- ¿Crees poder matar a alguien? - Preguntó, insegura por los servicios de aquella persona.
- Claro que si ¿Dudas de mí? - Fue orgulloso.
- No, sólo necesito saber si harás lo que te estoy pidiendo, ya que exijes un gran precio.
- Si no lo mato entonces quedará herido, siendo así sigue siendo parte del trato. Me tendrás que pagar anticipado, pase lo que pase.
- ¿Cómo sé que esto no es una farsa?
- Eso lo tendrás averiguar. - Rió al otro lado de la línea.
- Depositaré el dinero ahora mismo. Recuerda no dejar pistas.
- Lo mismo digo. - Cortó.
[...]
Nuevamente los dos solos, no hacían nada más que mirar la televisión. Calentamiento global, desastres naturales, robos, entre otros, el mundo estaba peor de lo que imaginaban. Sentados en el sofá, una moderada distancia entre ambos, su atención estaba dirigida a nada menos que ese aparato tecnológico. El pecoso decidió lentamente ir acercándose a su acompañante. Posicionó sus manos a la altura de su trasero y se fue moviendo a la derecha con gran cautela, o eso creía.
- ¿Qué crees que haces? - Sus ojos aún estaban en la pantalla.
- Y-Yo n-nada, sólo estaba acomodándome. - Su tono de piel más cálido de no normal no ayudaba en la situación.
- Ven aquí. - Con la palma de su mano dió pequeños golpes en el sofá. El chico no hizo más que asentir e ir donde le indicaba. - Mírame. - Estaba siendo muy autoritario ¿Qué diablos trataba de hacer? Félix sólo obedecía. El pelinegro, en un acto rápido, tomo con ambas manos el rostro del menor atrayéndolo hasta él, más bien hasta su boca. Estaba sorprendido, no lo negaba, pero hace tiempo tenía ganas de probar esos rosados y carnosos labios que lo traían loco. Correspondió, en la sala no se escuchaba más que ambas partes moviéndose al compás de la otra. De un beso precipitado pasó a uno más salvaje, se deseaban más de lo que pensaban. El pecoso puso sus brazos en el cuello del mayor, aprovechando de enredar sus pequeños dedos en el cabello de Bin. Se separon por falta de oxígeno, sus respiraciones agitadas, mejillas carmesí, boca entreabierta y una amplia sonrisa en la cara de ambos fue lo que dió término a ese hermoso acto de besarse.
- Y-Yo lo lamento, o sea, no quería, pero...- El pequeño, algo arrepentido, fue callado por esa actividad que se estaba convirtiendo en su droga, esta vez fue más corto.
- Sólo, guarda silencio ¿Si? - Seguían cerca del otro, cruzaban miradas, por fin esos pequeños ojos podían ser vistos gracias a que el flequillo estaba un poco desordenado. Unas llaves interrumpieron su propio mundo, ambos se alejaron.
- Chico - Se interrumpió al ver a ambos en esa situación ¿Por qué siempre llegaba BangChan en momentos inoportunos? - Yo mejor me iré. - Señaló hacia atrás al tiempo que retrocedía.
- ¡No! Ehm...Chan, s-sólo...- Tomó la muñeca del chico recién llegado, haciéndolo pasar. Changbin sólo veía del otro lado, callado y aun poco avergonzado. - Yo puedo explicar lo que aquí pasó.
- Oye, no hay nada que explicar, ustedes son grandes, saben lo que hacen. - Sonrió, causando calma en ambos. - Sólo no imaginé que ambos fueran...gays. - Dudó en usar esa palabra, prefería usar un eufemismo, pero ninguna se le venía a la mente.
- Yo tampoco lo sabía. - Félix tocó sus labios recordando lo que había sucedido minutos atrás.
- Bueno, traje algunas cosas para el almuerzo, pensé que les podía faltar algo. - Sacaba la mercadería de las bolsas.
Tanto el pecoso y el pelinegro no paraban de pensar en lo que habían hecho. No sabían si ese sería el comienzo de algo o simplemente fue un acto momentánea que...nunca se volvería a repetir.
[...]
- Este trabajo es más sencillo, si quieres no me pagas nada.
- ¿En serio? - No pensó que fuera así de fácil.
- Bueno. - Rió.- seguro que igual hay algo ¿Sabes a lo que me refiero? - Se fue acercando lentamente hasta que le chica chocó con la pared.- Un par de noches no le haría mal a nadie ¿Verdad? - Atacó el cuello de Su Jin.
- ¿Sólo unas noches? - Se estremecía por aquellas mordidas.
- Sólo unas noches...
[...]
Félix acomodaba a su amigo en la cama para poder dormir. Ninguno se había dirigido la palabra luego de lo sucedido. El mayor decidió romper el hielo.
- ¿Félix? - Miró a los ojos al recién nombrado.
- ¿Qué? - Hizo lo mismo.
- Quiero que sepas que lo pasó en la sala no fue sólo un juego. - Aclaró.
- ¿Qué quieres decir?
- Tú realmente me gustas. - Se sonrojó por completo al decir esas palabras.
- Tú también me gustas, y bastante. - Una sonrisa de oreja a oreja adornó su rostro.
- ¿Crees que - Fue interrumpido.
- Vamos de a poco ¿Si?
- Seguro. - Eso causó un poco de molestía en el pelinegro, pero de cierto modo lo comprendía.
- Buenas noches, Binnie. - Dió un lento beso cerca de las comisuras del chico.
- Descansa, YongBok.
¿Quién es su Bias
de Stray Kids?
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Anexo || Changlix ✔
FanfictionUn romance de niños que se convirtió en un infierno. Félix no creyó que la chica que amó durante años pudiera romperle el corazón de esa manera. Un joven no tan amigable se cruza por su camino, haciéndole sentir cosas raras que desde un principio su...