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El dolor de cabeza abarca por todo mi cuerpo, y el sudor en mi frente me dice que ya es hora de levantarme. Abro los ojos en un parpadeo, visualizo la habitación oscura en la que me encuentro. Mis recuerdos son ajenos a lo que habrá pasado en este momento, intento hacer memoria pero mis recuerdos son borrosos.
—Mierda, que jaqueca.
Intento sentarme pero el brazo largo sujetando mi cintura me lo impide. Me doy vuelta para encontrarme con el chico pelimenta, está dormido a un lado mío. Su respiración es regular, pero su agarre es fuerte. Noto su torso desnudo y la sabana blanca que cubre nuestros cuerpos. Entonces noto que también estoy desnuda.
Quise actuar como aquellas chicas estúpidas que veo en la televisión, esas que entran en pánico al ver que amanecieron en la cama con un chico que apenas conocen.
Pero lo cierto era que no me arrepentía, el sexo que Min Yoon Gi me proporcionó anoche fue bastante placentero, tiene sus dotes. Además ya me hacía falta una noche de tragos y sexo, pero no es algo que vaya a volver a repetir otra vez.
No soy de repetir las cosas.
Mis ojos arden, y todo mi cuerpo es un acuario de sudor. Niego con la cabeza al sentir ahora la espalda de Yoongi contra mi cintura. Bien, al fin el chico ha soltado mi cintura.
En un movimiento tomo asiento sobre la cama, pienso las cosas que pasarán luego de cruzar la puerta, consecuencias más bien. Aunque no creo que algo malo vaya a salir de todo esto, novio no tengo.
Entonces ahí caí en cuenta de que me olvidé de varias personas aquí. ¿Dónde estará Jungkook? El niño es el que más me preocupa.
Espero que Tzuyu no se haya acostado con nadie. Al menos aún, cruzaré esa puerta y me iré de esta fiesta aunque sea sola de ser necesario.
Me levanto, tomo mis pantalones junto con mi camiseta y amarro una coleta a mi cabello. Paso mis manos por todo mi rostro con un suspiro en mis labios, y segundos después tomo mi teléfono para ver la hora.
Bueno, no es tan tarde. Si hago que todos nos vayamos ahora mamá no me retará.
—¿Ya te vas? Creí que habría un segundo round.
La voz ronca de Yoongi hace que me gire una vez que estoy frente a la puerta. Lo veo sentarse en la cama y tomar sus pantalones.
—No tengo sexo con alguien dos veces la misma noche, Min Yoon Gi.
Falso, ya lo había hecho. Pero no puedo culparme por querer escapar de esta habitación que a kilómetros huele a lujuria.
—Voy a buscar a todos, ve encendiendo el auto, ¿quieres? —, musité al momento de tomar el picaporte y abrir la puerta.
Un montón de personas ya se hallaban frente a mis ojos, todos bailando y bebiendo. Creí que al salir habría poca gente, pero me equivoqué. Hay aún más personas en la sala que antes.
