Save Me ~Jungkook || BTS.

Parte 38

Hoy día decidí que ya era tiempo de que Jimin y Jungkook se amisten de nuevo. Ellos han pasado por mucho, y por más que ahora se odien a muerte una parte de ellos desean volver a ser amigos. Yo lo sé.

O tal vez solo estoy aburrida y quiero perder el tiempo.

Estaba en casa del niño... ¿debería llamarlo niño ahora? Claramente. Él siempre será un niño para mí.

Jugando con una bola que Jungkook me dio, lanzándola hacia arriba y atrapándola en mis manos. El adverso se mantiene en su escritorio dibujando cosas o escribiendo, qué sé yo.

Finalmente me decido por sentarme y romper el seco silencio.

— Salgamos hoy – repuse, apretando la pelota entre mis manos. Él se volteó para mirarme con incredulidad en sus ojos, para seguidamente negar con la cabeza. — no hemos salido desde hace mucho, quiero salir contigo. ¿Que ahora no eres mi esclavo?

Sí, era una suposición. Estábamos juntos pero no sabía si éramos pareja realmente. Y yo detesto lo cursi.

— Soy tu novio, no tu esclavo – contestó, concentrado en lo que tenía en frente.

"Soy tu novio."

No puedo creer que me sonrojé.

Con un resoplido, esparzo cualquier pensamiento y me coloco de pie. Sin más, tomo mi bolso y teléfono para salir de aquella habitación. Si él no quería salir, yo tendría que hacerlo para buscar al enano.

— Mi novio, como sea. Me iré yo si no quieres venir conmigo —, me encogí de hombros, tomando el picaporte de la puerta y salí a toda prisa.

Jungkook no me siguió, pero estaba bien porque no iba a tardarme. Lo único que debo hacer ahora es convencer a Jimin de venir a casa del niño. No creo que quiera a la primera, pero debía intentar.

Al salir de la casa, ahí se encontraba el tan mencionado chico. Estaba sentado en el cordón de la acera, tomando una lata de lo que parecía ser "Monster" junto con una bolsa de papas en sus manos.

No dudé más y me acerqué hacia él, mis ojos escaneándolo de arriba hacia abajo con suspicacia.
Él no tardó en prestarme atención, sonriendome con suficiencia en sus labios. Yo bufé.

— ¿No es muy temprano como para beber eso? —, me crucé de brazos, dirigiendo mi mirada hacia la lata.

Él rió antes de contestar. — tarde, temprano. Lo que sea, ¿te importa?

Tan carismático como siempre.

— Jungkook te está esperando en su habitación.

Solté eso de la nada y hasta a mí me sorprendió.

El rostro de jimin no tiene precio. Sus cejas se alzaron y ahora expresaba una mueca como queriendo decir "no te creo, bruja." Yo tampoco me creería.

— ¿Crees que soy imbécil? Ese idiota me detesta. Déjame en paz, Su — bramó con molestia, antes de ponerse de pie y sacudir su ropa.

Yo tenía que hacer algo si no quería que se fuera y arruinara mi plan de reconciliación.

Sin pensarlo, lo tomé del brazo. — Créeme, él quiere hacer las paces. Solo deben hablar.