Capítulo 5

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— No, maldito, ¡Ven acá! — Exclamó MinHo mientras perseguía a Jisung alrededor de la mesita de centro.

Félix soltaba carcajadas de vez en cuando al ver a esos chicos molestarse de forma tan graciosa. Changbin no paraba de ver al castaño, como si su amplia sonrisa lo hiciera desconectarse del mundo totalmente.

— ¿Ya le dijiste a Félix? — Preguntó Chan al pelinegro.

— ¿Qué cosa? — Se desconectó un poco de su trance, pero aún mantenía los ojos en el pecoso.

— La condición de Lee. — Susurró.

— ¿La condición de Lee? ¿Está enfermo? — Cuestionó Félix.

— Hablo de su orientación sexual — Aclaró en voz baja.

— ¡¿Es gay?! — Gritó. Los niños que felizmente correteaban en su mundo imaginario se quedaron quietos, mirando fijamente al que había chillado. Hubo un silencio incómodo, pero gracias a Minho se esfumó.

— Si — Respondió directo junto a una sonriendo — ¿Por qué? ¿Acaso te gusto? — miró pervertidamente.

— N-No, lo siento — dijo nervioso y algo avergonzado.

— ¿Por qué lo sientes? A mi tampoco me gustas. — Fue indiferente, pero de forma tierna. — Mi interés está en otra persona.— Todos miraron al distraído Jisung que enfocaba su mente en la pequeña mosca que amenazaba con posarse en su cabeza.

[...]

— ¿Seguro que no te quieres quedar a dormir? — Preguntó Jisung. — Sabes que solo tenemos tres camas, pero aún así podemos hacer cucharita, hay que aprovechar no hace tanta calor. — Lo dijo de forma graciosa, a la vez pervertida. Félix rió. Minhi se quedaría esa noche, y quién sabe que cosas haría durmiendo con su víctima. El pecoso tenía clases y no quiería faltar quedando tan poco para graduarse.

— No, gracias. — Respondió agradecido. Visualizó a Changbin, el cual se acercaba de a poco. — Oh, B-Bin, gracias por la invitación, fue agradable estar contigo, digo...— Se corrigió — con ustedes.

— Te llevaré a tu casa, ya es muy tarde y no quiero que pases a un bar de nuevo.

— N-No te preocupes, puedo ir solo. — Sonrió.

— No te estoy preguntando, vamos. —Tomó un abrigo junto a unas llaves y salió por la puerta.

[...]

Se abrocharon los cinturones y Changbin hechó a andar. Mientras tanto, Félix estaba un poco nervioso y ruborizado, su mirada estaba intranquila y su mente todo el tiempo pensando en lo que extraño que se sentía cuando estaba junto al pelinegro.

El auto se detuvo por el semáforo que entregaba la luz roja. Ninguno de los dos se dirigía la palabra, era un total silencio. El conductor prefierió encender la radio para pasar esa incomodidad.

La luz verde se hizo presente y Changbin continuaba con su ruta. El pecoso estaba en la Luna, recordaba a Minho, su distinto gusto por las personas y que lo trataban de igual forma. Tal vez en su familia era diferente, ese tipo de personas eran mal vistas, algo que no le agradaba.

— ¡Félix! — Exclamó Bin. El menor salió del mundo en el que se que se encontraba, dándose cuenta de que estaban fuera de su edificio. Desabrochó su cinturón, agradeció y corrió hasta llegar a su cuarto.

Se echó en la cama y miró el techo. Ya sabía la respuesta de su anterior pregunta, aunque tenía dos opciones que lo tenían inquieto. Sin duda ir a la casa del grupo y conocer a Lee Minho lo hizo reflexionar acerca de todo lo que le estaba pasando.

Anexo || Changlix ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora