Por buen camino

Este es el comienzo, este es el final

Era ya pasado el mediodía, las nubes negras se iban dispersando dejando atravesar los rayos que amenazan con su cálida presencia y dejando atrás una batalla. Una que fue inevitable. Con sus ojos jades logra distinguir dos figuras masculinas con una extremidad faltante a cada uno. Uno de ellos, un rubio que es jinchuuriki de todos los bijuus, perseverante como el solo y alegre como nadie más podría serlo. El otro un pelinegro heredero del poderoso kekkei genkai del clan Uchiha, poseedor de un legendario kekkie mora, reservado como nadie más y sereno como el solo podría serlo.

Ella sabía que ambos estaban ocupados desasiendo el mugen tsukuyomi pero aun así tenía dudas sobre que es lo que pasaría ahora. ¿Se quedara o se irá como antes? ¿Tendrá planeado un futuro? Y si así es ¿estará ella involucrada en ese futuro? Estas son unas de las tantas preguntas que a Sakura le torturaban la cabeza.

-Sakura... SAKURA-le gritaba el rubio (sacándola de su tortura mental). Debemos bajar así el teme libera a los bijuus (esta vez con un tono más tranquilo).

- Es... está bien- contesto ella.

Una vez todos bajados de la colina.

- Tal vez deberían tomar un pequeño descanso, Naruto- Después de todo, sus brazos, aunque ya no sangran no significa que no pueden volver a hacerlo.

- Está bien, dattebayo -(dijo un Naruto un tanto cansado de estar toda la mañana caminando de allá para acá para poder deshacer el jutsu).

-hmt- se limito a contestar Sasuke (no queriendo delatar el hecho de que el también estaba exhausto).

- Bien- dijo ella (mientras ponía su mano derecha en la espalda de Naruto y su otra mano en los ojos de Sasuke, pudo ver el imponente rinnegan que poseía el Uchiha en su ojo izquierdo. ¿Por qué lo tendrá en un solo ojo? Y ¿Cómo hizo para despertarlo? Eran unas de las preguntas que se hacia la ojijade).

Así estuvieron por unos minutos hasta que un recuperado Sasuke se levanta en dirección a un lugar desolado. El rubio y la pelirrosa se le quedaron viendo pero no dijeron nada suponiendo lo que su ex-compañero iba a hacer. Una vez detenido el azabache miro al cielo cerrando los ojos, para así concentrar mejor su poder, y luego los abrió dejando ver sus dos prepotentes ojos legendarios. Los demás a su alrededor se quedaron esperando a saber que estaba haciendo aquel muchacho, que por suerte no reconocieron. Pero después de unos minutos sus respuestas estaban en forma de nueve esferas de rocas gigantes que se acercaban de apoco hacia donde pelinegro.

-Ya es tiempo- dijo con tono de tranquilidad (aunque por dentro estaba nervioso a cómo iban a reaccionar las bestias con cola ante su nueva aparición. Esto no le hubiera afectado antes pero ahora que se encontraba muy débil tras su pelea no creía poder equiparar sus fuerzas. Tampoco era que quisiera seguir viviendo). Concentro aun mas su poder ocular y las esferas comenzaron a romperse, dejando caer nueve bestias de poder que pocos podían igualar o superar.

Al escuchar el estruendo de las nueve criaturas los shinobis a su alrededor comenzaron a fijarse en el chico parado frente a tales presencias abominables. Algunos pocos se levantaron para ver mejor, solo los que podía, mientras otros con sus ojos curiosos fijos a la expectativa.

- Mocoso ya vas a ver....- dijo Kurama pero fue rápidamente interrumpido por un serio Naruto.

- No hubiéramos podido lograrlo sin Sasuke. El derrotar a Kaguya no lo hubiéramos podido lograr, así que a hora les pido Shukaku, Matatabi, Isobu, Son Goku, Kokuo, Saiken, Chomei, Gyuki y Kurama que perdonen a Sasuke por su último acto. Porque ahora está arrepentido de todo lo sucedido y matar a alguien arrepentido no tiene caso hacerlo.

A todo esto Sasuke se quedo mirando a su amigo tratando de convencerlos de que no lo maten y se puso a pensar en qué momento maduro. Tal vez esta sangrienta guerra lo hizo recapacitar un poco, aunque sabía que en el fondo seguía siendo el mismo número uno hiperactivo ninja cabeza hueca.