Maniquí ♡ jongyu¡!

Capítulo 7

-¿Quién es él?

JinKi largó un profundo suspiro, ¿cómo había olvidado que TaeMin estaría despierto?

El viaje en autobús había sido tranquilo y silencioso, mas no incómodo. JinKi quería acribillar de preguntas al morocho pero al verlo tan absorto en el exterior de la ventana, el castaño intercambió asientos con él y le dejó estar junto a la ventana para que pensara a gusto. JinKi infirió que el adverso debía tener muchas emociones y pensamientos encontrados, así que no le molestó y se quedó tranquilo hasta que bajaron en el vecindario donde vivía el otro y finalmente entraron a la propiedad.

A JongHyun le gustó mucho la zona donde vivía JinKi porque al viajar en el monstruo metálico fue consiente del cambio de ambiente en el exterior, del cómo los edificios de la moderna Seúl fueron cambiando a casas antiguas con techos de tejas hasta finalmente sentirse de vuelta, de alguna forma, a su época. Es como si hubiera hecho un viaje en el tiempo y ahora volviera a los años donde se escribía con tinta y pergamino, donde había caballos en lugar de autos y donde el ruido de la ciudad no existía. El corazón de JongHyun tuvo una calidez y añoranza de un pasado al que obviamente no regresaría.

-¿Ella está? -preguntó el mayor intentando evadir el tema mientras cerraba la entrada de la casa.

TaeMin, quien había escuchado el desliz del portón de madera que daba entrada a su propiedad, salió de su habitación para recibir a su querido hermano, encontrándose con la sorpresa de que este venía acompañado por un tipo que nunca había visto antes

-No, hoy no vino -respondió su hermano y como el chico insistente que es, volvió a preguntar: -. ¿Quién es él, hyung?

-Un amigo -respondió invitando a JongHyun a que siguiera luego de prestarle unas zapatillas de casa y el menor encantado que lo hizo. ¡Le recordaba tanto a casa! Y es que como casa tradicional, los hermanos Lee tenían esas viejas costumbres que actualmente, algunos olvidaban.

JongHyun observó el patio interior de la casa; estaba vagamente iluminado y a un nivel diferente al de toda la casa, por lo que había unos pequeños escalones de cemento en cada lado para poder descender a la pequeña zona verde que tenía pequeñas piedras por las que caminar para no dañar el césped (aunque este estaba verde opaco) que guiaban a una vieja banca de madera junto a un árbol de almendro seco sin hojas y a una fuente que era como un bañador de aves, aunque también estaba seca y mohosa. Jong pensó que con una arreglada, el patio podría verse fantástico. Bueno, no solo el patio, sino toda la casa.

Rodearon el patio y JinKi guió por la derecha hacia la primera puerta a su invitado, invitándole a pasar al salón de la casa para que se sentara en la pequeña y sencilla estancia de su hogar. El chico fue tranquilamente a tomar asiento sobre uno de los enormes y mullidos cojines que rodeaban la mesa cafetera común en Asia antes de que la influencia americana atrajera algunas costumbres como la de usar mesas más altas y sillas.

TaeMin seguía de cerca a su hermano, interrogándole para que soltara lo que quería.

-¿Y por qué no lo había visto antes? No es cierto, hy-... ¡Oye, tú! ¡Deja al Duque Eoduun! -exclamó TaeMin interrumpiéndose a sí mismo cuando vio al muchacho desconocido tomar al horrible muñeco, que había dejado sobre la mesa, para verlo con curiosidad y cierto asco. El menor enseguida se lo arrebató.

-¿Por qué juegas con muñecas? -preguntó JongHyun ladeando la cabeza.

-¡No es una muñeca! -replicó el menor con el ceño fruncido.

-¿Entonces qué es?

-¡Pues es hombre!

-¿Así que es un muñeco? Dime, ¿cuántos años tienes?