijo JongHyun casi llorando otra vez ―. Un beso me dejó así desde el principio y otro beso de verdad rompió con la maldición.

JinKi no podía creerlo, ¿de verdad un beso había roto una maldición? ¿así como en los cuentos? Se quedó pensando además en lo que dijo el príncipe, el beso al que se refería debía ser aquel de la luna llena anterior. Ése casto que pareció un accidente, uno que pudo dejar aquella fisura en la maldición del príncipe. Entonces si aquél pequeño beso pudo hacer eso, uno más intenso rompió por completo la maldición. JinKi rió también, aún sin comprender demasiado. ¿Acaso era cierto?

―Tienes siglos con la maldición y solamente necesitabas un beso para romperla ―dijo con la suave risita, abrazando al más bajo quien simplemente se dejó hacer, tranquilo.

―No era cualquier beso, JinKi, era tú beso ―respondió JongHyun, sintiendo los tiernos dedos de JinKi barriendo las lágrimas en sus mejillas ―. Enserio no puedo creerlo, no sabes lo mucho que te extrañé. Estuviste tan cerca de mí y no me había dado cuenta, debes perdonarme, debes hacerlo...

Ahora sí JinKi no entendía nada, pero antes de manifestar su duda, el cielo se abrió en un resplandor blanco como el de un relámpago, las nubes giraban con formas extrañas de torbellino y el viento agitaba las ramas de los árboles. Antes de que todo fuera caos, JinKi pudo volver a ver a ése extraño pájaro dorado que había visto la otra mañana en su jardín.

( . . . )

KiBum daba vueltas, poseído por aquel extraño impulso animal que no lo dejaba racionar. Olfateaba el aire, ahora podía oler y escuchar el corazón de dos hombres para devorar, Las babas se le salieron de la boca, pero antes de salir del bosque hacia el claro donde estaba el lago, algo lo detuvo. Unos fuertes brazos lo tomaron y con su calma, le dejaron relajado.