Por buen camino

Sentimientos ocultos (parte 3) Porque me lo pediste

Por favor al final del capítulo escribí algo relacionado con la trama. Podría decirse que es bastante importante del modo en que lo pienses, eso sí nutrira la historia.
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En medio de la llanura avanzaba, no tambaleaba ni dudaba en su firme caminar. El viento su cabello soplaba, esos ojos anaranjado permitía ver. Sus pasos se perdían con el ruido del viento. La pelirroja no tenía rumbo, eso solo era donde sus travesuras podrían hacer. De repente un chakra familiar detecto y sonrió.

-¿a quién molestare hoy? – dijo tranquila ante la presencia que se avecinaba.

-a nadie – dijo contundente la voz de una mujer que entre unos árboles salía hacia la llanura.

-¿estas segura?

-claro que lo estoy.

-pues... comprobémoslo.

-¿acaso estas desafiándome?

-solo quiero hacerte recordar el pasado un poco. Sabemos que no podrás ganarme. Después de todo siempre fui mejor en todo sentido.

-sigue hablando lo que quieras.

-veamos hermana... – en posición de defensa – que tan buena te has vuelto.

-claro...

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Se quedó parado en la oscura noche pensando en lo dicho por su amigo. Vio como la cabellera rubia se alejaba, luego miro la banca hecho trisas – tal vez el golpe me lo merecía – se dijo a sí mismo. Volvió la mirada arriba y comenzó a caminar. Poco a poco se iba acercando al centro de la aldea. Tenía que hablar con alguien. Mientras admiraba la luna observo que ya se había adentrado en la zona comercial de la aldea y que pese a las altas horas aun había gente paseando, comprando o realizando alguna que otra actividad para pasar el rato, también noto que había alguna que otra pareja compartiendo un momento. Por en medio de la calle caminaba y vio como algunos lo miraban extrañados, pero a diferencia de antes ahora se percató que las miradas no eran de odio o algo similar, sino más bien de... de admiración. Sasuke se sorprendió un poco de eso. Aunque se puso a pensar y noto que desde que volvió de su viaje de redención las miradas de odio no eran como las de antes, también que su cantidad disminuyo drásticamente. Recordó en lo que hiso en su viaje de redención – tal vez difamaron algo – pensando en cuando ayudo a Konoha con lo de los sujetos bomba, que a pesar de ser él el foco protegió la aldea, cuando un meteorito casi la destruye en su totalidad y el volvió para destruirlo con un simple movimiento de su muñeca. Distraído en sus pensamientos mientras pasaba por los locales y alguna que otra chica le tiraba una mirada, solo que él ni se fijaba.

Ya había llegado a la torre hokage, alzo la vista para ver el imponente edificio con el kanji del fuego en el medio. Decidió entrar. Asi como lo hiso vio que había varios shinobis trabajando lo más posible para que la labor del hokage no sea tan densa, dentre ellos distinguió habían varios del clan Hyūga. Vio como lo miraban. A cada paso que daba los shinobis le daban el paso corriéndose levemente hacia los costados de los pasillos. Noto como sus miradas ya no eran de odio... eran de admiración. Admiración ante la omnipotente presencia que representaba su silueta. Una presencia capaz de derribar una nación entera en menos de una noche. Una figura con el poder de la oscuridad, pero que servía a la luz. Algunos shinobis no podían evitar tratar de dirigir sus vistas a sus ojos. Querían tratar de ver ese tan afamado y temido ojo. Los ojos del Saṃsāra y sus seis reinos*(cultura japonesa)

Ya casi llegando a su destino, tan solo lo frenaba una puerta. La golpeo y espero a escuchar "adelante", sin dudar mucho entro pero se sorprendió levemente de quien estaba dentro ya.